5 mitos del amor romántico que urge olvidar

Existen muchas creencias acerca del amor y sobre cómo debe ser una relación de pareja, cuidado con creértelas porque pueden hacer mucho daño

Las canciones, los libros y las películas siguen lanzando mensajes irreales que hacen de las relaciones algo engañoso. (Foto: Getty)
Las canciones, los libros y las películas siguen lanzando mensajes irreales que hacen de las relaciones algo engañoso. (Foto: Getty)

El amor romántico se basa en la idea de que el amor tiene que ser eterno, incondicional, exclusivo y en estado de entrega total hacia la otra persona (monogamia y la fidelidad). La media naranja, el alma gemela, el príncipe azul, el amor lo puede todo (incluyendo pobreza, enfermedades, trastornos mentales o adicciones, en los roles de género en la familia o la pareja) y mi pareja es mía.

Todos estos conceptos anteriores responden al modelo de amor idealizado, elaborado cultural y sociológicamente, en el que -tal y como apunta la psicóloga Ana Yáñez-, tenemos que dejar de creer en pro de un concepto de ‘amor sano’.

Amar sin construir un vínculo romántico tiene muchas ventajas; para empezar nos libramos del círculo vicioso de ilusión-decepción. (Foto: Getty)
Amar sin construir un vínculo romántico tiene muchas ventajas; para empezar nos libramos del círculo vicioso de ilusión-decepción. (Foto: Getty)

“Es necesario mudar hacia una visión más realista, elástica e igualitaria del amor y las relaciones de pareja, que se diseña poco a poco, al gusto de las partes”, añade la sexóloga y directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología.

Así empieza todo

El amor empieza en la corteza cerebral, pasando después al sistema endocrino y desencadenando cambios fisiológicos y químicos por la segregación de dopamina en el hipotálamo. Así es, el amor es pura química.

“Generalmente la persona se enamora de alguien que se parece a él mismo, que comparte su religión, valores e intereses, que tiene un nivel educativo y una apariencia similar y proviene del mismo entorno socioeconómico”, explica Helen Fisher, antropóloga de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey.

Cuando nos enamoramos pasamos por tres etapas en las que sufrimos una serie de cambios hormonales, algunos muy similares a una adicción o una enfermedad mental.

  1. La atracción, movida por la lujuria y el descontrol.

  2. El flechazo, donde el amor romántico aflora.

  3. Y la fidelidad, donde surgen los sentimientos de apego y cariño.

Sin embargo, para la antropóloga, el amor no es más que un impulso fisiológico natural, similar al de comer o beber agua, que existe por la necesidad de procrear y perpetuar la especie.

LAS MENTIRAS QUE NOS CONTARON

Según Carlos Yela García, profesor del Departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid, el amor romántico se sostiene con base en una serie de mitos:

  • MITO DE LA MEDIA NARANJA

Es la creencia de que elegimos a la pareja porque está ‘predestinada’ y punto. No entramos a valorar nada más, y pensamos que es la mejor y única elección posible. Esto podría dar lugar a un nivel elevado de expectativas y exigencia en la relación que lleven, o bien a la decepción, o a la idea de que hay que permitir todo en la relación, o sacrificarse en exceso para que las cosas vayan bien.

  • MITO DE LA EXCLUSIVIDAD

Esa necesidad de vivirlo en exclusividad, (apartándose incluso de los amigos) y de creer que es imposible estar enamorado de dos personas a la vez. Esto puede suponer conflictos internos.

  • MITO DEL EMPAREJAMIENTO

Creer que la pareja (heterosexual) y la monogamia amorosa es algo natural y universal, presente en todas las épocas y culturas. Esto puede dar lugar a conflictos internos en personas que se desvíen de esta creencia normativa.

  • MITO DE LA FIDELIDAD

Creer que todos los deseos pasionales y románticos deben satisfacerse exclusivamente con la propia pareja si se la ama de verdad.

  • MITO DE LA EQUIVALENCIA

Creer que amor y enamoramiento, que dura entre nueve y dieciocho meses, son equivalentes y que si una persona deja de estar enamorada (ha dejado de sentir mariposas en el estómago) ya no ama a su pareja. Tal y como esto pasa porque que las fases del amor van modificándose, y no reconocer esta transformación puede llevar a vivirla de modo traumático.

Una afirmación refrendada por Yánez: “El amor romántico, el modelo de relación que pensamos que debe haber entre un hombre, una mujer o entre personas del mismo sexo, está basado en premisas sin equivalentes en el mundo real, por no decir imposibles, y muy difíciles de conseguir”.

El verdadero amor, apunta el psicólogo Iñaki Piñuel, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), está basado en la reciprocidad y que está muy lejos de ser lo que se presenta en los medios de comunicación, las novelas, las películas y las canciones románticas. “Muchas personas se quedan como adictas a mantener la sensación de enamoramiento de manera permanente, lo que conduce a muchos desastres emocionales, personales y familiares”.

Estos mitos terminan por construir una idea equivocada de las relaciones con tintes dramáticos y rígidos y nos impiden evolucionar o aprender nuevas formas de relacionarnos. En el amor, concluye el experto, no hay que sufrir, sacrificarse, aguantar, renunciar ni pasarlo mal. Al contrario, el amor racional como elección es tranquilo, estable y un poco aburrido.

¿Tu pareja se rige aún por estos mitos?

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