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3 cosas que no deberías hacer con las lentillas puestas

La conjuntivitis, una de las infecciones oculares más frecuentes y molestas, ataca fuerte en verano. Para los que usan lentillas es aún peor; evítala con estas simples precauciones

La conjuntivitis afecta al 25 por ciento de la población, tanto a niños como a mayores. Un problema que se acrecenta con las temperaturas cálidas y el contacto con aguas no tratadas como ríos, lagos o playas, y también por el tratamiento que se utiliza en las piscinas.(Foto: Getty)
La conjuntivitis afecta al 25 por ciento de la población, tanto a niños como a mayores. Un problema que se acrecenta con las temperaturas cálidas y el contacto con aguas no tratadas como ríos, lagos o playas, y también por el tratamiento que se utiliza en las piscinas.(Foto: Getty)

Los ojos, al igual que la piel, también tienen memoria y los efectos de los rayos de sol se acumulan en éstos, pudiendo llegar a producir consecuencias graves en algunos casos. Por eso ahora que estamos en permanente contacto con la piscina, el mar y la arena conviene recordar unos consejos básicos para todos, y especialmente para esos 2,5 millones de españoles que, según datos de 2011, utilizan lentes de contacto cada día.

La mayoría de ellos no suelen cumplir los consejos de uso y desconocen que son una superficie excelente para la reproducción de bacterias. De hecho, un estudio del Centro para el control y prevención de enfermedades de EEUU concluyó que un 99 por ciento de los usuarios de lentillas comete algún tipo de comportamiento que supone un riesgo de infección. Lo de limpiarlas bien (y a diario) es tan básico que no me voy a meter en eso.

Muchos no saben que las lentillas y el agua hacen una mala combinación y es recomendable<strong> quitarlas antes de practicar cualquier actividad que implique contacto con el agua,</strong> incluso en la ducha.(Foto: Getty)
Muchos no saben que las lentillas y el agua hacen una mala combinación y es recomendable quitarlas antes de practicar cualquier actividad que implique contacto con el agua, incluso en la ducha.(Foto: Getty)

1.- Usarlas en el agua puede provocar multitud de infecciones oculares ya que funcionan como una esponja, es decir en contacto con algún fluido lo absorbe hasta quedar empapado. Cuando una persona se baña con lentillas, al abrir los ojos, éstas se empapan de cloro y antialgas que se quedan en el ojo. Unos microbios que a la larga pueden provocar infecciones, conjuntivitis o queratitis, inflamación de la cornea. Algo que ocurre principalmente en las piscinas, ya que el agua de la piscina contiene cloro y numerosos antialgas, que no generan ningún tipo de reacción en el cuerpo humano pero sí en los ojos.

Además, el agua raramente está libre de gérmenes y existen muchos que son capaces de causar infecciones en los ojos. Uno de los más peligrosos es la Acanthamoeba. Esta ameba es fácil de encontrar en el agua del mar, ríos y pozos- incluso también en la del grifo- y es la causante de una infección ocular severa, la queratitis amebiana.

2.- Permanecer en ambientes secos con el aire acondicionado a toda pastilla. Ambos factores son los peores enemigos del ojo. En los locales climatizados, el aire es muy seco y se renueva poco, dos elementos que provocan que la lágrima del ojo se evapore con más rapidez. Para evitar la excesiva sequedad, el doctor Juan San Cristóbal, del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO), recomienda colocar varios recipientes de agua repartidos por el lugar en el que vayas a estar o tener plantas. Estos elementos ayudan a humedecer el ambiente y evitar que aparezcan las molestias oculares.

<span>El agua puede hacer que las lentes de contacto cambien de forma y que se peguen al ojo. Aparte de ser incómodo, esto puede provocar daños en la córnea.</span> (Foto: iStock)
El agua puede hacer que las lentes de contacto cambien de forma y que se peguen al ojo. Aparte de ser incómodo, esto puede provocar daños en la córnea. (Foto: iStock)

Es muy importante cuidar la hidratación en el ojo para evitar o evitar que se agudice la enfermedad del ojo seco. En la playa por ejemplo es recomendable parpadear varias veces para eliminar la arena que con el viento se haya podido introducir en los ojos. En el caso de las piscinas, es recomendable utilizar gafas de natación, ya que el cloro empeora las conjuntivitis alérgicas. Otro consejo es tener a mano una botella con agua mineral para enjuagar los ojos al salir de la piscina o del mar para eliminar el cloro, la arena y el agua salada, para prevenir posibles irritaciones.

3.- Dormir con ellas. Aunque sea una breve siesta no debes hacerlo. El ojo recibe menos oxígeno cuando está cerrado; llevarlas puestas durante el día ya limita el acceso de la córnea tanto al oxígeno como a la lágrima, así que imagina el daño que provocas si te las dejas puestas mientras echas una cabezadita. Según un estudio publicado en el ‘Journal of Optometry‘, el riesgo de conjuntivitis aumenta 6,5 veces si se duerme con lentes de contacto. Menudo susto te llevarás cuando abras los ojosy los tengas inyectados en sangre, ¡por no hablar del picor!

Por cierto, para lo que piensan que con quitarse la lentillas y usar gafas de sol es suficiente para cuidar de los ojos este verano, ¡falso! También deberías acostumbrarte a usar de gorros o sombrero, y evitar la exposición en las horas de máxima intensidad, de las doce del mediodía a las cuatro de la tarde.

Por supuesto, para que las gafas de sol te aíslen de la radiación solar, deben contar con unos cristales homologados y un buen filtro solar; así que no te dejes llevar por el diseño y la moda. Asimismo, un consejo fundamental es que también hay que utilizarlas los días nublados, dado que los rayos solares actúan durante todo el día, haya o no haya nubes.

Úsalas siempre, los rayos solares actúan durante todo el día, haya o no haya nubes. (Foto: Getty)
Úsalas siempre, los rayos solares actúan durante todo el día, haya o no haya nubes. (Foto: Getty)

Los oftalmólogos recuerdan que estas recomendaciones también incluyen a los niños (deben usar gafas de sol a partir de los 5 o 6 años), dado que sus ojos son más sensibles a la luz solar debido a que su cristalino no regula del todo la penetración de la radiación. Además, hay que tener en cuenta que jóvenes y niños permanecen durante mucho tiempo al aire libre en verano, la mayor parte de él sin protección en sus ojos.

Es importante si surge algún problema, no automedicarse con colirios sin la supervisión de un especialista. (Foto: Getty)
Es importante si surge algún problema, no automedicarse con colirios sin la supervisión de un especialista. (Foto: Getty)

Hay que acudir al oftalmólogo en el momento en el que se empiecen a notar los primeros síntomas de alergia para tratarlo lo antes posible. Es importante tener especial cuidado con los niños y acudir al especialista si sus ojos están irritados o enrojecidos, incluso sin haber ido a la piscina.

¿Te bañas con las lentillas?

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