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Ana Padilla vuelve a escena, pero detrás de una vidriera

Ana Padilla, la premiada actriz de Nina y de Córnea, vuelve a los unipersonales
Fuente: Archivo - Crédito: Fabián Marelli

Los protocolos vigentes para espectáculos públicos han obligado a que los artistas agudicen el ingenio con el objetivo de retomar una actividad que la pandemia obligó a postergar durante largos ocho meses. Es el caso de Shöñe, unipersonal escrito y dirigido por Jorge Diez y protagonizado por Ana Padilla, un espectáculo atípico en el que la actriz aparecerá detrás del vidrio del escaparate del Tadrón, la sala ubicada en la esquina de Niceto Vega y Armenia. Las butacas para el público estarán colocadas en la vereda y habrá parlantes que permitirán escuchar el monólogo a un volumen suficiente como para evitar que el sonido ambiente del barrio de Palermo lo impida. La primera función será este domingo, a las 20, y habrá otras tres, los domingos 6, 13 y 29 de diciembre, en el mismo horario. Las entradas serán a la gorra y las reservas se pueden hacer por teléfono al 4777-7976, mail (tadronteatro@hotmail.com) o en Alternativa Teatral.

"La que habla es una mujer que tiene la cabeza un poco partida -explica Padilla-. Tiene un diálogo interno constante, y se angustia porque cree que pueden expropiarle el pensamiento. Parece extraño, pero la verdad es que todos en el algún momento del día hablamos con nosotros mismos, en voz alta o más discretamente. Todos estamos un poco locos y quebrados, más en este momento que estamos viviendo. Y el teatro es sanador, ha curado muchas veces partes mías que estaban lastimadas".

Originalmente, Shöñe estaba pensada para presentarse en streaming, "pero la gente del Tadrón tuvo la linda idea de hacer una función este domingo para celebrar el Día Nacional del Teatro, que es el lunes, y entonces les propusimos agregar otras tres -cuenta Padilla-. Para mí es una experiencia muy nueva, muy diferente. Detrás de la vidriera, me siento como las mujeres que trabajan en el barrio rojo de Ámsterdam (risas)".

Actriz, directora y coreógrafa de vasta trayectoria, Padilla trabajó en teatro (Calígula, El Mago de Oz, No se tú, The Rocky Horror Show), cine (Sol de otoño, El nido vacío) y televisión (Amas de casasdesesperadas, Locas de amor, Los simuladores, Son amores). Shöñe (el nombre de uno de los lugares que sueña esa mujer con la conciencia dividida) es su tercer unipersonal: ya había protagonizado Córnea y también, más recientemente, Nina, un espectáculo muy elogiado con texto de Patricia Suárez y dirigido por el mismo Jorge Diez que tuvo que interrumpirse por la aparición de la pandemia.

"Me gustan los unipersonales, pero obviamente que también disfruto de los espectáculos de otro tipo, sobre todo cuando la paso bien, como en el caso de El Vestidor, donde trabajé, hasta que tuvimos que parar por la cuarentena, con un gran elenco: Jorge Marrale, Arturo Puig, Gaby Ferrero y Belén Brito, dirigidos por Corina Fiorillo. He experimentado con las dos modalidades simultáneamente, y las dos me entusiasman, siempre que sean trabajos que aporten a mi crecimiento como actriz -remarca Padilla-. Y ese crecimiento también depende mucho de cómo madurás como persona. Cuanto mejor persona sos, más crecés como actriz, son cosas que van de la mano. Con el paso de los años vas desarrollando más el poder de observación y la escucha. Yo hoy ya escucho más y observo mejor que antes. Eso me ayudo a mejorar como persona y por ende como actriz".

En ese crecimiento del que habla Padilla también tuvieron que ver las personas involucradas en su formación: Beatriz Matar, Carlos Gandolfo, Lito Cruz, Roberto Villanueva y especialmente Cristina Moreira, introductora de la técnica Lecoq en Argentina: "Todos me aportaron mucho, pero la técnica de Cristina, que me permitió trabajar en el terreno del clown, la comedia del arte y la máscara neutra, fue para mí un quiebre importante. Me encanta estudiar: sigo asistiendo a seminarios, me gusta estar entrenada, trabajo el cuerpo, hago clases de canto... Siempre se puede progresar".

Después de la larga pausa iniciada en marzo, Padilla espera poder retomar muy pronto algunos proyectos que quedaron postergados: nuevas funciones de Nina (que estuvo disponible este año para ver en streaming en la plataforma del teatro Hasta Trilce), el unipersonal de Pepe Cibrián Juana La Loca, en el que se hizo cargo de dirigir a María Seghini, y la chance de retomar una gira con El vestidor, con funciones programadas en Bogotá que quedaron en veremos. "Es un momento muy difícil -sostiene la actriz-. Estamos en medio de una emergencia cultural. El Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires tiene un presupuesto que está un 17% por debajo de la inflación. O sea, hubo un recorte importante. Venimos pidiendo hace meses que nos ayuden, pero no hay ninguna respuesta satisfactoria. Es grave porque está en riesgo la cultura independiente. Muchos teatros han cerrado porque no se pueden sostener. Pero pedimos que se declare una emergencia cultural y nos contestaron con un recorte de presupuesto".