Analizando a Scarlett Johansson

Scarlett Johansson en Nueva York el 8 de julio de 2024. (Thea Traff/The New York Times)
Scarlett Johansson en Nueva York el 8 de julio de 2024. (Thea Traff/The New York Times)

NUEVA YORK — En el último programa de la temporada más reciente de “Saturday Night Live”, Colin Jost y Michael Che hacen un intercambio de chistes en “Weekend Update”, escribiendo frases vergonzosas para que los lea el otro.

Desde que Jost se casó con Scarlett Johansson, en 2020, Che se ha deleitado atormentando a su compañero al darle a leer chistes picantes sobre su esposa, estrella de cine.

En mayo, Jost se rio y agachó la cabeza tímido mientras leía su chiste: “ChatGPT ha lanzado una nueva función de asistente de voz inspirada en el personaje de IA de Scarlett Johansson en ‘Her’, una película que nunca me he molestado en ver porque, sin ese cuerpo, ¿qué sentido tiene escuchar?”.

¿Y qué piensa ese cuerpo de ese chiste?

“Creo que me quedé en blanco durante el chiste”, dijo Johansson, con su risa juguetona. “Desde luego, no me enojo. En definitiva me aterroriza tener que esconderme, recibir un montón de cartas de odio. Sin embargo, de alguna manera, inmediatamente después, puedo tomarme una cerveza con Che”.

La actriz, de 39 años, estaba acurrucada en un sofá del Hotel Whitby, en el centro de Manhattan, con los pies descalzos metidos debajo de sus piernas.

Scarlett Johansson y Colin Jost llegan a una gala en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York el 30 de noviembre de 2023. (Rebecca Smeyne/The New York Times)
Scarlett Johansson y Colin Jost llegan a una gala en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York el 30 de noviembre de 2023. (Rebecca Smeyne/The New York Times)

Los que conocen a Johansson hablan de su aire de calma, su generosidad, su comportamiento que nada tiene que ver con el de una diva y, como dice su marido, su “visión fundamentalmente positiva”.

“Sabe muy bien lo que quiere en cada fase de su vida y de su carrera”, aseguró Jost.

Johansson está promocionando la primera película de su productora, “La otra cara de la Luna”, una aventura veraniega sobre un falso alunizaje y el amor verdadero, coprotagonizada por Channing Tatum y Woody Harrelson, y dirigida por Greg Berlanti.

En una escena, en la que la estafadora convertida en genio de la publicidad interpretada por Johansson intenta convencer a los legisladores para que asignen más fondos a la NASA, Jost aparece como un senador con gafas; el cómico dijo que su personaje era “una combinación de Mitch McConnell y Foghorn Leghorn”.

En un mundo en el que escasean las estrellas de cine, Johansson es una auténtica diosa, con una voz ambrosía que recuerda a las de la década de 1940, cuando todas las actrices importantes tenían esas grandes voces tan características.

Johansson fue actriz infantil, protagonista junto a Robert Redford de “El señor de los caballos”. Alcanzó mayor notoriedad en “Perdidos en Tokio”, de Sofia Coppola, que rodó cuando tenía 17 años.

Tras un matrimonio de casi tres años con Ryan Reynolds, Johansson se casó con Romain Dauriac, periodista y ejecutivo publicitario francés, y vivieron en París. Tienen una hija, Rose, que ahora tiene 9 años. La actriz y Jost, de 42 años, tienen un hijo de 2 años, Cosmo.

Se conocieron cuando Jost tenía 23 años, en su primer año con “SNL”, y Johansson tenía 21, cuando fue presentadora del programa por primera vez.

Se veían cada pocos años cuando ella volvía a presentar el programa, pero siempre estaban en relaciones con otras personas. Luego, cuando ella volvió a ser presentadora en 2017, ambos estaban solteros.

“La invité a salir después de la cena de presentadores que tenemos los martes por la noche”, relató. “Solo le dije: ‘¿Quieres ir a tomar algo?’. Luego estuvimos tomando copas como hasta las 4 de la mañana. Fue estupendo. No fue bueno para mi escritura, pero sí para mi futuro matrimonio”.

Johansson ha hecho campaña a favor de candidatos demócratas y se ha manifestado a favor de los derechos de la mujer. Conoció al presidente Joe Biden hace años y lo ha visitado en el Despacho Oval. Le gustan sus valores y su equipo. Dijo que se sentía como si estuviera viviendo “una extraña pesadilla”, pues las encuestas muestran que Donald Trump podría estar de camino a la Casa Blanca.

“¿Trump?”, dijo. “Me resulta inimaginable. Por eso veo a Biden y pienso, dado que las elecciones son dentro de unos meses, ¿qué estamos haciendo? Tengo amigos que me dicen: ‘Ah, tal vez podríamos considerar a esta persona o a aquella’. Y yo respondo: ‘¿De qué están hablando? ¿Quién?’. Me parece que es el momento equivocado para no apoyar a Biden. Parece una locura. Es muy deprimente”.

¿No le preocupa su edad?

“¡No!”, contestó ella. “¿Y a ti? Me preocupa el Partido Demócrata”.

Le pregunté a Johansson, que es judía, qué pensaba de las espantosas erupciones de antisemitismo en todo el país.

“No me sorprende el antisemitismo”, respondió simplemente. “No debería sorprender”. (Fue nominada al premio Oscar por su papel en la película de 2019 “Jojo Rabbit”, interpretando a la madre de un joven hitleriano; el niño se entera de que ella forma parte de la resistencia y esconde a una niña judía en casa).

Aunque periódicamente se pronuncia sobre asuntos que le preocupan, nadie esperaba que liderara la carga sobre dos de los mayores problemas a los que se enfrenta su industria.

Su récord en hacer que los gigantes se inclinen es impresionante: dos de dos.

Su combate más reciente fue con Sam Altman, de OpenAI. En mayo, cuando Altman presentó el nuevo asistente de voz de su empresa, Jost recibió un mensaje de texto de un amigo en el que le preguntaba: “¿Has oído la nueva voz de ChatGPT, suena exactamente igual que tu mujer”.

El año pasado, Altman había pedido a Johansson —que interpreta a una asistente virtual de inteligencia artificial llamada Samantha que se vuelve cada vez más humana en la película “Her”, coprotagonizada por Joaquin Phoenix— que prestara su voz a Sky, una de las voces para el nuevo modelo de OpenAI, pero ella dijo: “No, gracias. No es para mí”.

Cuando Johansson escuchó Sky y “esa voz se publicó, fue surrealista. De repente, estaba recibiendo muchos mensajes”.

Altman afirmó mediante un comunicado que había contratado a otra actriz para poner voz a Sky, una mujer que casualmente tenía una voz parecida, antes de pedirle a Johansson que fuera “una sexta voz” para ChatGPT. Todo fue un malentendido, dijo, no una imitación o clonación de su voz. Pero “retiró” la voz de Sky después de que Johansson se quejara.

En 2021, también se enfrentó al poderoso ratón de Disney y presentó una demanda alegando incumplimiento de contrato porque el estudio estrenó “Viuda Negra” en Disney+ Premier Access simultáneamente con el estreno en cines.

El director ejecutivo de Disney en aquel momento, Bob Chapek, que más tarde fue destituido, se excedió bastante. Cuando el estudio acusó a Johansson de ser “insensible” a los efectos de la pandemia cuando ella se opuso al doble estreno porque reduciría los beneficios de taquilla, que determinaban sustancialmente su salario, Chapek no se dio cuenta de que se estaba comportando como King Kong pisoteando a Fay Wray.

Después de todo, ella había ayudado a Disney a ganar miles de millones con su largo reinado como la pelirroja Viuda Negra en la franquicia Marvel. Como dijo su agente, Bryan Lourd, en su respuesta, atacaron a su personaje y violaron su contrato, trasladando de manera deliberada “el flujo de ingresos y beneficios a la parte Disney+ de la compañía, dejando a los socios artísticos y financieros fuera de su nueva ecuación”.

Dijo que la demanda fue un episodio “difuso” porque se produjo en pleno apogeo del COVID, justo cuando estaba a punto de tener a su bebé. Disney cedió a los tres meses y llegó a un acuerdo con la estrella.

Jost me dijo que la gente siempre se sorprende de “la cantidad de cosas normales que hace. Va al supermercado. Se le da muy bien usar gorra y no para de moverse. Es capaz de pasar un poco desapercibida, pero también de hacer todas esas cosas cotidianas y disfrutarlas”.

Johansson dice que le encanta pasear por Nueva York, “kilómetros y kilómetros”, con sus zapatos deportivos blancos, y pasar el rato en Central Park.

¿Y nadie la molesta?

“No”, dice sonriendo. “Es Nueva York”.

c.2024 The New York Times Company