De manzanas, bambú y hasta piedras, alternativas a tu cuaderno de papel

El papel tradicional, proveniente de árboles, no es precisamente ecológico, pues al convertirlo en pulpa se perdería hasta el 50% del material. Un cálculo sugiere que un solo árbol produciría unas 80 mil hojas de papel, sin considerar la cantidad de agua y químicos que se requieren. Pero existen alternativas a este material que quizá deberías comenzar a considerar.

Existen alternativas ecológicas al papel proveniente de árboles, y es hora de que las consideres. Foto: Getty Images
Existen alternativas ecológicas al papel proveniente de árboles, y es hora de que las consideres. Foto: Getty Images

Papel de bambú

Este tipo de papel habría surgido en china hace unos 1,500 años, y hoy se retoma con más fuerza que nunca por varias razones. El bambú se considera una de las plantas que más rápido crecen, llegando en su madurez -que se alcanza a los tres o cinco años- hasta un metro al día. Esto lo hace un recurso altamente renovable, además de que a diferencia de los árboles, al talar el tallo, este vuelve a crecer.

El resultado es un papel reciclable y biodegradable, más resistente que el tradicional de madera, apto para imprimir y más brillante. Así que, sería una buena opción.

Appeel

La compañía Castelli creó un tipo de papel a partir de lo que ellos llaman residuos de manzanas. A través de una técnica pionera, utiliza la cáscara de estas frutas, entre otras partes, para crear productos ecológicos. Agregan fibras vegetales y pulpa que provienen de bosques bajo certificación de sustentabilidad ecológica en Italia.

El resultado es un papel tan similar al tradicional que es difícil darse cuenta que no es, de hecho yo tardé unas semanas en notarlo en el que tengo, pero además no daña al medio ambiente y es biodegradable.

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Papel de piedra

Esta alternativa lleva años en el mercado. Se le comenzó a llamar Terraskin a una forma de hacer papel a partir de piedras calizas molidas y únicas con una resina no tóxica. El proceso de producción no requeriría agua, y hasta 50% menos energía que la producción de papel a partir de astillas de madera.

El resultado es un papel muy parecido al tradicional, con el mismo grosor aunque más sedoso, que no absorbe tinta (es decir no se traspasa de un lado al otro), 100% impermeable (sí, lo puedes sumergir en agua y no pasa nada), anti-grasa, no genera hongos, ecológico y biodegradable al exponerse a sol directo y humedad en un promedio de seis a nueve meses. Eso sí, el papel es algo más pesado que el tradicional (lo digo porque tengo uno), y no es apto para impresoras.

Rockdesign es una de las compañías que han hecho eco de este proceso para crear sus cuadernos, y que además, prometen que cada compra ayudaría a reforestar bosques mexicanos.

Papel de piña

Son varias las compañías que existen, sobre todo en Latinoamérica, que se han volcado a la creación de papel a partir de los residuos de las piñas.

Una de ellas, Pineapel, asegura que consigue la materia prima de los desechos de restaurantes y fruterías, para lavarla, molerla y con el tiempo crear productos parecidos al papel. Del cogollo crean papel para cuadernos, y de la concha un material más grueso que se usa para crear bolsas, y otros productos. Además, utilizan solo aguas residuales tratadas.

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Veggiepaper

Desde 1997 esta compañía alemana crea papel a partir de finísimas rebanadas de hasta 60 diferentes frutas y verduras (como tomates, kiwis, zanahorias, jengibres, calabacines y remolachas). Cada una de sus hojas es única, pues se hacen siempre a mano y sin usar ningún tipo de pegamento.

Es, de todas las alternativas al papel proveniente de madera quizá la menos ‘útil’ para el día a día por su colorido, sin embargo, sí resultan muy agradables a la vista, y prometen ser buenas para soportar la tinta, aunque no tanto los rayones ni el clima. Eso sí, aseguran que al ser 100% artesanales, no hay forma de que se produzcan de forma masiva. Son completamente biodegradables.

@travesabarros