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Adele pasó de beber cuatro botellas de vino antes de una comida a renunciar por completo al alcohol y al azúcar

Adele credit:Bang Showbiz
Adele credit:Bang Showbiz

La increíble transformación física que Adele inició en 2019, de la que no dudaba en presumir a través de las fotos que compartía con sus seguidores de las redes sociales, sufrió un parón muy significativo con la llegada de la pandemia del coronavirus y, concretamente, con la situación de confinamiento a la que se vio sometida en los meses más duros de la crisis sanitaria, al igual que decenas de millones de personas en todo el mundo.

Ella misma lo ha reconocido ahora en una de esas amenas charlas que mantiene con el público que acude a sus conciertos de fin de semana en Las Vegas. Para poder perder más de diez kilos en cuestión de unas pocas semanas, la artista inglesa renunció por completo al consumo de azúcar y alcohol, además de abrazar una dieta muy saludable, dominada por frutas y verduras. Sin embargo, el estrés y la preocupación derivadas de la reclusión doméstica le hizo abandonar temporalmente estos buenos hábitos, retomando la ingesta compulsiva de vino para desconectar de los problemas.

Como recoge el diario británico Daily Star, en su espectáculo del pasado sábado, Adele recordó que, en una ocasión, no dudó en beberse cuatro botellas de vino antes de una comida, una decisión que ahora atribuye a la mezcla de aburrimiento y nerviosismo que la invadían al no poder salir de su habitación en plena ola de contagios. "Me acuerdo de cuando vine aquí en medio de la pandemia, del confinamiento. Creo que eran las once de la mañana y me había bebido cuatro botellas de vino. Es que estábamos todos en casa, y yo estaba borracha todo el tiempo", bromeó.

Un año más tarde, la estrella de la música volvió a enterrar sus costumbres más perjudiciales, alejándose de la bebida para poder lidiar con algunos de los golpes emocionales más fuertes que se ha llevado nunca. La artista sufrió en 2021 la muerte de su padre, Mark Evans, a causa de un cáncer intestinal y a la temprana edad de 57 años. Aunque Adele y su progenitor llevaban años sin hablarse debido a la situación de abandono en que éste la dejó cuando sólo era una niña, su trágico deceso removió los sentimientos más profundos de la intérprete. Asimismo, ese año la artista finalizó su divorcio de Simon Konecki, padre de su hijo Angelo. Poco después, Adele conocería a su actual pareja, el agente de deportistas Rich Paul, con el que se estaría preparando para pasar por el altar.

Como ella misma contó a la presentadora Oprah Winfrey en una entrevista de hace dos años, procesar tantas pérdidas sólo podía resultar llevadero si tenía la mente clara y despejada. "Dejé de beber. Es una forma genial para conocerse mejor a una mismo, beber sólo agua y tratar de mantenerse sobria todo el tiempo", admitía. Por si eso no fuera suficiente, Adele dejó de tomar té con la intensidad de antaño, renunciando al mismo tiempo a sus 20 cucharadas de azúcar diarias. "Solía tomar diez tazas al día con dos azucarillos en cada una, así que estamos hablando de 20 unidades de azúcar al día. Ya no lo bebo y ahora tengo más energía que nunca", explicaba con orgullo.