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Alberto de Mónaco se disputa con una profesora de yoga la herencia de un millonario

Hay herencias disputadas, herencias que llevan a las familias a la ruptura (y sino que se lo digan a los Mohedano-Carrasco) y hasta herencias envenenadas como la de Paquirri, que llevó al distanciamiento total de su mujer Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera hace apenas unos meses. Pero también hay herencias 'por sorpresa' y que dejan a los que la reciben con la boca abierta. Sin duda, esto le pasó a Alberto de Mónaco hace ya una década cuando le comunicaron que había aparecido en el testamento de un desconocido y que le dejaba 3,5 millones de euros.

Prince Albert II of Monaco attends Alberto De Monaco' Foundation Awards at Reina Sofia Museum on June 20, 2019 in Madrid, Spain. (Photo by Oscar Gonzalez/NurPhoto via Getty Images)
Prince Albert II of Monaco attends Alberto De Monaco' Foundation Awards at Reina Sofia Museum on June 20, 2019 in Madrid, Spain. (Photo by Oscar Gonzalez/NurPhoto via Getty Images)

Pero esta historia aún no tiene un final feliz y es mucho más complicada que la simple alegría que le podría haber producido al príncipe monaguesco hace diez años. De esta sorprendente información no se sabía nada hasta que hace unos días el semanario francés Le Nouvel Observateur destapaba al detalle cómo se había producido tal situación y en qué momento se encontraba la herencia millonaria. Todo comenzó en el año 2011 con el fallecimiento a los 85 años de Kellogg Smith, un multimillonario estadounidense perteneciente a una gran familia de empresarios del sector industrial y que residía desde hace años en el Principado de Mónaco, templo del lujo y el glamour por excelencia.

Los problemas comenzaron con la apertura del testamento de Smith, ya que se encontraron dos testamentos distintos y contradictorios. El primero lo encontró un notario que, casualmente es primo del hermano de Carolina de Mónaco, y tenía como fecha de inscripción en el registro el 23 de junio de 2005. En ese primer texto, el americano escribía con su propia letra que nombraba como legatario universal al príncipe Alberto, al que, según el semanario galo, no había visto en su vida ni conocía de nada. En la misma web explican que esto a veces sucede, ya que el fallecido planea que ese dinero que da como herencia a un príncipe luego será donado a diferentes organizaciones benéficas, aunque no queda reflejado en el testamento como tal esa intención.

La sorpresa fue máxima para el príncipe pero lo fue mucho más para la viuda de Smith, una ex profesora de yoga de 68 años, de origen italiano y de familia humilde, que cuando falleció su marido vio como la fortuna de 3,5 millones (que según Le Nouvelle Observateur estaban ingresados en buena parte en una sucursal bancaria de Mónaco) que esperaba recibir como legítima heredera, se esfumaba ante sus ojos. Fue en agosto de ese mismo año cuando la señora Smith descubrió en uno de los cajones de su casa una carta manuscrita de su marido en la que además de despedirse de ella, explicaba qué hacer con su fortuna. "Que yo sepa, no dejo ningún testamento de carácter legal. Deseo que la tercera parte de toda mi herencia, mi dinero y mis bienes sea atribuida a mi esposa y el resto a organizaciones benéficas de Mónaco o de cualquier otra parte”, escribió, según la versión de la viuda, el millonario poco antes de intentar quitarse la vida.

MADRID, SPAIN - JUNE 20: Alberto de Monaco attends 'Alberto De Monaco' Foundation Awards at Reina Sofia Museum on June 20, 2019 in Madrid, Spain. (Photo by Europa Press Entertainment/Europa Press via Getty Images)
MADRID, SPAIN - JUNE 20: Alberto de Monaco attends 'Alberto De Monaco' Foundation Awards at Reina Sofia Museum on June 20, 2019 in Madrid, Spain. (Photo by Europa Press Entertainment/Europa Press via Getty Images)

Una separación y dos 'testamentos' confusos

Pero la historia se complica todavía más. Ese intento de supuesto suicidio fracasó y poco después Smith se separaba de la que había sido su mujer desde el año 1999. La separación fue efectiva, pero el ya ex matrimonio nunca firmó el divorcio, por lo que ella seguía siendo su esposa de manera legal cuando el americano murió. Pero en ese momento, esa afirmación que él había hecho en esa carta que ella dijo haber encontrado en su casa y en la que Smith aseguraba no haber dejado un testamento 'oficial', se dio de bruces con el testamento ante un notario que apareció tras su muerte.

Ahí comenzó una batalla legal en la Corte de Mónaco que en 2012 le dio la razón al marido de Charlene de Mónaco y en los juzgados se dio validez al testamento aparecido en el notario en favor del príncipe. La viuda trató de negociar una parte de esa herencia con el soberano proponiéndole incluso que se donara una pequeña parte de esos más de tres millones de euros a la organización benéfica de su mujer, la princesa Charlene. Pero no se llegó a un acuerdo amistoso y ella optó por continuar su lucha con abogados de por medio. Recurrió al tribunal de Primera Instancia de París, que le dio la razón en este caso a ella reconociendo que esa carta manuscrita por Smith tenía la validez de un testamento y Alberto debería devolver el dinero con una suma extra bastante importante en concepto de daños. Pero han pasado diez años y la viuda aún no ha recibido ni los bienes (entre los que se encontraba un apartamento en la capital francesa) ni el dinero que dejó su ex marido y que aún está en el banco.

2022: fecha clave

Aunque hasta ahora el príncipe de Mónaco no se ha pronunciado sobre este asunto y ha preferido llevarlo en la más estricta privacidad, esta noticia ha salido a la luz y ahora parece que está previsto que el Tribunal de Apelación parisino se pronuncie sobre una nueva demanda de la viuda para poder acceder al dinero del finado. El semanario francés habla de que en junio de 2022 se llevará a cabo el juicio definitivo para dirimir quién es el verdadero heredero de esa fortuna que ha puesto en pie de guerra a un príncipe y una profesora de yoga sexagenaria.

MONTE-CARLO, MONACO - SEPTEMBER 24: Princess Charlene of Monaco and Prince Albert II of Monaco attend the Monte-Carlo Gala For Planetary Health on September 24, 2020 in Monte-Carlo, Monaco. (Photo by SC Pool - Corbis/Corbis via Getty Images)
MONTE-CARLO, MONACO - SEPTEMBER 24: Princess Charlene of Monaco and Prince Albert II of Monaco attend the Monte-Carlo Gala For Planetary Health on September 24, 2020 in Monte-Carlo, Monaco. (Photo by SC Pool - Corbis/Corbis via Getty Images)

La supuesta crisis con Charlene

Esta noticia ha saltado a los medios justo en el peor momento de la vida matrimonial de Alberto y Charlene, una pareja cuestionada prácticamente desde el día que celebró su boda en julio de 2011 en el Palacio Grimaldi. En las últimas semanas mucho se ha hablado sobre la supuesta cercanía de una separación efectiva de la pareja. Los rumores comenzaron con la marcha de la ex nadadora a Sudáfrica, su país de origen, el pasado mes de mayo. Ahí lleva instalada desde entonces ya que contrajo una infección en las vías respiratorias que le impidió volar de vuelta al Principado. En agosto, el príncipe y sus mellizos, Jacques y Gabriella, fueron a visitarla a África, pero las fotos que subieron a su perfil de Instagram no fueron suficientes para terminar con los rumores que ya estaban pululando por medio mundo.

Aunque el palacio de Mónaco ha explicado que Charlene volverá a su hogar cuando se recupere totalmente después de varios ingresos -el último hace una semana tras sufrir un desvanecimiento- e intervenciones a las que ha tenido que someterse en estos meses, lo cierto es que ese distanciamiento físico de la pareja y de Charlene con sus dos hijos, que esta semana empezaban el colegio en Mónaco, ha provocado decenas de comentarios sobre un divorcio inminente.

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Esta situación ha llevado al soberano ha pronunciarse sobre este asunto por primera vez. "¡No se fue de Mónaco por una rabieta! No se marchó porque estuviera enfadado conmigo, ni con nadie. Bajó a Sudáfrica para evaluar el trabajo que su fundación hace allí y pasar un poco de tiempo con su hermano y algunos amigos", ha dicho a la revista People, en unas declaraciones cuanto menos llamativas, ya que los monarcas no suelen hablar en los medios sobre su vida familiar o privada. "Se suponía que iba a estar una semana larga, 10 días como máximo, y al contraer esa infección surgieron todas estas complicaciones médicas. No se fue al exilio. Tenía un problema médico que necesitaba ser tratado", ha explicado.

El príncipe ha entonado también el mea culpa por no haber sabido afrontar directamente estos rumores y dejar claro que su separación real no existe. "Probablemente debería haberme pronunciado antes sobre los rumores. Pero estaba concentrado en cuidar de los niños. Y pensé que las habladurías seguramente desaparecerían. Ya sabes que si uno intentara contestar a todo lo que sale publicado, se pasaría todo el rato respondiendo y sería una pérdida de tiempo. Por supuesto que me afectan, claro que me afectan. Malinterpretar los hechos es siempre nocivo. Somos una diana fácil, porque pasamos mucho tiempo en el punto de mira mediático", concluye.

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