Cómo llevar el spa a tu casa: fórmulas con ingredientes naturales para disfrutar mimándote

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En tiempos de cuidar mente y cuerpo, se hace necesario obligarse a disfrutar de actividades nutritivas que nos conecten con placeres sencillos. Uno de éstas es, sin duda, armar una rutina de belleza emulando los servicios de un spa.

Estos espacios dedicados a la relajación, a la recuperación y a la belleza tienen todos algo en común: te apartan por un tiempo del ajetreo de la cotidianidad en espacios casi herméticos a cualquier distracción. De manera que lo primero que deberíamos ubicar es un espacio en casa muy confortable. Avisa a los allegados que estarás una hora –o el tiempo que estimes necesario-, lejos del mundo y mantén lejos de ti los aparatos electrónicos.

Planifica si quieres escuchar música o usar inciensos y procura que el ambiente elegido tenga una iluminación suave y relajante. Puedes recurrir a velas aromáticas, porque aunque suene a cliché, su luz titilante aporta mucho a la atmósfera adecuada que necesitas.

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Piensa en los pasos a seguir en esta rutina de placer. Si vas a exfoliar tu piel antes de un baño y luego a hidratar; o te darás un masaje con aceites esenciales en manos y pies; o aplicarás una mascarilla en tu cabello, lo primordial es que tengas listos con antelación los productos que usarás durante tu terapia casera.

Viste algo muy cómodo, tibio y suave, una mullida bata de baño es ideal. Haz tres respiraciones profundas y a disfrutar del plan de belleza casera.

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Infusiones, la mejor compañía

El té es para tomarlo con calma, sin prisas, sintiendo como sus aromas influyen en el alivio de la presión del rostro, el cuello y la espalda. El té de tila es una opción muy efectiva y popular en toda América Latina.

Según Juan Armando Corbin, psicólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, otras hierbas utilizadas como infusiones relajantes son la melisa o toronjil, eficaz contra el estrés y la ansiedad; la pasionaria, que es un ansiolítico natural; y la manzanilla, rica en antioxidantes.

Al terminar el té, tienes un momento perfecto para hacer un ejercicio de meditación rápida, concentrándote unos minutos en el ritmo de tu respiración y en una frase que te brinde confort.

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Fórmulas naturales que dan, sobre todo, placer

La doctora Katiuska Rivera, especialista en medicina estética, aconseja el uso de productos hechos en casa siempre y cuando sean utilizados en pieles sanas. Exfoliantes de azúcar, sal o borra de café brindan buenos resultados si estamos muy atentos al tamaño del gránulo. Si es grueso no es recomendable para el rostro, sino para el cuerpo.

Vale mencionar que los exfoliantes remueven las células muertas de la piel, limpian profundamente y dejan la piel radiante. Es ideal aplicarlos durante un baño tibio, por los efectos del vapor en la piel.

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Exfoliante de borra de café

Mezclar una cucharada de miel con dos cucharadas de borra de café muy fina. Al lograr una pasta homogénea, aplicar con movimientos circulares y suaves en la zona que se quiere exfoliar. Dejar actuar durante algunos minutos y lavar con agua fría.

Mascarilla de leche y avena

La avena en hojuelas es un exfoliante de gran suavidad y a la leche se le atribuyen propiedades humectantes, con lo cual con esta mezcla se obtiene limpieza e hidratación.

Mezclar tres cucharadas de avena con tres cucharadas de leche hasta formar una pasta. Aplicar en el rostro con suaves masajes circulares. Disfrutar y retirar con agua tibia.

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Mascarilla para el cabello de aguacate y aceite de oliva

Después de lavar el cabello, aplicar una crema preparada con medio aguacate y dos cucharadas de aceite de oliva. Dejar actuar por media hora y enjuagar con abundante agua fría. Es ideal para el cabello seco.

Tónico de pepino

El pepino es uno de los ingredientes naturales más usados en rutinas de belleza e incluso hay investigaciones que le otorgan beneficios en la aplicación tópica de su jugo, pues al ser rico en agua y antioxidantes contribuye a calmar la piel irritada, la inflamación y tiene efectos relajantes.

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Licuar medio pepino sin semillas con media taza de agua hasta que quede homogéneo. Se utiliza frío en compresas empapadas en el jugo. Dejar actuar hasta secar. Enjuaga con agua fresca.

Al culminar los tratamientos realizados, una ducha con shock de temperaturas es un cierre ideal, culminando con el secado meticuloso de la piel con una toalla muy suave y la posterior hidratación con aceites naturales como el de almendras o el de coco.

Es fundamental tener presente que el efecto principal de estos productos está enfocado en el placer que brindan al ser aplicados y que, aunque sus beneficios no están comprobados científicamente, dedicar un buen rato al cuidado propio y a consentirse incide profundamente en nuestro bienestar.

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