Arnold Schwarzenegger admite haberse pasado de la raya

Arnold Schwarzenegger. Getty
Arnold Schwarzenegger. Getty

Antes del ímpetu del movimiento #MeToo de la actualidad, Arnold Schwarzenegger había sido señalado como pasadito de manos y ahora admite que su comportamiento hacia algunas mujeres no siempre fue el correcto y se arrepiente de haber calificado como afeminados a sus rivales políticos.

Durante su campaña para gobernador de California por el partido republicano en 2003, el actor enfrentó hasta múltiples acusaciones de conducta sexual impropia. Al tiempo de las alegaciones, justo al momento de ocupar su nuevo puesto, seis mujeres lo acusaron de toquetearlas en el pecho o meter la mano bajo la falda. Su representación al momento dijo que se trataba de una treta del partido de oposición. Él, por su parte, dijo que no recordaba los hechos porque algunas acusaciones se remontaban a décadas.

La tapa de la revista Men’s Health
La tapa de la revista Men’s Health

“Mirando hacia atrás, me pasé de la raya varias veces y soy el primero en decir lo siento. Me hace sentir mal y pido disculpas”, dijo el hombre de 71 años a Men’s Health. “Cuando me convertí en gobernador, quería asegurarme que nadie, incluyéndome, cometiera este error. Por eso tomamos cursos en hostigamiento sexual para comprender claramente desde el punto de vista legal y también desde el punto de vista de comportamiento, lo que era aceptable y lo que no”.

Schwarzenegger sirvió dos términos como gobernador. En 2011, justo a la conclusión de su puesto político, él admitió haber tenido un hijo con su empleada doméstica durante su matrimonio a Maria Shriver.

El actor fue gobernador de California de 2003 a 2011. Getty
El actor fue gobernador de California de 2003 a 2011. Getty

El ex fisiculturista también expresó arrepentimiento de atacar la masculinidad de sus oponentes políticos. Él notoriamente los llamaba ‘girlie men’, o niñitas, pero él dice que sus intenciones no eran tan malas como se escuchaba. “En el momento sentí que era lo correcto. Improvisé. Los llamaba niñitas porque no estaban dispuestos a tomar riesgos. Le tenían miedo a todo. Políticos en general quieren hacer poco para no correr riesgos. Pero era una visión miope. Es mejor no hablar así porque uno necesita de su colaboración”.

¿Crees que es posible cambiar estas conductas?