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Anonymous: la historia del hacker que los traicionó y los delató al FBI

A raíz de la intervención del sistema de radio de la policía de Minneapolis y de haber vinculado al mismísimo Donald Trump con la muerte del financista Jeffrey Epsteinel colectivo de hackers Anonymous volvió a estar en boca de todos.

Pero hace ocho años, esa organización de expertos informáticos sufrió un duro golpe cuando uno de sus integrantes los delató y terminó colaborando con el FBI.

Hacker who helped feds gets no more time in prison

Héctor Xavier Monsegur en el 2014. (AP Photo/Seth Wenig)

Todo empezó en 2012 luego de que se conociera que hackers informáticos le habían robado una serie de grabaciones inéditas de Michael Jackson a la compañía discográfica Sony Music. En aquel entonces, la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Manhattan informaba que habían vinculado con esa operación a seis hackers en Estados Unidos, Inglaterra e Irlanda, uno de los cuales se declaró culpable.

Todos los jóvenes reconocieron su cercanía a los grupos AntiSec, LulzSec y Anonymous, estas dos últimas organizaciones estaban vinculadas entre sí. Los seis fueron acusados, entre diversos crímenes, de ataques informáticos con las tarjetas de crédito Mastercard y Visa, la compañía de videojuegos Nintendo y la cadena de TV Fox. De ese grupo hubo un "arrepentido", que saltó a la fama por su nickname Sabu.

La persona bajo el apodo "Sabu" es Héctor Xavier Monsegur. Monsegur lideró LulzSec y gracias a su cooperación, la justicia pudo ubicar a los otros implicados. Gracias a la información que aportó, el FBI logró frustrar por lo menos 300 ataques informáticos cuyo objetivos eran instituciones de los Estados Unidos, como el Congreso o el ejército de ese país.

Hector Xavier Monsegur
(Photo: Seth Wenig/AP)

En un juicio su colaboración fue catalogada de suma importancia y beneficiado con una pena considerablemente menor a la que le hubiera correspondido: de los entre 21 y 26 años con los que se castiga ese tipo de delitos, sólo debió cumplir siete meses. Además, se le otorgó una nueva identidad para evitar que sufriera represalias por su traición.

Hubo otro elemento de peso en la decisión de la jueza interviniente, Loretta Preska, para otorgar ese leve castigo: Sabu fue una pieza clave en la captura de Jeremy Hammond, el cibercriminal más perseguido del mundo por aquellos días. La Justicia no fue tan benévola con Hammond, quien recibió 10 años de prisión.

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