3 dietas alternativas (y anticáncer) que no deberías seguir
Los expertos aseguran que carecen de “fundamentos científicos” y desmitifican la idea de que la comida cura
La relación entre la alimentación y el riesgo de desarrollo de tumores nos ha llevado a clasificar los alimentos en buenos y malos generando una encarnizada batalla contra los cancerígenos y haciéndonos creer que si los evitamos no enfermaremos.
Según los datos aportados en diferentes estudios y manejando cifras internacionales, alrededor del 50 por ciento de las personas que padecen un tumor recurre a dietas alternativas, que son todas aquellas que se salen de una supervisión por parte de la Medicina convencional y que “carecen de evidencia científica consolidada”.
Ante esta situación, las Sociedades Científicas de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE) y la de Oncología Radioterápica (SEOR) alzan la voz para erradicar dichas dietas, “sin fundamento ni supervisión médica”, a las que recurren numerosos pacientes para evitar el cáncer o una vez que lo padecen.
Entre las dietas más frecuentes figuran la cetogénica, la alcalina y la baja en calorías, entre otras, según han denunciado los expertos. Con respecto a la primera, se ha asegurado que seguirla mejora los resultados de un tratamiento contra el cáncer. Un matiz importante porque quiere decir que podría ayudar pero nunca prevenir (por sí sola) o sustituir el tratamiento médico. La segunda he hecho correr ríos de tinta, y la tercera es quizás la menos dañiñas, pero también rechazada por el colectivo médico.
En el otro lado de la balanza, están quienes defienden con pasión la teoría de que la comida puede ayudar a prevenir el cáncer como el doctor José Ramón Germà Lluch, testigo y protagonista de los enormes avances en la investigación, el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes con cáncer durante las últimas cuatro décadas. Lluch ha probado los beneficios de estas sencillas siete pautas que podemos aplicar fácilmente en nuestro día a día, y que reducen (en un 40 por ciento) la posibilidad de padecerlo.
¿En qué lado estás: crees que la comida puede reducir el riesgo de cáncer?
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