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AMLO defiende su “transformación” en marcha de ocho horas; apoyo al presidente y movilización en camiones marcan la jornada

Marcha de AMLO
Marcha de AMLO

Andrés Manuel López Obrador fue el protagonista de una jornada dominical que se prolongó por ocho horas, durante las cuales encabezó una megamarcha del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino y dio un mensaje en el que enumeró 110 acciones de sus cuatro años de gobierno. 

La necesidad de los asistentes de estar cerca del presidente provocó que un trayecto de cuatro kilómetros tardara seis horas en recorrerse, durante las que el mandatario no descansó y se empeñó en llegar a la Plaza de la Constitución caminando a pesar de que su equipo le ofreció en dos ocasiones que se subiera a su Jetta blanco.

Entre tumultos y aplastamientos, la señora Rosario, de 70 años, logró mantener el equilibrio gracias a que el presidente la tomó del brazo para continuar el trayecto. Muchos manifestantes esperaron por horas un momento como ese, pero la desorganización prevaleció; quienes lo escoltaban repartieron empujones, lo que obligó a los asistentes a replegarse.

De todo el país, miles de personas atendieron el llamado del Ejecutivo y lo recibieron entre mariachi, tambora y danza. Otras fueron movilizadas en camiones que pudieron observarse estacionados en calles aledañas a lo largo de todo el recorrido, incluso fuera de Palacio Nacional. 

Al mismo tiempo, el Paseo de la Reforma fue escenario para que los aspirantes a suceder a López Obrador buscaran la simpatía de los asistentes, quienes les lanzaban porras mientras que otro grupo gritaba en contra del senador Ricardo Monreal, luego de que se dieran a conocer supuestas negociaciones con la oposición por una posible candidatura presidencial. “¡Fuera Monreal!”, corearon durante todo el recorrido.

“Con hechos, deseo explicarles lo que se ha realizado hasta ahora y lo que se está haciendo y deberá terminarse hasta el final de mi encargo presidencial. Para sintetizar, aunque de todas maneras les pido paciencia porque va a llevar algunos minutos”, dijo López Obrador a la multitud tras la larga marcha. 

Su mensaje aún tardó otros 96 minutos.

“No estás solo”

Miles de simpatizantes respondieron al llamado del presidente. La llamada #MarchaDelPueblo congregó a 1.2 millones de personas, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital. 

“¡No estás solo! ¡No estás solo!”, coreaban miles de personas a su paso, como si quisieran dejar en claro que, siempre que los llame, estarán para él. 

López Obrador estuvo rodeado de miles de personas que buscaban abrazarlo o al menos tocarlo y que coreaban su nombre; la tambora sonó sin parar mientras un par de jóvenes, disfrazados de arlequines y sobre zancos, bailaron en la vanguardia de la marcha hasta que sus piernas no pudieron más. 

Uno de los primeros funcionarios en llegar a la marcha fue el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien rechazó emitir comentarios sobre lo que esperaba de la movilización. De hecho, cuando un grupo de personas comenzó a gritarle “¡Presidente, presidente!”, con amabilidad levantó sus manos pidiéndoles que guardaran silencio. 

Después llegaron la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard. La tercia de “corcholatas” presidenciales estaba lista. Ellos fueron los encargados de recibir y flanquear durante todo el recorrido a López Obrador. 

Entre bailes tradicionales de comunidades triquis y enchiladas verdes que se ofertaban en carritos de súper, el presidente arribó a la cita. Su equipo le abrió paso hasta el lugar donde comenzaría la caminata. Hacia las 9:15, la movilización inició. Ebrard, Sheinbaum y Adán Augusto caminaron a su costado. Apenas unos metros adelante, Ebrard se separó del grupo y siguió su camino solo. 

“Venimos a apoyar la marcha con Andrés Manuel porque yo creo que es justo… no queremos que el INE desaparezca; de alguna manera lo que queremos es que ellos ganen en función de lo que deben ganar y no sueldos excesivos donde se va una gran cantidad de dinero, cuando se puede utilizar para hacer más obras y acciones”, dijo Javier Cortés Saldaña Meza, vecino de Nezahualcóyotl, Estado de México.  

“Espero que lleguen miles y miles de personas para demostrarle al INE y a sus cuates que definitivamente lo que el pueblo necesita es que haya igualdad en los salarios; no puede ser que el presidente del INE gane más que el presidente”, insistió. 

Se convocó a una marcha, pero decenas de personas aguardaron pacientes para verlo pasar aunque fuera unos segundos. Se tomaban de los brazos para hacerle una valla y protegerlo; sin embargo, cuando escuchaban que se acercaba, olvidaban la formación y se abalanzaban para alcanzar el mejor lugar. 

Esto hizo que incluso, en dos ocasiones, el equipo del presidente le ofreciera que continuara el trayecto en su vehículo. Él se negó y continuó su camino saludando y hasta dando autógrafos, como a la señora Rosario. 

“Orita me colé entre todos, todos me aventaban pero llegué a él y me agarré a su brazo y le digo ‘Por favor, señor presidente, no me quiero morir sin que usted me dé su autógrafo’”, compartió la mujer, quien, después de haber sido empujada, apachurrada y pisada, logró su cometido. 

Previendo la cantidad de personas que irían a la marcha, a partir de la Glorieta del Caballito se colocaron megapantallas que transmitían en vivo lo que sucedía en el Zócalo, para que quienes no lograran llegar a la plaza pudieran seguir el mensaje de López Obrador. 

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“Vengo con mi esposa, venimos de Morelos y venimos con nuestros propios medios. Rentamos un cuarto y pagamos nuestro propio pasaje, así que no somos acarreados… Espero que con esta marcha los enemigos del actual régimen se den cuenta de que el pueblo lo apoya a muerte, y que el pueblo está consciente; que no volverán a mangonear al país como lo hicieron durante tantas décadas y empobrecer a su gente”, dijo Delfino Sánchez. 

Aunque se preveía que López Obrador ingresara al Zócalo por la calle 5 de Mayo, la cantidad de personas congregadas en las inmediaciones del Palacio de Bellas Artes obligó al mandatario a caminar sobre el corredor peatonal Madero, lo que decepcionó a cientos de personas que lo esperaban en la primera vialidad, algunos con sus sillas y bancos listos para verlo desde lo más alto posible.

Movilización masiva y desorden

Antes de las 8:00 de la mañana, largas filas de camiones, microbuses y camionetas podían observarse en las inmediaciones del Auditorio Nacional, donde algunos asistentes dijeron haber dormido luego de arribar a la capital desde la noche del sábado. 

Desde las laterales del Circuito Interior a la altura del Metro Chapultepec hasta calles de la colonia Juárez, Bucareli y vialidades del Centro Histórico fueron espacio para que vehículos con contingentes de Sinaloa, Puebla, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Veracruz, Oaxaca, Coahuila, Tabasco y Nuevo León se estacionaran mientras sus pasajeros asistían a la marcha. 

“Venimos a apoyar al presidente Andrés Manuel López Obrador, un grupo en el que venimos miles de Villahermosa, Tabasco. Venimos en carros particulares por nuestros propios medios. Apoyamos al presidente; se lo merece, lo queremos mucho”, dijo uno de los asistentes que llegó en camión al Auditorio Nacional desde el sábado. 

Aunque al principio los contingentes avanzaban espaciadamente rumbo al Ángel, pronto comenzaron a llenar los carriles de Reforma. A la altura de la entrada de los Leones del Bosque de Chapultepec, donde la vialidad se angosta, se formó un cuello de botella que dio lugar a empujones, golpes, flujos de gente en contrasentido e incluso personas que saltaron la reja hacia el interior del bosque, auxiliadas por dos policías capitalinos. 

“Guarden la calma, no se empujen, para allá ya no hay paso”, “Con cuidado, hay niñas y niños, conserven la prudencia, ya no tarda en salir la marcha”, comenzaron a pedir las personas que llevaban megáfonos y que, en muchos casos, habían organizado la asistencia de la gente: en su mayoría, funcionarios, políticos y militantes de Morena de diferentes estados.

Uno de ellos, que lideraba una camioneta blanca estacionada sobre Reforma y dijo venir de Jiutepec, Morelos, con 500 personas, comenzó a repartir tortas entre los asistentes mientras esperaban a que la marcha saliera y permitiera el avance de contingentes. Otros, como Evelyn Salgado, gobernadora de Guerrero, aprovecharon para hacer una presencia breve entre los contingentes de la entidad y unos minutos después retirarse en moto. 

La asistencia voluntaria y el apoyo al presidente proliferaron tanto como los grupos organizados a los que se movilizó masivamente o como parte de alguna organización. Por ejemplo, las Adelitas de Ecatepec —que dijeron asistir en apoyo a Delfina Gómez—, el Sindicato Mexicano de Electricistas, los partidos PES, PT y RSP, el SNTE, Maestros con Morena, el Sindicato Minero, Que Siga la Democracia, el Frente Popular Francisco Villa y la Alianza de Organizaciones Sociales.

Algunos asistentes se alejaron de Reforma antes de poder avanzar, ante la desesperación por la cantidad de gente que había y la inmovilidad que provocó en algunos puntos; otros llegaron hasta los puntos donde se colocaron pantallas para transmitir el mensaje del presidente, como El Caballito y 20 de Noviembre, y prefirieron aguardar ahí al mensaje del presidente. Otros volvieron a las combis y camionetas estacionadas en calles aledañas para esperar ahí el regreso a su lugar de origen.

“¡Fuera Monreal!”

Uno de los ausentes fue el senador Monreal, otro aspirante presidencial, quien se fue de viaje a España, donde habló de acercamientos con Va por México y, en una conferencia, dijo estar en proceso de definición, acompañado por el panista Santiago Creel y el perredista Miguel Ángel Mancera; esto ocasionó un distanciamiento con López Obrador y su primer círculo. Durante todo el recorrido, se escucharon gritos de “¡Fuera Monreal, fuera Monreal!”.

En días recientes, el líder de los senadores de Morena rechazó los señalamientos acerca de la negociación de una posible candidatura presidencial con Va por México, la alianza formada por PAN, PRI y PRD, pero reconoció que ha sostenido diversas reuniones con actores políticos como parte de su trabajo y que respeta a la oposición.

Este domingo, durante toda la transmisión del discurso del presidente López Obrador en el Zócalo, frente al templete también se escucharon los gritos de “¡Fuera Monreal, fuera Monreal!”, pero el mandatario ni siquiera lo aludió. 

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