Scarlett viaja a los cincuenta con ‘¡Ave, César!’, ¿ha superado ya a la diva de entonces, Marilyn?

Sus curvas, sus labios, su melena dorada (natural o no, eso es lo de menos) y su sensualidad, voz incluida, han hecho que a Scarlett Johansson y a Marilyn Monroe se les haya comparado no una ni dos veces. Si hasta la primera se ha transformado en la segunda, sin mucho esfuerzo dicho sea de paso, para la línea de cosméticos de una popular firma de moda italiana. Pero, más allá del físico, ¿se parecen ambas actrices? ¿Llevan carreras paralelas? ¿Ha superado ya la primera a la segunda?

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(Foto: Universal Pictures)

La protagonista de La joven de la perla estrena esta semana película y el hecho de que los disparatados hermanos Coen la hayan convertido en una diva del cine de los cincuenta en ¡Ave, César! hace que nos preguntemos de nuevo por el parecido existente entre ambas. Pero no en el físico, que puede ser más o menos evidente. Vayamos un poco más allá. Preguntémonos si Johansson ha superado a estas alturas de su carrera a un mito como Marilyn.

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Para empezar, un criterio tan bueno como cualquier otro es la edad. Johansson tiene 31 años. A su edad ha conseguido ser una de las actrices mejor valoradas del panorama hollywoodiense, hacerse un hueco más allá de su aspecto físico, demostrar su talento para la interpretación y su tirón en taquilla. De los Oscar aún no ha oído ni hablar, pero ha sido nominada cuatro veces a los Globos de Oro y ha ganado un BAFTA por Lost in Traslation.

Sigamos. Ha trabajado con los Coen, sí, pero también con Sofia Coppola, con Joss Whedon, Luc Besson, Jon Favreau, Spike Jonze, Cameron Crowe (aunque We Bought a Zoo fue un pinchazo), Woody Allen, Christopher Nolan, Brian De Palma, Peter Webber…. y, claro, con Robert Redford. Empezó en esto del cine con solo diez años en Un muchacho llamado Norte y no ha parado. Se inició como niña mona, continuó como chica guapa y despuntó como actriz con el tiempo.

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(Foto: Warner Bros.)

Le ha llegado el turno a Marilyn. La rubia que levantaba pasiones en los cincuenta y triunfaba en la cartelera falleció a los 36 años. Para entonces está claro que era una diva dentro y fuera de la pantalla. ¿Y a los 31? Edad que ahora figura en el pasaporte de Johansson. Eso fue en 1957, año en el que estrenó El príncipe y la corista a las órdenes de nada más y nada menos que Laurence Olivier.

En su currículum de entonces, Bus Stop, La tentación vive arriba, Luces de candilejas, Río sin retorno, Cómo casarse con un millonario, Los caballeros las prefieren rubias, Niágara, Eva al desnudo Trabajar había trabajado ya con pesos pesados de la historia del cine como Olivier, John Houston, Joseph L. Mankievicz, Howard Hawks y Billy Wilder, por mencionar solo unos pocos.

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En el capítulo de premios, en 1954 ganó un Globo de oro honorífico, pero no se llevó uno de los de competición hasta 1960 por Con faldas y a lo loco y ese año no entra en la comparativa. Los Oscar nunca se acordaron de ella. En cuanto a la edad a la que empezó, lo hizo con 21 años, mucho más mayor que Johansson.

Expuestas ambas carreras, ¿se puede decir que Johansson haya superado a estas alturas a Marilyn? La respuesta sería que no. Puede que con el tiempo lo consiga. Pero para ello, más allá de los premios, de los directores con los que ruede o de la taquilla que haga, tendrá que conseguir algo muy complicado: ser elevada a la categoría de mito. Tiempo tiene por delante y talento le sobra.