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De las Arenas Romanas al Mar Rojo: El Cine Épico de Ridley Scott

De las Arenas Romanas al Mar Rojo: El Cine Épico de Ridley Scott
De las Arenas Romanas al Mar Rojo: El Cine Épico de Ridley Scott

Ridley Scott es uno de los directores más versátiles en el mundo. Desde ciencia ficción hasta terror, pasando por el que quizás es el mejor comercial de Apple, el director sabe manejar los géneros a conveniencia y lo que más sobresale de su trabajo es la estética y la facilidad con la que crea un ambiente que ayuda al espectador a conectar con sus historias. Es difícil elegir un único título de su larga trayectoria que sirva para representarlo mejor, pues a lo largo de los años ha explorado muchísimos temas y ha trabajado con reconocidos actores. Además, el director es de esos que desde el inicio de su carrera tomó riesgos tanto a nivel técnico como a nivel guión; por ejemplo, al poner a mujeres protagonistas que se alejaran de la norma.

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Quizás lo más llamativo de Scott es cómo recuperó el tiempo. Por años se dedicó a dirigir comerciales y a punto de cumplir 40 años se dio cuenta que nadie iba a darle una oportunidad en el cine y que él era el único que podía dar el paso. Desde este punto, y a pesar de no siempre conquistar a la crítica especializada, se convirtió en un creador constante y entregado. Para muchos, Alien - El Octavo Pasajero (97%), Blade Runner (90%), Thelma & Louise: Un Final Inesperado (83%) y Gladiador (76%) son, tal vez, sus cintas más populares y aunque todas cuentan con historias muy distintas tienen algo en común que unifica la visión de Scott. El director creció leyendo historias de ciencia ficción, siendo cuidado y supervisado por su madre, y aprendiendo de la realidad bélica por el trabajo de su padre. Una y otra vez, estos temas que marcaron su infancia se presentan en su obra, pero siempre desde un punto de vista particular.

Por ejemplo, el aspecto visual de Alien se logró en parte porque el director quería recrear su propia fobia a los lugares cerrados. Cuando el set de la nave estuvo listo y él se sintió claustrofóbico sabía que había logrado un ambiente adecuado para el terror. En el caso de Blade Runner, su decisión de encargarse del proyecto vino de aprovechar lo que había aprendido cuando intentó levantar una adaptación de Dune, y de la necesidad de distraerse luego del fallecimiento de su hermano, lo que definitivamente le ayudó a explorar los temas existencialistas de la trama. Pero antes de todos estos acercamientos, Ridley Scott dirigió Los duelistas (91%), que en muchos sentidos se convirtió en la brújula que marcó su camino en el cine.

Una Cuestión de Honor

Los duelistas (91%), protagonizada por Harvey Keitel y Keith Carradine, está basada en el cuento de Joseph Conrad que a su vez narra la historia verdadera del pleito entre dos oficiales en la era napoleónica, quienes se enfrentaron en diversos duelos a lo largo de casi veinte años. La película tiene una clara influencia de Barry Lyndon (96%), dirigida por Stanley Kubrick, pero por razones de presupuesto, Scott tuvo que encontrar su propio estilo rápidamente. La cinta sobre Armand d´Hubert y Gabriel Feraud terminó por convertirse en un gran éxito entre la crítica y el público, que reconocieron aquí uno de los mejores ejemplos de obsesión, violencia y autosabotaje. De hecho, Los Duelistas obtuvo el premio a Mejor Ópera Prima en el Festival de Cannes de 1977, poniendo así el nombre de Scott en el mapa.

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Además del excelente guión y de las espectaculares interpretaciones, lo que más se le reconoció a esta cinta fue su respeto por la historia; es decir, la precisión con la que se creó el ambiente de la época, las coreografías de los duelos, y hasta los pormenores de las armas y los uniformes que usan los protagonistas. Por supuesto, la producción se ayudó de especialistas en la época, pero la propia sensibilidad de Scott fue indispensable. Mucho antes de dar sus primeros pasos detrás de la cámara, Ridley Scott estudió escenografía porque le parecía la mejor manera de acercarse a este mundo. Esto le enseñó la importancia de la ambientación y de los detalles que terminan por ser una fantástica guía para que los actores puedan desempeñarse y para que los espectadores se dejen atrapar por las imágenes.

Ridley Scott nunca se ha mantenido en un único camino, y abiertamente ha dicho que se deja llevar por aquello que lo mueve o le interesa explorar. Muchos se han preguntado si tiene alguna fijación particular con la historia, pero más que eso él parece encontrar en estas historias épicas una forma de hablar sobre la verdad del mundo. En 2018 el director recibió un premio por su trayectoria otorgado por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (BAFTA) y en su discurso explicó que como director siente una enorme responsabilidad por decir y mostrar la verdad, y habló sobre el poder que tienen las películas de educar. Esto nos lleva a sus otras cintas históricas, que a pesar de darse muchas libertades funcionan por la forma en que presentan esos mensajes que el director quiere abarcar.

En 1992 estrenó 1492: La Conquista del Paraíso (33%), protagonizada por Gérard Depardieu, y que lo hizo cumplir su sueño de hacer una película basada en Cristóbal Colón. La historia está bellamente filmada y actuada, y la música es excelente, pero lo que causó mucha controversia fueron las decisiones del guión de Roselyne Bosch. La trama ignora momentos importantes que están bien documentados en pro de mostrar el espíritu rebelde de Colón. El ponerlo a él más como una figura que tuvo que enfrentar al gobierno y sus propios límites para lograr su objetivo, sin medir las consecuencias de sus actos en este otro mundo que descubre, era indispensable para retratar la decepción del hombre que ambiciona de manera desmedida. Al final del día, el protagonista se nos muestra decaído, abandonado, y con la culpa de llevar enfermedades y violencia a un paraíso que estaba mejor sin él.

Espadas y Sandalias: Reinventando el género épico

Con Gladiador (76%) sucedió algo similar, pero aquí no se sintieron las quejas por las libertades en la historia pues la audiencia quedó muy satisfecha con el personaje principal, y pocas personas saben que el proyecto tiene bases reales. Protagonizada por Russell Crowe, la película sirvió para poner de moda nuevamente las historias épicas, pero no hubo quien la igualara. Scott confesó hace años que el guión era muy pobre, pero que decidió dirigirla porque vio el cuadro de el Gladiador Vencedor (Pollice Verso) de Jean-Léon Gérôme y su imaginación comenzó a volar. Scott y Crowe trabajaron juntos durante la filmación para alterar el libreto, lo cual los unió a pesar de los constantes enfrentamientos por los que pasaron. Aunque Gladiador no es la cinta mejor calificada o más exitosa en taquilla del director, para muchos es la que lo puso en los libros de historia del cine.

Para Gladiador, Scott quería mostrar la vida romana de manera más natural, alejada de las épicas del cine de oro en Hollywood. Aunque también hay muchos detalles históricos que fallan, lo que el director presenta como real funciona tan bien que muchos otros directores quisieron imitarlo, como Troya (54%) de Wolfgang Petersen, Alejandro Magno (16%) de Oliver Stone o El Rey Arturo (32%) de Antoine Fuqua, así como la multipremiada serie Roma de HBO. Después de esta experiencia, Scott quería hablar de otro momento histórico que lograra una conexión con la sociedad de esa época, así que hizo La Caída del Halcón Negro (76%). Aunque técnicamente no es un proyecto épico, contó con todos los recursos de uno; desde cámaras múltiples para captar cada movimiento hasta detalles muy específicos en los uniformes de los soldados.

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Con este nuevo aprendizaje a nivel técnico, en 2005 estrenó Cruzada (39%), protagonizada por Orlando Bloom y Eva Green, que cuenta la historia de un herrero que termina en medio de una de las guerras iniciadas para “salvar el Reino de Jerusalén” tomado por los musulmanes. Aunque la sombra de Gladiador era enorme, algunos críticos vieron aquí una madurez para contar la historia y desarrollar al protagonista. De hecho, el famoso crítico Roger Ebert aseguró que estaba mejor lograda que Gladiador y aunque en general recibió opiniones mixtas, la versión del director fue reevaluada y considerada una obra maestra. Una vez más, la fotografía y la ambientación fue lo que más sobresalió, pero también fue una vía perfecta para que Bloom demostrara que era más que una cara bonita.

A lo largo de los años, Ridley Scott ha desarrollado otros proyectos basados en hechos reales, como White Squall (60%), Gánster Americano (80%) o Todo el Dinero del Mundo (63%), en los que también demostró su actitud perfeccionista para recrear otras épocas. Sin embargo, el director no se olvidó tan fácilmente de las historias épicas, dejando atrás los rigores académicos para dar paso a las posibilidades de la ficción.

Con Robin Hood (43%), protagonizada por Crowe, Cate Blanchett y Mark Strong, el director decidió darle un giro a la famosa leyenda al aumentar la edad del protagonista y presentarlo como un veterano de guerra decepcionado con la política y la ciega lealtad al rey. En vez de ser un héroe clásico, aquí se siente más como un hombre que no tiene otra opción que levantarse en armas para obtener un poco de justicia para aquellos que la buscan pero no tienen la fuerza para luchar. Unos años después, Ridley Scott presentó Éxodo: Dioses y Reyes (27%) que buscaba popularizar una vez más las historias bíblicas. Lo interesante de esta propuesta, protagonizada por Christian Bale, es que el director tomó la Biblia como un texto histórico para plasmar en la pantalla grande todos esos elementos impensables con explicaciones científicas que respaldaran los hechos.

Juicio por combate o cómo buscar justicia en la violencia

Ahora está por estrenarse una nueva y prometedora historia épica del director llamada El Último Duelo (86%). La cinta está basada en un hecho real que marcó un antes y un después en la política francesa. En 1386, Marguerite de Carrouges (Jodie Comer) acusó a Jacques Le Gris (Adam Driver) de haberla violado, y para equilibrar la afrenta, Jean de Carrouges (Matt Damon) lo retó a un duelo. Ridley Scott tiene claro que esta historia sigue estando muy vigente pues los historiadores todavía se debaten si la violación realmente sucedió o fue un acto político.

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En el contexto actual, en el que por desgracia las mujeres todavía luchan para que les crean, la película funciona para poner sobre la mesa este tema. Al basarse en un hecho real, bastante viejo, documentado y explorado, Scott aprovecha para darle luz al personaje femenino como algo más que una víctima. Esta es una de las mejores características del director, pues siempre cuenta con protagonistas femeninas fuertes, interesantes y alejadas de los clichés. El Último Duelo fue escrita por Matt Damon y Ben Affleck (quien también aparece en la cinta como el Conde Pierre d'Alençon) y ellos decidieron incluir a Nicole Holofcener , más conocida por escribir ¿Podrás Perdonarme? (98%) para tener una visión femenina que hiciera justicia al personaje interpretado por Comer.

Si todo sale bien, su próximo trabajo será una cinta de Napoleón Bonaparte llamada Kitbag. Joaquin Phoenix tendrá el papel principal y estará acompañado de Jodie Comer, quien dará vida a Joséphine Bonaparte. El director planea contar los inicios, el ascenso y la caída del famoso “Emperador de los Franceses” desde la relación que llevaba con su esposa. Se espera que la cinta se estrene en 2023 y que comience su producción muy pronto ahora que Apple Studios compró los derechos. De igual forma, parece cada vez más cercana la posibilidad de ver una secuela de Gladiador, proyecto que Scott lleva años arreglando y reescribiendo para llevar a buen puerto.

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