A checar la despensa: estos alimentos podrían hacer que tus hijos suban de peso

Texto: Carmen Murtagh

Si buscamos excusas para comer mal, siempre vamos a encontrar una: la falta de tiempo, los caprichos de los más pequeños, los eventos sociales o los precios elevados de los alimentos saludables. Sin embargo, debemos enseñar a nuestros hijos a comer equilibradamente y mantener las porciones bajo control. Conoce de qué alimentos preservarlos.

Somos lo que comemos. – Foto: Jamie Grill / Getty Images
Somos lo que comemos. – Foto: Jamie Grill / Getty Images

“Usted es la culpable…”

¿Podrían algunos alimentos y bebidas ser más responsables del aumento de peso extra en los niños?

Para averiguarlo, un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina Duke, de la Universidad Nacional de Singapur (NUS, por sus siglas en inglés) estudió a más de 4,600 niños de 7, 10 y 13 años en el Reino Unido, realizando un seguimiento de su dieta y otros factores. Entre sus hallazgos, publicados en la revista Health Affairs, en febrero de este año, los alimentos que se destacaron por promover una mayor ganancia de peso incluyeron: pescado empanado, carnes procesadas, patatas fritas (caseras y de paquete), postres y bebidas dulces.

Ahora bien: ¿Por qué estos alimentos engordan más que otros? Los investigadores vieron algunos patrones comunes, reseñados por la dietista registrada Sally Kuzemchak en la revista Parents:

– Ricos en calorías, pero que no sacian. Los alimentos que son “densos de energía” aportarían muchas calorías, pero no satisfarían particularmente, así que tienden a ser comidos en porciones grandes. En el estudio, las patatas de paquete (altas en calorías pero pobres en nutrientes y bajas en fibra) se asociaron con más ganancia de peso. Sin embargo, las patatas hervidas o al horno (nutritivas y ricas en fibra) no lo fueron.

– Altos en azúcar agregada. Las bebidas endulzadas con azúcar serían particularmente problemáticas, porque no tienden a satisfacer como lo hacen los alimentos. Así que, el cerebro no registraría que ha consumido calorías, aunque muchas estén ingresando al organismo.

– De índice glucémico alto. Estos alimentos causarían un aumento mayor de azúcar en sangre e insulina, que puede desencadenar más antojos.

– Bajos en fibra. Los granos refinados (y las comidas que los contienen) serían bajos en fibra y no muy abundantes. La fibra ralentiza la digestión, lo que sacia más rápido y puede ayudar a evitar comer en exceso.

Por otro lado, los alimentos que estaban asociados con menos ganancia de peso, tendían a ser altos en proteínas y fibra, como granos enteros y cereales ricos en fibra. Tanto la proteína como la fibra se muestran en la investigación como particularmente saciadoras.

Beber (y comer) con moderación

“Como dietista, creo que los niños (y los adultos) pueden comer estos alimentos de vez en cuando sin preocuparse. Pero los pilares de la dieta deben seguir siendo alimentos frescos y mínimamente procesados”, advierte Kuzemchak. Eso significa pescado fresco mucho más a menudo que los palitos de congelados, patatas al horno mucho más a menudo que las fritas, y frutas y verduras en la hora de la merienda mucho más a menudo que un paquete de patatas fritas.

Una buena forma de visualizar el tamaño adecuado de las porciones, consiste en utilizar la idea del “plato dividido” en 4 partes iguales: una para las proteínas, otra para los hidratos de carbono (como las féculas integrales) y la otra mitad con alimentos de origen vegetal (fruta, verdura y hortalizas), aconseja el sitio KidsHealth, de la Fundación Nemours. Respecto de las bebidas, el agua y la leche serían las mejores para los niños. El zumo está bien cuando es al 100%. Con 115 a 170 ml diarios –de 4 a 6 onzas- bastaría para un preescolar, sugiere la misma fuente.

Ante cualquier consulta, no dudes en recurrir a un nutricionista.

¿Qué alimentos poco saludables suele haber en tu casa?

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