¿Qué ha aprendido la Familia Real británica de los duques de Sussex?

'Aunque hubiéramos preferido que siguieran siendo miembros de la familia real a tiempo completo, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente'.

Han pasado dos años desde que la Reina emitió este comunicado para confirmar que Harry y Meghan ya no serían Altezas Reales ni formarían parte activa de la monarquía británica El terremoto que la decisión de los duques de Sussex provocó en el Palacio de Buckingham todavía tiene sus réplicas, pero, es evidente que –a la larga- las consecuencias han sido positivas para todos.

En el segundo aniversario de su salida estrenamos el nuevo podcast de ¡HOLA! 'Harry y Meghan: jaque a la Reina' Los Sussex optaron por perder los privilegios aparejados a las obligaciones de representar a la Reina, para ganar una vida libre, independiente y gestionada bajo sus propias normas.

Así, en solo dos años, han levantado un imperio con sustanciosos acuerdos económicos que les permite, además de mantenerse de forma independiente, continuar con el servicio público Esto además les está trayendo enormes reconocimientos en los Estados Unidos, donde han ganado presencia rapidamente, son reconocidos por sectores potentes de la sociedad estadouninde por sus labores benéficas y además se han acercado a determinados medios y periodistas para transmitir su verdad.

Pero, ¿qué ha pasado al otro lado del Océano Atlántico?Partiendo de que la Familia Real funciona como una institución (no como una familia) con equipos y oficinas separadas, durante bastante tiempo los Sussex, los Cambridge y el príncipe Carlos y su mujer Camilla estuvieron compitiendo entre sí para obtener la máxima cobertura posible y que esta cobertura fuera positiva Quitando a Harry y a Meghan de la ecuación, es evidente que el resto ha dado un paso adelante y que se están estableciendo los papeles de cara al inevitable relevo generacional.

Muestra de ello es que recientemente la Reina ha comunicado que su deseo es que Camilla, duquesa de Cornualles, se convierta en reina consorte por su "leal servicio" llegado el momento Así que el futuro está en marcha y Camilla presente en la vida de Carlos (en la sombra) desde la década de los setenta ahora brilla como una estrella de reciente creación que, según la Reina, merece el mismo apoyo y cariño que los británicos brindaron al duque de Edimburgo.

Recordemos que cuando Carlos y Camilla se casaron en el 2005 todavía había una buena parte de la población que no lo toleraba, eran los "malvados infieles", así que ante ese resquemor la Casa Real se vio obligada a matizar que Camilla jamás ocuparía el lugar ni el título de Diana Ahora la perspectiva es otra, con paciencia, discreción y labores centradas en la protección animal y la violencia de género, a todos les parece adecuado y justo que reciba el mayor de los honores a los que puede acceder por su posición: el de reina consorte sin haber sido princesa de Gales.

La consagración de los futuros príncipes de GalesEl caso de los Cambridge es distinto, además de haber demostrado una disciplina férrea durante todo este tiempo se han visto beneficiados, tanto por la salida de los Sussex –con los que ya no hay que competir, solo resistir cuando llegan comentarios desde California- como por este tiempo de pandemia Con la Reina y el príncipe Carlos dentro de la población de riesgo, fueron precisamente Guillermo y Kate los que dieron un paso adelante.

El matrimonio salió en apoyo de los sectores fundamentales e incluso, en los primeros tiempos de apertura tras el confinamiento, llegaron a recibir a un mandatario extranjero en el Palacio de Buckingham –con el mismo protocolo y en el mismo lugar que la Reina- en nombre de la jefa del Estado Además, Kate ya ha abierto su agenda en solitario a los viajes oficiales en el extranjero, para reunirse con las reinas y herederas de otras monarquías europeas, el preludio de lo que está por venir.

Todos estos ingredientes han hecho que Kate viva ahora su consagración definitiva, justo cuando acaba de cumplir los 40 años y lleva más una década en la Casa Real Esta táctica, la de esperar su momento, es totalmente opuesta a la que vimos en Meghan, que tenía una prisa evidente por consolidar su figura.

Son apuestas diferentes, por ejemplo, para las fotografías de compromiso Meghan llevó un vestido de Ralph & Russo que sobrepasaba los 60 000 euros, mientras que Kate eligió uno de Reiss que valía poco más de 300 euros.

La duquesa de Cambridge sabía que la popularidad y el cariño de los británicos se cocinaba a fuego lento y con gestos sutiles como este Así que es ahora, cuando su papel está afianzado, cuando se atreve a brillar y a compartir nuevas facetas de sí misma como cantar en una función de Navidad o lanzarse con un sorprendente cuerpo a cuerpo durante un encuentro deportivo.

Eso sin olvidar que, ahora sí, brilla como una estrella de cine, una muestra de que algo del estilo hollywoodiense de Meghan sí se ha quedado en el Palacio También conviene recordar que la popularidad va y viene, ocurrió con Harry y Meghan y ocurrió con Guillermo y Kate, y todos sacan lecciones de esto.

Hubo un tiempo en el que el príncipe Guillermo fue muy cuestionado por su decisión de dedicar más horas de su tiempo a su trabajo como piloto de helicópteros de emergencia –un empleo por el que no cobraba, precisamente el deseo de ser ser financieramente independientes fue uno de los motivos de los Sussex para salir-, que a sus labores oficiales como príncipe británico Guillermo rectificó y ahora el escenario es totalmente distinto, además la salida de su hermano, que durante un tiempo fue el más carismático y querido de la Casa Real, también ha hecho que se valore más su compromiso con la Institución y con el país.

Todavía no se ha comunicado que título recibirán los duques de Cambridge cuando se produzca el relevo en la Corona pero la lógica y la tradición apunta a que Guillermo y Kate serán los próximos Príncipes de Gales De este modo el título pasará de la princesa Diana a la princesa Kate, sin pasar por las manos de Camilla.

Los 'actores’ secundariosTras la salida de Meghan y Harry, también han surgido figuras emergentes, que siempre estuvieron allí pero que no tenían espacio Ese es el caso de la condesa de Wessex, que también adquirió relevancia durante la pandemia y que sorprendió a todos hablando de menopausia sin tapujos y en primera persona.

Desde luego este no era un tema que tratara la Casa Real, al menos no antes de Meghan La mujer de Harry puso el foco en la importancia de abordar con naturalidad ciertas temáticas y de introducir en la agenda general temas que antes se consideraban "de mujeres", y parece que la Casa Real ha aprendido de ello y que es Sofía de Wessex la que ha recogido el testigo.

Casualidad o no, estas declaraciones de Sofía de Wessex sobre su menopausia llegaron después de que Meghan contara que había sufrido un aborto en las páginas de The New York Times, uno de los medios estadounidenses más prestigiosos y que afirmó haber recibido un aluvión de cartas de agradecimiento por haber hecho visible un dolor invisible La hija mayor de los condes de Wessex, Lady Louise Windsor, también ha dado un paso al frente en los últimos meses y eso se debe a que ha cumplido 18 años justo cuando la Casa Real necesita gente joven para las representaciones de menos peso institucional.

Es decir, Carlos y Camilla serán los reyes y Guillermo y Kate los herederos, pero sin Harry y Meghan en activo los siguientes en entrar en la vida pública serán George, Charlotte y Louis de Cambridge Hay un evidente salto generacional que se puede subsanar de forma momentánea con figuras como la de Lady Louise Windsor, querida y discreta.

La muerte del duque de Edimburgo también ha hecho que ella tome más protagonismo ya que se ha revelado la excepcional amistad que el Duque mantenía con ella, la primera nieta a la que dejaron poner su apellido, Mountbatten Windsor Lady Louise ha sido quien ha heredado su bien más preciado: su coche de caballos y todo apunta a que asumirá alguno de sus patronazgos.

Un trabajo que antes se repartían entre el príncipe Harry y las princesas Eugenia y Beatriz de York, que han ido perdiendo relevancia y peso institucional a medida que su padre, el príncipe Andrés de York, se ha visto implicado en el Caso Epstein .