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La Argentina, ante un camino largo y sinuoso para la recuperación turística

Los viajes en la Argentina siguen haciendo equilibrio en una cuerda floja y se espera, como en todo el mundo, que la vacuna ayuda a salir de la segunda ola y a favorecer la actividad turística gravemente afectada. Desde que se restablecieron los vuelos al exterior en agosto último y los de cabotaje en octubre, se puede viajar, aunque con muchas restricciones, algunas impuestas desde el Gobierno para atenuar los contagios (suspensión de vuelos, declaraciones juradas, permisos de viaje, tests y cuarentenas) y otras desde cada provincia o país, que lógicamente no se van a esfumar de la noche a la mañana. Será un proceso gradual, seguramente lento y muy atento a la evolución de la pandemia en cada destino.

El futuro cercano (y no tanto) de los viajes, al menos en la Argentina, se parecerá bastante a este presente plagado de restricciones, marchas y contramarchas, como la suspensión del feriado puente del 24 de mayo para desalentar los viajes o la cancelación de frecuencias directas a países con nuevas mutaciones del virus o alta circulación, como Reino Unido, Brasil y México. Seguirán prevaleciendo los desplazamientos nacionales, cercanos y hacia sitios de naturaleza.

En la actualidad, el movimiento turístico está en mínimos históricos y las frecuencias aéreas internacionales limitadas a la aprobación de la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC), que mantiene un promedio de 8 vuelos diarios. En tren de comparación, en enero de 2020 se transportaron 1.225000 pasajeros en vuelos internacionales y en el mismo mes de este año, 122.000, un 90% menos, según datos de la ANAC. El mercado doméstico también afronta una crisis sin precedentes: comparando enero de 2020 con enero de 2021, el descenso en la cantidad de pasajeros fue del 76,2 %. Se bajó de 1.385.000 pasajeros a 330.000.

El pasaporte sanitario, una de las esperanzas para impulsar los viajes a nivel internacional de manera más ordenada, que ya tiene en ciernes varias iniciativas con distinto grado de evolución, como el Green Certificate que se está gestando en la Unión Europea, el IATA Travel Pass, creado por el organismo que nuclea a las aerolíneas del mundo y los desarrollos de otros países como Israel y Dinamarca, que fueron pioneros con sus pasaportes, también vio la luz en nuestro país. El mes pasado se presentó el pasaporte sanitario, la posibilidad de tener en la app Mi Argentina, en la sección Mis Documentos, el comprobante de vacunación, con carácter de documento oficial con validez legal. Los que recibieron la vacuna pueden verlo impactado en la aplicación entre una y dos semanas después de la aplicación.

Aunque en principio es para uso dentro del país también se podría usar en el futuro como un documento para viajar, porque tiene validez legal. Faltaría, claro, la validación internacional del certificado.

“Debido al impacto sin precedentes que ha tenido la pandemia en la industria del turismo, es complejo hacer proyecciones. Según estimaciones del ICAO (Organización de Aviación Civil Internacional), en marzo de 2023 la industria tendrá niveles similares a los de marzo 2019. Es muy difícil hablar a futuro cuando los procesos sanitarios y restricciones de cada país son distintos y no avanzan de igual manera. Creemos igualmente que la recuperación no será lineal, sino que habrá picos y caídas, y eso es justamente lo que hemos observado este año en los diferentes mercados de la región”, explica Paula Cristi, gerente general de Despegar en Argentina y Uruguay. Y agrega que “el turismo interno es lo que marca la reactivación en la actualidad, ya que la gente tiene más confianza al viajar a lugares cercanos. Aunque podemos ser optimistas sobre las perspectivas de recuperación en el largo plazo, todo apunta a que el camino no será una línea recta ascendente, sino que mostrará altibajos, dependiendo de las condiciones sanitarias, restricciones en los destinos y procesos de vacunación”. Además, se entusiasma con el pasaporte sanitario: “Los avances de la vacunación representan una expectativa positiva para la reanimación de la industria, y en ese escenario, el pasaporte sanitario puede ser una alternativa”.

Por ahora, para viajar desde la Argentina sigue vigente una batería de reglamentaciones como la declaración jurada antes de salir del país, la obligación hacerse tres tests (uno dentro de las 72 horas previas al vuelo de entrada a la Argentina, otro al llegar y el último, 7 días después) y realizar 7 días de cuarentena obligatoria y no hay señales de que estas disposiciones vayan a modificarse en el corto plazo. Las fronteras argentinas siguen cerradas para los extranjeros. Además, se debe acatar las disposiciones del país al que se viaje, que también puede incluir test y cuarentena. Muchos países mantienen sus fronteras cerradas a los argentinos, como Australia, Canadá, Japón y la Comunidad Europea, de la que se esperan nuevas normas para el próximo mes.