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5 trastornos comunes que podrían avisar del Parkinson

Los cambios a nivel emocional y las crisis de ansiedad aparecen mucho antes de que se manifiesten los signos clásicos de EP. Estar pendientes de estos síntomas ‘invisibilizados’ y controlarlos ayudará a mantener la calidad de vida

El cambio radical y repentino en el tamaño de la letra es un síntoma temprano de la enfermedad de Parkinson. (Foto: Getty)
La caligrafía puede cambiar y volverse pequeña e irregular. El cambio radical y repentino en el tamaño de la letra es un síntoma temprano de la enfermedad de Parkinson. (Foto: Getty)

Se estima que la enfermedad de Parkinson (EP) afecta a más de 160.000 personas en España, según datos de un revisión sistemática. Dependiendo del tipo de paciente y estadio, puede presentar diferentes síntomas que, en función avanza la enfermedad, van dificultando su calidad de vida.

Generalmente, cuando una persona detecta los síntomas del Parkinson, experimenta una sensación de miedo y pérdida de control. Este estado de alarma puede generar ideas precipitadas sobre la enfermedad y, seguramente, más catastróficas de lo que en realidad son.

La evolución de la EP puede ser muy lenta, o evolucionar más rápidamente. La celeridad con la que se desarrolla la enfermedad podría estar relacionada con la detección de la misma. Es decir, cuanto antes la detectemos, antes podemos iniciar el tratamiento y quizás consigamos retrasar su desarrollo.

El problema es que la mayor parte de los 10.000 nuevos casos de Parkinson que se detectan cada año, se diagnostican cuando los pacientes tienen entre 60 y 70 años, pero no es una enfermedad exclusiva de las personas mayores. De hecho, unos 1.500 casos se detectan en pacientes que no superan los 45 años.

La EP es una enfermedad crónica, y afecta de diferente manera a cada persona que la padece. Dentro de los signos clásicos destacan los temblores, que suelen presentarse cuando la enfermedad ya está avanzada. (Foto: Getty)
La EP es una enfermedad crónica, y afecta de diferente manera a cada persona que la padece. Dentro de los signos clásicos destacan los temblores, que suelen presentarse cuando la enfermedad ya está avanzada. (Foto: Getty)

Y es que el Parkinson es una enfermedad con inicio insidioso, un trastorno progresivo neurodegenerativo y se diagnostica cuando aparecen los trastornos motores típicos. Por eso, el diagnóstico precoz de Parkinson se ha convertido en un reto para los médicos de Atención Primaria. Pero pueden aparecer alteraciones motoras y no motoras de forma precoz y varios años antes del diagnóstico.

Cómo se manifiesta

Sus principales manifestaciones son temblor, bradicinesia (lentitud en el inicio del movimiento voluntario con reducción progresiva de la velocidad y la amplitud del mismo tras una acción repetida) y rigidez. Pero estos síntomas motores, que son los más conocidos, como la lentitud de movimiento e inestabilidad postural, no se siempre se presentan al inicio de la enfermedad.

Existe otra sintomatología invisibilizada “que puede llegar a afectar al paciente y la familia, incluso más que los motores”. afirma Laura Morer, directora general de la Asociació Catalana per al Párkinson (ACAP). Entre ellos destacan:

  1. Los trastornos del sueño, sobre todo provocados porque suele haber movimientos repentinos y fuertes durante la noche.

  2. El estreñimiento, puede aparecer a lo largo de la evolución de la enfermedad hasta en el 80 por ciento de los pacientes, según la Sociedad Española de Neurología.

  3. Problemas visuales, falta de expresión facial o aspecto de máscara: verse anormalmente serio, enojado o triste (también puede presentar falta de parpadeo).

  4. Dificultades respiratorias,

  5. Y problemas urinarios.

Pero el listado de síntomas no acaba aquí: también están relacionados con la patología la anosmia (pérdida del sentido del olfato), la fatiga, el encorvamiento de la espalda, los trastornos afectivos, las alucinaciones y delirios, trastornos en el control de impulsos, somnolencia diurna, sudoración excesiva, seborrea, disfunción sexual, alteraciones en la micción, fatiga o pérdida peso.

“Conocerlos e identificarlos puede ser clave para poder mejorar los tiempos de diagnóstico de esta enfermedad”, señala Javier Pagonabarraga, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología

¿Ya no parece la misma persona?

Cualquier persona que padezca estos trastornos puede sufrir cambios en la personalidad o el comportamiento, y en el estado de ánimo, dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, un gran cambio repentino, en la personalidad y/o en la conducta, en particular si no está relacionado con ningún acontecimiento obvio (como iniciar un tratamiento farmacológico o la pérdida de un ser querido), a menudo indica un problema.

Ahora está incrementando el conocimiento de este tipo de síntomas “que tienen que ver con el estado de ánimo, aceptación... añade Morer. Por eso ha crecido la demanda de terapia psicológica, destinada tanto al paciente como a la persona cuidadora”.

El carácter varía en los primeros estadios de la enfermedad, por lo que es habitual la irritabilidad o la depresión sin causa aparente. Aunque suelen ser inespecíficos, se suelen manifestar de diversas formas como agitación, ansiedad y/o miedos aparentemente infundados. Todo esto puede provocar alteraciones en las relaciones familiares y sociales de los pacientes. Por eso es importante estar atentos a estos cambios y no dejarlos pasar. Aunque pensemos que no es necesario, acudir al médico es la primera medida que se debe tomar.

La Enfermedad de Parkinson se produce por un deterioro neurodegenerativo que daña al Sistema Nervioso Central. (Foto: Getty)
La Enfermedad de Parkinson se produce por un deterioro neurodegenerativo que daña al Sistema Nervioso Central. (Foto: Getty)

Un deterioro progresivo

Diversas investigaciones han ido mostrando cómo se produce el curso de la enfermedad, y concluyen que existen una serie de similitudes en el desarrollo de la enfermedad. En concreto, un artículo publicado en Lancet of Neurology evaluó la asociación de varias características pre-diagnósticas y la confirmación de diagnóstico de Parkinson.

Así van apareciendo los síntomas tempranos de la enfermedad a lo largo del tiempo:

  • 2 años antes del diagnóstico se presentan más frecuentemente apatía, alteraciones del sueño, anosmia, hipersalivación o sialorrea y deterioro cognitivo (falta de memoria) en personas que después desarrollaron enfermedad de Parkinson.

  • 5 años antes del diagnóstico las personas que posteriormente desarrollaron Parkinson presentaban temblor, alteraciones del equilibrio, estreñimiento, hipotensión, disfunción eréctil, disfunción urinaria, mareos, fatiga, depresión y ansiedad.

  • 10 años antes del diagnóstico de Parkinson las personas que posteriormente lo desarrollaron presentaban temblor y estreñimiento.

Aprovechar la consulta médica

En este sentido, los especialistas consideran necesario que los pacientes de Parkinson preparen bien para la visita al neurólogo, ya que va a repercutir mucho en su calidad de vida. “Lamentablemente el tiempo de visita es limitado y hay que aprovecharlo al máximo. Este tiempo y cómo lo gestione el paciente puede condicionar los meses siguientes”, explica Laura Morer

Entre otras pautas, recomiendan anotar en un diario cualquier novedad, desde la última visita, dudas y cualquier información o dato relevante que ayude a ir con las ideas claras. “La idea es ofrecerles herramientas para que puedan identificar, priorizar y exponer qué les pasa entre visita y visita”, apunta Morer.

¿Conocías los síntomas no motores del Parkinson?

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