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Un almuerzo veraniego que parece un lujo

Pan tostado con pimiento asado y queso de cabra con hierbas, a la izquierda, y ensalada de langosta con ejotes, tomates y albahaca, al centro, en Nueva York, el 1.° de agosto de 2020. (Andrew Scrivani/The New York Times)
Pan tostado con pimiento asado y queso de cabra con hierbas, a la izquierda, y ensalada de langosta con ejotes, tomates y albahaca, al centro, en Nueva York, el 1.° de agosto de 2020. (Andrew Scrivani/The New York Times)

Una pandemia tiene muchos aspectos negativos. Y la industria de la langosta se encuentra entre los muchos sectores que se han visto afectados.

Si te dedicas a vender langosta, en la actualidad hay mucha oferta y una escasez de clientes mayoristas, lo cual dista de ser una situación ideal.

Sin embargo, dependiendo de cómo se vea, puede haber algunos aspectos positivos. Si eres alguien que cocina en casa, te gustará saber que las langostas están más baratas que nunca: menos de doce dólares por kilo en muchos supermercados. Así que, en teoría, a estos precios podrías comer langosta una o dos veces por semana, y no solo en ocasiones especiales. Míralo de esta forma: cuanta más langosta comamos, más apoyamos a la asediada industria de la langosta.

Un rollo de langosta bien relleno en un panecillo tostado, ya sea con mayonesa o mantequilla, es una comida sensacional para el verano. Si es posible, resulta muy placentero comerlo en un muelle con vista al mar, pero no dejes que el lugar te desanime.

¿O qué tal una langosta al vapor, en una mesa de pícnic con mantel de periódico ocupada por toda la familia que rompe el caparazón, extrae la carne y succiona el exquisito manjar hasta el último recoveco? ¿Y de beber? Cerveza fría.

Pero también es divertido un almuerzo veraniego algo más estructurado. Este menú, diseñado para una pequeña celebración al aire libre entre amigos, tiende a lo provenzal. Para comenzar, pan tostado con un sabroso queso de cabra, luego sigue con una espectacular ensalada de langosta como platillo principal y termina con un refrescante platón de fruta, rociada con vino rosado espumoso y acompañada de suaves galletas de mantequilla elaboradas con harina de maíz.

Lo mejor es que no se tiene que guisar, sino que se trata de una comida que se prepara y se alista con anticipación, perfecta para servirse en el verano. En realidad, lo único laborioso es cocer al vapor la langosta y extraer la carne. Pero incluso eso se puede hacer con anticipación.

Pan tostado con pimiento asado y queso de cabra con hierbas

Tiempo total de preparación: 20 minutos

Rinde para diez panes tostados

Un pimiento morrón grande, rojo o amarillo

Sal kosher y pimienta negra

Un tronco de queso de cabra suave de 230 gramos o dos de 115 gramos

1/4 de taza de aceite de oliva extra virgen

Ramitas de tomillo fresco

Ramitas de romero fresco

Hojuelas de chile rojo

Una baguete del día anterior o una hogaza de chapata

Un diente de ajo, pelado

1. Asa el pimiento. Coloca el pimiento morrón directamente sobre la flama de un quemador de gas, bajo el asador o sobre una parrilla caliente de carbón incandescente. Deja que la piel del pimiento se ennegrezca y se ampolle y dale vuelta constantemente con unas pinzas. Cuando esté completamente ennegrecido, después de 5 a 8 minutos, transfiérelo a un plato para que se enfríe.

2. Con un cuchillo para pelar, corta el pimiento longitudinalmente a la mitad. Quita las semillas y el tallo y deséchalos. Elimina la piel y tírala. No enjuagues. Está bien que queden algunos pedacitos de piel chamuscada.

3. Corta las mitades del pimiento en tiras largas de unos 2,5 centímetros de ancho. Sazona un poco con sal. (El pimiento puede preparase hasta 24 horas antes de servir).

4. Marina el queso de cabra: corta el tronco de queso de cabra en diez rebanadas (cada una de aproximadamente 1,8 centímetros de grosor). Coloca los trozos en una sola capa sobre un plato y vierte encima un cuarto de taza de aceite de oliva.

5. Quita las hojas de algunas ramitas de tomillo y de romero, pícalas grueso y espolvoréalas sobre el queso. Para finalizar, añade un poco de pimienta negra recién molida y una pizquita de hojuelas de chile rojo. Cubre y aparta. (Esto también se puede hacer hasta con 24 horas de anticipación).

6. Calienta el horno a 180 grados Celsius. Corta la baguete en diez rebanadas diagonales de aproximadamente medio centímetro de grosor. (Si usas chapata, córtala en pedazos de un tamaño parecido). Colócalas en una sola capa sobre una bandeja para hornear y mételas al horno durante unos cinco minutos hasta que estén ligeramente tostadas.

7. Retíralas del horno y frota el diente de ajo ligeramente sobre cada rebanada. Coloca una tira de pimiento asado a lo largo de cada rebanada para cubrirla. Coloca una rodaja de queso de cabra en el centro de cada rebanada. Con una cuchara, vierte generosamente el aceite de oliva que queda en el plato sobre cada pedazo de queso y la rebanada de pan que esté expuesta.

8. Para finalizar, vuelve a ponerlas en el horno y hornéalas, sin cubrir, de 8 a 10 minutos hasta que el pan esté bien dorado y el queso tenga algo de color. Deja enfriar un poco el pan y acomódalo en una bandeja. (Sabe mejor a temperatura ambiente o un poco caliente). El pan puede hornearse hasta con una hora de anticipación y ponerse de nuevo en el horno para que se vuelva a calentar un poco.

Ensalada de langosta con ejotes, tomates y albahaca

Tiempo total de preparación: 45 minutos

Rinde para cuatro porciones como platillo principal

4 langostas vivas (de 750 gramos a un kilo)

Sal kosher y pimienta negra

3 hojas de laurel, una cucharadita de granos de pimienta negra y una cucharadita de bayas de pimienta de Jamaica (opcional)

1 o 2 dientes de ajo pequeños, picados grueso

1 cucharadita de mostaza de Dijon

3 cucharadas de vinagre de vino tinto

1/2 taza de aceite de oliva extra virgen

1 taza medio llena de hojas de perejil

1 taza de hojas de albahaca verde, más un manojo de albahaca verde o morada para adornar

250 gramos de tomates cherry cortados en mitades

1/2 kilo de ejotes pequeños, ligeramente cocidos y fríos

750 gramos de tomates reliquia, cortados en rebanadas gruesas

4 huevos cocidos, pelados, cortados a la mitad y con un poco de sal

1/2 kilo de papas tempranas, cocidas y frías

Arúgula u hojas de ensalada, para adornar

Alioli, opcional (ver la nota)

1. En una olla grande o por lotes, para que no queden apiñadas, cuece al vapor o hierve las langostas en agua de mar o agua muy salada. Añade las hojas de laurel, los granos de pimienta negra y las bayas de pimienta de Jamaica, si así lo deseas. Dependiendo de su tamaño, cocina las langostas de 13 a 15 minutos. (Pregúntale a tu pescadero cuál es el tiempo de cocimiento recomendado). Deja enfriar las langostas a temperatura ambiente sobre bandejas para hornear con bordes.

2. Con unos alicates, tijeras de cocina o martillo, rompe el caparazón y extrae la carne. Coloca la carne de la pinza y los nudillos en un recipiente. Rebana la carne de la cola a un grosor de 1,25 centímetros y añádela al recipiente. Cúbrela y refrigera hasta que vaya a usarse.

3. Haz la vinagreta: añade ajo, mostaza, vinagre, aceite de oliva, perejil y hojas de albahaca a una licuadora o procesador de alimentos. Licúa hasta que la mezcla esté ligeramente engrosada. Sazona con sal y pimienta al gusto.

4. Coloca los tomates cherry en un tazón pequeño, sazona con sal y pimienta y añade tres cucharadas de la vinagreta. Mezcla para que se incorporen. Añade a otro tazón pequeño los ejotes y tres cucharadas de la vinagreta y mezcla.

5. Coloca la carne de la langosta en el centro de una bandeja o divídela en platos individuales. Acomoda rebanadas de tomate alrededor de ella y sazona con un poco de sal y pimienta. Con una cuchara, coloca los tomates cherry sobre los tomates. Acomoda los ejotes estratégicamente. Coloca los huevos y las papas aquí y allá (o sirve las papas por separado). Adorna con la arúgula o las hojas de ensalada.

6. Rocía lo que queda de la vinagreta encima de todo. Adorna con las hojas de albahaca más bonitas. Si usas el alioli, sírvelo a un lado.

Recomendación: para hacer un alioli rápido, licúa un huevo entero, dos cucharaditas de jugo de limón y dos dientes de ajo en un procesador de alimentos pequeño, luego añade 3/4 de taza de aceite vegetal y 1/4 de taza de aceite de oliva extra virgen por los pequeños agujeros y deja que vayan goteando con el motor encendido. Transfiere la mezcla engrosada a un tazón para servir. Adelgaza con un poco de agua fría si es necesario y añade sal al gusto.

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Macedonia de melocotones y frutos rojos con vino rosado espumoso

Tiempo total de preparación: 20 minutos

Rinde para cuatro porciones

Un kilo de melocotones y nectarinas, rebanados (aproximadamente cuatro tazas)

230 gramos de zarzamoras

230 gramos de frambuesas

Azúcar al gusto

2 cucharadas de vodka o kirsch

1 taza de vino rosado espumoso (o rosado tranquilo, si se prefiere)

1 cucharadita de flores de lavanda fresca, opcional

1. Coloca la fruta rebanada en un tazón grande de cristal para servir. Espolvorea ligeramente unas dos cucharadas de azúcar, dependiendo de lo dulce de la fruta. Prueba y añade más si es necesario.

2. Añade el vodka y el vino. Mezcla ligeramente con una cuchara grande. Añade las flores de lavanda, cubre y refrigera durante al menos una hora, hasta que esté bien fría. Sirve en vasos individuales con mucho jugo en cada vaso.

Galletas de harina de maíz con piñones

Tiempo total de preparación: 40 minutos más lo que tardan en enfriarse

Rinde para tres docenas

1/2 taza (115 gramos) de mantequilla sin sal (una barra), partida en pedacitos

1/2 taza (100 gramos) de azúcar

1 cucharadita de ralladura de limón

1/2 cucharadita de extracto de almendra

1 huevo entero

2 yemas de huevo

1 1/2 tazas (190 gramos) de harina común

1/2 taza (75 gramos) de harina de maíz

1 cucharadita de polvo para hornear

1/2 cucharadita de sal de mar fina

1/3 de taza (45 gramos) de piñones, más un puñado reservado para adornar

Azúcar glas, para adornar

1. Con una batidora fija, procesador de alimentos o un tazón grande y una batidora manual, bate durante aproximadamente cinco minutos la mantequilla y el azúcar hasta que la mezcla esté blanquecina y esponjosa. Añade la ralladura de limón, el extracto de almendra, el huevo entero y las yemas de huevo hasta que todo quede bien incorporado.

2. En un tazón mediano, mezcla la harina, la harina de maíz, el polvo para hornear y la sal.

3. Añade la mezcla de harina a la mezcla de mantequilla para que se integren y luego envuelve los piñones y mezcla muy bien, teniendo cuidado de no sobrecargar la masa. (La masa debe estar algo suave y pegajosa).

4. Divide en dos la masa y, en una envoltura de plástico, con cada mitad forma un rollo de aproximadamente 2,5 centímetros de diámetro. Refrigera durante dos horas o toda la noche.

5. Calienta el horno a 160 grados Celsius. Corta la masa fría en rebanadas de 1,25 centímetros. (Cada rebanada debe pesar 15 gramos). Coloca las rebanadas en una bandeja forrada de papel para hornear a cinco centímetros de distancia. Coloca dos o tres piñones en la superficie de cada rebanada. Hornea de 13 a 15 minutos, hasta que estén ligeramente doradas. Espolvorea un poco de azúcar glas.

© 2020 The New York Times Company