Alejandro Lerner recuerda su gran amistad y su última conversación con Armando Manzanero

"Alejandro: te habla Armando Manzanero, me encanta tu canción y quiero que nos hagamos amigos. Te paso a buscar y nos vamos a comer". Con estas palabras recuerda hoy Alejandro Lerner que la estrella de la canción romántica, fallecida esta madrugada en Ciudad de México tras batallar contra el coronavirus, se dirigió a él en el año 84 vía telefónica y al aire en el programa de televisión de su país, Siempre en domingo. Así se producía el primer 'encuentro' entre ambos autores, con un joven Lerner de 25 años, a quien Manzanero doblaba en edad y que por aquel entonces se encontraba presentando su exitoso "No hace falta que lo digas" dentro de su primera gira regional por Latinoamérica.

Manzanero lo pasó a buscar, se fueron a comer y, tres décadas más tarde, aquella semilla se tradujo en numerosas composiciones, discos, giras y vivencias compartidas dentro de una amistad forjada a base de afecto, respeto y admiración mutua. "Nunca dejamos de hablar, nunca dejamos de hacer cosas juntos, hasta el final", cuenta Lerner en conversación telefónica con LA NACION desde Los Ángeles.

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El músico argentino, que en estos días repasa "la banda sonora" de su propia vida con un 'streaming concert on demand' a través de Livepassplay.com, recuerda con igual emoción la última conversación que tuvo con Manzanero. Fue por teléfono, un mes atrás, cuando el mexicano, en compañía de su hermano y de su hijo Juan Pablo, le envió un video con una canción que estaba componiendo para que Lerner se encargara de cerrarla.

"Eso estuvimos haciendo y eso lamentablemente se interrumpe con su partida. Pero yo estaba teniendo este nuevo privilegio de poder hacer algo creativo con él. La última vez que hablamos, como siempre, le pregunté: '¿Cómo estás, Armando?' Y me dijo: 'extraordinariamente bien'. Él viajaba mucho de Yucatán a México por las tareas que tenía con la Sociedad de Autores y Compositores de su país (la SAMC, que Manzanero presidía) y posiblemente en esos viajes lamentablemente el virus se lo llevó", opina el cantautor argentino. Sobre el legado que regaló al mundo el mexicano, Lerner se despacha emocionado.

-¿Qué recuerdos conservás de los shows y momentos compartidos juntos?

-Los recuerdos son infinitos, como la gira que hicimos en 2017, A dos pianos, que se cerró en el Luna Park con un Luna Park lleno, y que está grabada para que en algún momento se difunda. La cantidad de anécdotas, los chistes que contaba como esos grandes crooners de Las Vegas: yo ya sabía los chistes, entonces le daba el pie y él los remataba. Recuerdo cuando él se acercaba a mi piano y se apoyaba para escucharme, o cuando hicimos el Luna Park, que yo lo dejaba en el escenario y me subía a una tarima con una mesa y me tomaba un champagne mientras lo escuchaba a él. Son miles de recuerdos, pero el del Luna creo que será un documento inolvidable sobre esta amistad, sobre esta hermandad, y una forma de celebrar su talento.

-¿Por qué sus canciones siguen conmoviendo a generaciones enteras?

-Armando es un compositor al que no le gustaba que le dijeran que hacía boleros. Él hacía canciones románticas y eso es lo que defendía. Creo que siempre fue moderno. Fue un pianista formado que acompañó a otros artistas antes de desarrollarse él como autor y como intérprete. Y en ese caso, humildemente me siento muy identificado con él, porque yo, a diferencia de otros músicos del rock, tuve casi una década de formación profesional durante la cual hice música para teatro y para películas, y con la que acompañé a muchos cantantes. Por eso nos sentíamos tan identificados y a Armando, a medida que yo iba creciendo como músico, como pianista, cada vez le gustaba más mi forma de armonizar, y yo tenía una gran influencia sobre su melodía y su forma de escribir. Creo que la poesía y la melodía de Armando, junto con un ritmo que es universal como la balada, va a ser eterno, y lo va a ser porque artistas de todas las generaciones lo van a seguir cantando. Y se lo merece.

-Luis Miguel, más atrás Elvis Presley, Bill Evans, ¿en qué aspectos reside la grandeza de sus canciones para que intérpretes de esta talla las eligieran para sus repertorios?

-Cuando artistas como Elvis, Luis Miguel, Tania Libertad, la Negra Sosa o Andrea Bocelli, los grandes artistas del mundo eligen sus canciones es porque esas canciones tienen una magia. Y es muy difícil de explicar cuál es la ecuación porque eso viene del corazón de Armando Manzanero, un hombre con una capacidad de gozar y de celebrar, de sonreír, de pasarla bien, de comer bien. Siempre fue maravilloso compartir con él y creo que en parte respondía a esa exquisita fineza que él tenía para definir las distintas situaciones del amor, y, sobre todo, porque fue un fanático de la belleza de la mujer. Realmente era un hombre que admiraba la belleza de la mujer constantemente, y no había edad, esto era eterno para él.

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-¿Qué recuerdos conservás de la última gira que compartieron juntos, en 2017, por distintos países del continente dentro del A dos pianos tour?

-¡Fue hace tan poco! Con la gira recibimos la 'Llave de la ciudad' en Bucaramanga (Colombia), tocamos en Asunción del Paraguay en la plaza pública para miles de personas, tocamos en Perú, en Chile, en Argentina. Y mucho más. ¡Y todos los discos que hemos hecho juntos! Conservo el haber armado un espectáculo con Armando, con el respeto con que él me trataba a mí y a mi repertorio, con la emoción con la que él gozaba de canciones como "Todo a pulmón", "Amarte así" o "No hace falta...", con esa capacidad de estar en un escenario honrando a la otra persona, como yo aprendí con Mercedes Sosa y con él, honrando a la persona que tenés al lado, sin ningún tipo de miseria ni de egoísmo. Cada vez que yo le decía: "Armando, hagamos esto", él me decía: "Alejandro, contigo lo que quieras, cuando quieras". Y esa grandeza yo no la vi mucho en otros universos musicales, ese respeto yo lo aprendí de él. Por eso tener una grabación del Luna Park de A dos pianos, que todavía es inédita... ojalá lo podamos compartir con la humanidad, porque es un documento maravilloso de una amistad inquebrantable.

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-¿Qué canción le dedicarías en el día de hoy?

-La última canción que cantamos discográficamente fue "Te extraño", una de las canciones que más amo. Y yo lo voy a extrañar para el resto de mi vida, voy a honrar su amistad, su talento, su abrazo y su sonrisa por siempre.