Los siete años de George de Cambridge: el niño que hay en el Príncipe

George de Cambridge cumple hoy siete años. Y, como es tradición, hemos amanecido con un nuevo retrato oficial del Príncipe, que deja constancia no solo de que ha cumplido un año más de edad, sino también de que ha cumplido un año más de formalidad y un año más de encanto. La bonita fotografía firmada por la Duquesa de Cambridge no será la única sorpresa, sus padres tratarán de compensar los largos meses de confinamiento y las restricciones establecidas para frenar el avance de la pandemia, poniendo especial esmero en cada detalle para que, pese a las circunstancias, el príncipe George tenga el mejor día de cumpleaños que recuerde. El tiempo pasa demasiado rápido y, más pronto que tarde, la infancia del heredero del heredero del Heredero se desvanecerá para dar paso a las obligaciones de su condición. Pero aún hay un niño en el Príncipe.

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1. Érase una vez un príncipe llamado...

George de Cambridge hizo su primera aparición pública con solo un día de vida al abandonar en brazos de sus padres el hospital de St. Mary's de Paddington en Londres, donde había nacido. Aún su nombre no había sido anunciado aquel 23 de julio de 2013. Estaba por decidirse. La Duquesa de Cambridge había pensado en realidad durante todo el embarazo llamarle Alexander, pero en el último momento cambió de parecer y eligió George como primer nombre del futuro Rey de de Inglaterra y Alexander, su preferido, como segundo. La elección, de gran tradición en la Familia Real británica, era especialmente emotiva para la propia Isabel II, ya que su padre fue George VI y su abuelo fue George V. Llegado el día, su bisnieto será George VII.

2. Un gran hermano mayor... con sus celos

George de Cambridge se convirtió en hermano mayor el 2 de mayo de 2015, cuando nació la princesa Charlotte. Ese mismo día fue al hospital St. Mary's a conocer a la recién nacida brindándole una cálida bienvenida a la familia. La Duquesa de Cambridge tomó una fotografía de los dos pequeños juntos en su residencia de Anmer Hall en Norfolk, apenas un mes después. Ni siquiera había cumplido los dos años y el príncipe George ya ejercía su papel de hermano protector con la princesa Charlotte en su regazo. Desde entonces ha mirado siempre por ella, ha sido su mejor compañero de juegos y le ha ofrecido su consejo y guía en el colegio. Lo que lleva muy regular es que su hermana pequeña le corresponda marcándole goles o que tenga deberes mucho más divertidos que su abcdario.

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Los siete años de George de Cambridge, el niño detrás del Príncipe
Los siete años de George de Cambridge, el niño detrás del Príncipe

3. Saludando a Mr. Obama y Mr. Trudeau

El Príncipe puso a andar el cuentakilómetros de sus viajes oficiales en la primavera de 2014 en una gira de tres semanas por Nueva Zelanda y Australia cuando aún no daba sus propios primeros pasos. Hoy lleva unos cuantos sellos en el pasaporte y las primeras lecciones de un futuro trotamundos en su servicio a la Corona en el equipaje. Como Rey de Inglaterra, George de Cambridge conocerá a los poderosos del mundo y estrechará miles de manos importantes a lo largo de su reinado. Pero su carrera diplomática empezó con apenas tres años un día en casa poco antes de acostarse. El príncipe George esperó la visita de los Obama para darles las buenas noches. El perfecto anfitrión, impecable con un batín, dio la mano al expresidente y le agradeció sus juguetes de regalo durante el breve encuentro en el Palacio de Kensington de aquel abril lluvioso, para no llevar la contraria, de 2016. Otro de sus encuentros más mediáticos fue con el Primer Ministro Justin Trudeau, a su llegada a Canadá, pero en aquella ocasión el príncipe George, recién llegado de un vuelo transoceánico, decidió mostrar su malestar por el largo viaje saltándose los saludos.

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4. Varias bodas y una regañina

Son muchas bodas reales (y no reales) a sus espaldas como paje. A estas alturas el príncipe George ya es todo un experto del ceremonial canónico, pero también es un niño. Alguna vez ha tenido la tentación de saltarse el protocolo como cualquier príncipe de la edad (el propio príncipe Guillermo le hizo muecas a las damas de honor de Sarah Ferguson y Felipe de Marichalar hizo el ademán de dar una patada en el gran día de los entonces Príncipes de Asturias) y en su caso se ha tenido que enfrentar a las consecuencias: se ha ganado una buena regañina de sus padres. La Duquesa de Cambridge se inclinó hacia el pequeño en la boda de Pippa Middleton y James Matthews en 2017 y le apuntó con un dedo en señal de advertencia de que no debía volver a pisar a propósito la cola del vestido de novia de su tía, Pippa. Su madre no se divirtió nada con la broma, aunque cuando vio al pequeño apesadumbrado, le consoló con una caricia. Las muecas del príncipe George a los fotógrafos a traves de los grandes ventanales de Buckingham y un pequeño berrinche en el bautizo de la princesa Charlotte porque no le gustaba su precioso traje rojo son todos sus momentos fuera de protocolo.

5. La mayor pasión de todas sus pasiones

Hay una pasión que ha derrocado a los dinosaurios, a los helicópteros y a los juegos imposibles de montar. Reina en su corazón ahora, y auguramos que tendrá un largo reinado en la vida del príncipe George, el deporte rey. Celebró sus sexto cumpleaños junto a sus compañeros de clase de Thomas's Battersea con una fiesta temática de fútbol en Londres y posó para su retrato oficial de aquel aniversario con la camiseta de Inglaterra mientras daba unos tiros en el jardín del palacio de Kensington, pero su verdadero bautismo de fuego como hincha de la Premier League fue unos meses después en un partido entre el Norwich City y el Aston Villa en el palco del estadio de Carrow Road. El pequeño no solo no se sintió intimidado por las multitudes de aficionados en las gradas, sino que el cuarto gol del Aston Vila, el equipo del que el príncipe Guillermo es seguidor, le levantó literalmente de la butaca. George de Cambridge, que vestía para la ocasión la equipación del Birmingham, se puso a saltar y a saltar celebrando el nuevo tanto con una emoción que no fue capaz de reprimir cuando su padre le instó a contenerse. La pasión del fútbol no entiende de razones.

6. Tan grande como un Rex

George de Cambridge y los dinosaurios que tanto le gustan tienen algo en común: su voraz apetito. El príncipe George es de muy buen comer, pero tiene sus preferencias, la pasta en general y la pizza en concreto. Un día será Rey y entonces se asume que disfrutará de la clase de comidas sofisticadas que se sirven en los banquetes de gala del Palacio de Buckingham, pero ahora mismo no cambia ninguna de esas delicias en bandeja de plata por sus triangulitos de pizza.

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7. Colorín, colorado... Este día se ha acabado

George de Cambridge ya no utiliza mil pretextos para dilatar el momento de irse a dormir. El príncipe Guillermo guarda un as debajo de la almohada para conseguir que se vaya a la cama sin rechistar: el cuento Room on de Broom (¡Cómo mola tu escoba!), de Julia Donaldson. El libro favorito de los hermanos Cambridge, escrito en rima, cuenta la divertida historia de una bruja que va recogiendo animales y los sube a su escoba mágica hasta que se le rompe y se hace una nueva con sitio para cada animal. El Duque tiene en los bolsillos del pijama otros trucos: “David Walliams también hace buenos libros para niños, creo que para niños un poco mayores. He leído uno y fue muy, muy bueno”, reveló en una ocasión. El cuento de cada noche reúne a padres e hijos y pone final feliz a cada día.