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Cómo ahorrar y cumplir tu propósito con un método infalible

Uno de los propósitos de Año Nuevo más recurrentes es el poder ahorrar durante los 12 meses, sin embargo, también es aquel en el que más pronto desisten las personas ante la dificultad de guardar una parte del ingreso para planes futuros o para contingencias.

Sin embargo, los especialistas han creado diferentes métodos para facilitar el cumplimiento de esta meta que, además de ser un buen hábito, representa una de las mejores formas de mantener la salud de las finanzas personales y familiares; y de contar con tranquilidad en el futuro.

El método infalible para ahorrar

Más que seguir una regla, se trata de tener claras cuáles son las prioridades con el fin de poder aplicar el método 50/30/20 que establece utilizar para los gastos fijos y pago de deudas la mitad de los ingresos, el 30 por ciento para gastos personales y el 20 por ciento restante para ahorrar.

Aunque parece demasiado fácil para ser verdad, la clave de este método está en aprender a distinguir lo necesario de lo prescindible, algo que marca la diferencia entre llegar a fin de mes con dinero en el bolsillo y estirar el último billete los últimos tres días hasta la próxima fecha de pago.

Por supuesto, al inicio será un poco complicado, pero conforme lo pongas en práctica se irá facilitando aplicarlo. Una herramienta que será de mucha utilidad es el presupuesto, que permite visualizar mejor los gastos en que se incurre y cuáles de ellos pueden eliminarse.

Si ya no usas papel, puedes acudir a alguna de las muchas aplicaciones para el móvil que te ayudan a registrar tus gastos y a planear el presupuesto, como Mint o YNAB (You Need a Budget). Así, cuando decidas cuánto necesitas para comprar despensa, puedes descartar los productos que, al final, terminas tirando a la basura, que estadísticamente son entre el 5 y el 15 por ciento de lo que se adquiere.

También se puede hacer una relación de los recursos que requiere comer en restaurantes o pedir comida a domicilio, contra lo que se utiliza para preparar la comida en casa; o bien, qué costo tienen en conjunto los servicios de streaming que se tienen contratados, si es que se trata de más de uno, y cuál es que es más conveniente conservar.

Cuando se revisen los gastos personales, que son prescindibles pero que se realizan en beneficio de la calidad de vida, es importante ajustarse al presupuesto y evitar ese “último gustito” que sale del dinero que se tiene destinado. Poco a poco se irá ganando disciplina y se logrará un gasto más responsable y menos impulsivo. Si hay algo que se desea adquirir pero no se tiene suficiente dinero todavía, se puede hacer un plan de ahorro para comprarlo de contado, en lugar de usar la tarjeta de crédito.

Cuando se llega al porcentaje del ahorro, lo mejor es que, cuando se reciban los ingresos se piense en ellos sin tomar en cuenta ese 20 por ciento para hacer planes. Otra forma de hacerlo fácil es ingresarlos a una cuenta separada o de inversión en cuanto se reciba el pago, así será más fácil mantener el objetivo.

Es útil también hacer revisiones trimestrales para ajustar los gastos básicos, fijos y prescindibles, pues a medida que se van pagando las deudas podría destinarse más dinero al ahorro a un plan a corto plazo, como unas vacaciones o una nueva consola de videojuegos.