10 curiosidades que quizá no sabías sobre las ostras
Son un símbolo de lujo y ‘glamour’, aunque no faltan quienes las evitan al considerarlas indigestas. Para el resto, los ostras son sinónimo de alta gastronomía y un ‘must’ para disfrutarlas junto con una copa de champán. Pero las ostras no son solo un bocado para el postureo, sino que, además, resultan muy saludables y encajan perfectamente en una dieta saludable. En Labendita Gastroteca, un restaurante de cocina non stop de Madrid, preparan las mejores ostras francesas sorlut y nos cuentan todo lo que desconocemos de sus propiedades y protocolo.
Buenas para el corazón. Las ostras son un marisco rico en ácidos grasos omega.Además, resultan ideales para cuidar nuestro sistema cardiovascular y prevenir enfermedades cardiovasculares.
Una fuente interesante de minerales. Especialmente ricas en zinc, que ayuda a potenciar la fertilidad, mejora el sistema inmunitario, cuida la piel y ayuda en la cicatrización. Es un alimento considerado afrodisíaco, ya que el alto contenido de zinc fomenta la liberación elevada de hormonas sexuales.
Ayudan en la prevención. Protegen contra diferentes tipos de cáncer y son, también, ricas en hierro, que es muy importante para prevenir la anemia y proteger al organismo de infecciones.
Poseen un alto contenido de potasio y magnesio. Esto permite reducir la presión sanguínea y aumentar la circulación en sangre y la oxigenación.
Ricas en proteínas como la elastina. Es un dato bastante desconocido, pero las ostras son ricas en elastina, que es buena para la salud de la piel, previene las arrugas y la flacidez, y ayuda a tener uñas más resistentes y un cabello saludable.
Tienen temporada. Sí, técnicamente se pueden comer durante todo el año pero, la temporada principal de ostras es el otoño, cuando han tenido toda el verano para ponerse jugosas. Octubre y noviembre son los meses ideales, por tanto, para disfrutarlas.
Hay dos tipos de otras. Por un lado está la portuguesa o pequeña, que es delgada y está adherida en el caparazón. Tiene un sabor muy agradable y es más económica. Por otro, la ostra ‘mairrane’, grande y gorda, que se haya adherida sobre un caparazón chato, exquisita y más costosa.
Las ostras deben tener un aroma fresco. El líquido debe ser un poco salobre y saber “a mar”. Ante la presencia de cualquier otro olor desagradable, es mejor desecharlas.
Un truco para comerlas. Si queremos sacar todo el partido a este manjar y aprovechar su sabor al máximo, debemos masticarlas dos veces.
El alcohol que mejor las acompaña es… el vino blanco tipo albariño, el cava o el champagne. Debe colocarse el plato con las ostras a la altura de la copa, junto con agua tibia, una rodaja de limón y el salero y pimentero. Así lo único que quedará es disfrutarlas.