Hacía tiempo que no veía una película tan absurdamente genial como 'Ambulance'
A Michael Bay le debemos muchos títulos míticos del cine de acción, sobre todo de décadas como los 90 donde nos conquistó con cintas como Dos policías rebeldes, Armageddon o La roca. No obstante, tras embarcarse a mediados de los 2000 en una franquicia taquillera como Transformers hemos estado muchos años sin ver las dosis de frescura que el cineasta desprendía en sus comienzos, y, aunque sus películas siempre se han caracterizado por la acción ruidosa, toda esta etapa con los robots espaciales de Hasbro acabó por caer en la más absoluta monotonía.
Pero la mejor versión de Michael Bay no se había ido. No hay más que ver que entre medias de Transformers nos ofreció cintas geniales como esa comedia de acción tan atrevida sobre el sueño americano que fue Dolor y dinero. Y aunque en los últimos años solo le hemos visto con más Transformers, con la soporífera 13 horas: Los soldados secretos de Bengasí o con el desastre de 6 en la sombra de Netflix, el cineasta vuelve ahora para demostrarnos que sigue siendo un genio de la acción, del entretenimiento y de las locuras. Y lo hace con una propuesta tan absurda como completamente genial como Ambulance: Plan de huida.
Protagonizada por Jake Gyllenhaal y Yahya Abdul-Mateen II, Ambulance nos mete en la piel de dos atracadores que tras un atraco se ven obligados a huir en una ambulancia. Pero lo que parecía un plan perfecto se ve truncado cuando en el interior del vehículo se encuentran con una sanitaria y un policía herido, de quienes dependerán sus vidas durante una peligrosa persecución por las calles de Los Ángeles. Se trata de un remake de una película danesa del mismo título de 2005 (que puedes ver en Netflix), y aunque desconozco por completo las implicaciones que tenía el film original, la historia que aquí Michael Bay presenta es un delirio total en el que nada tiene un mínimo de sentido o lógica.
Pero el cineasta es consciente, y en vez de preocuparse por ello tira hacia delante tratando hacerla aún más loca, absurda y delirante para prestarse a jugar como hacía años que no hacía. Como resultado, nos encontramos ante un Bay desenfadado que solo busca divertirse y elevar la espectacularidad de una simple persecución policial a límites pocas veces vistos, dando como resultado una película tan disfrutable, grandilocuente y fresca a la altura de sus mejores clásicos de los 90.
He de reconocer que antes de sentarme en la butaca me daba mucho pavor volver a enfrentarme a Michael Bay y a una película de casi dos horas y media como Ambulance. Pero es de admirar la forma en la que la cinta consigue sorprenderte y crear espectáculo desde sus simples diálogos iniciales. La siempre cámara inquieta del cineasta, el ritmo imparable y la tensión continua te mete de lleno en la historia sin ni siquiera haber dado comienzo la acción. Y cuando esta arranca, no puedes más que rendirte ante ella, sus locuras sin sentido y su no parar de persecuciones, explosiones y tiros exagerados de cámara.
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Lo mejor es que esto va in crescendo y el nivel de delirio y acción alcanza cuotas que superan todos los límites que uno espera al acercarse al cine a ver una propuesta como esta. Lo que empieza como una simple persecución, pasa a transitar por géneros como el drama médico o la comedia. Y con todo funcionando a la vez. Mismamente me remito a la que considero una de las secuencias más dementes y geniales de Ambulance, donde practican una cirugía en la ambulancia yendo a toda velocidad y con multitud de coches de policía persiguiendo al vehículo. Pero la cosa no acaba ahí, porque la sanitaria que debe realizar la intervención no sabe cómo hacerla porque excede sus competencias, por lo que realiza una videollamada con dos amigos cirujanos que en ese momento estaban jugando al golf para que la guíen. Se mezcla la tensión de la intervención, con la comedia generada por el surrealismo de la situación y con el frenetismo de la persecución. Y por raro que parezca, todo funciona como un tiro. O yo al menos hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una cinta tan aparentemente absurda como Ambulance.
Y luego entramos en la grandilocuencia con la que Bay rueda cada imagen, donde la cámara en continuo movimiento, los planos aéreos, el montaje frenético y el no parar de tiroteos y explosiones son todo un deleite para los sentidos. Básicamente, toda Ambulance puede resumirse como una fase final de un videojuego de persecución policial donde te atacan con toda la metralla posible sin reparar en gastos. Pero aquí, en lugar de ser esto un clímax final, es el material por el que se componen sus 134 minutos. Y no hay lugar parar el descanso o el aburrimiento. Todo es puro disfrute evasivo.
Posiblemente haya quien salga del cine pensando que Ambulance es una tontería mayúscula, porque su guion no tiene ni pies ni cabeza, pero creo que es una película para prestarse a la locura de su espectáculo y dejarse llevar, porque como digo, aquí vuelve a visualizarse la grandeza del Michael Bay que tanto nos conquistó con La roca o Armageddon hace más de dos décadas. Una película perfecta para los amantes del entretenimiento frenético que buscan altas dosis de adrenalina en pantalla.
Ambulance: Plan de huida está disponible en cines desde el miércoles 13 de abril.
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