Así debes cuidar la boca y dientes de tu perro
Tener un perro es una responsabilidad que implica ciertos cuidados para el animal. La salud de boca y dientes es primordial para evitar infecciones y dolor además de tener en orden la higiene de tu mascota y darle una buena calidad de vida.
¿Cómo cuido la boca y dientes de mi perro?
Lo primero que te aconsejo es que seas constante y establezcas una rutina, eso equilibrará al perro y también te facilitará las cosas a ti. Es sencillo, solo tienes que elegir un momento del día para invertir dos minutos en cepillarle los dientes.
Si quieres que sea por la mañana, genial, sino después de cenar -dejándole reposar la comida- pero, si te es posible, siempre en el mismo momento del día.
Hay perros que aman el cepillado dental y lo ven como un juego, si se lo planteas entre mimos y caricias mientras le tocas el hocico y le dices cosas en tono suave, quizá se vuelva una experiencia placentera para él y lo asocie a su momento de atención y cariños.
¿Cómo acostumbro a mi perro a la pasta y el cepillo de dientes?
Sin prisa y sin nervios. Es una cosa que hará cada día de su vida así que no intentes forzarle ni abrirle la boca bruscamente porque sino le condenarás a un trauma diario. Lo primero es que él olisquee la pasta de dientes (IMPORTANTE: la pasta debe ser para perros, de venta en veterinarios o tiendas de animales, nunca la pasta de dientes de humano).
Para un primer contacto te pones un poquito en el dedo y dejas que él la huela mientras le animas como si fuera un premio. Si la lame, ¡genial! Haz solo esto durante tres o cuatro días, si puedes, a la misma hora más o menos.
Si no la lame ni muestra interés, enséñasela junto a un premio que le encante y así la asociará a algo positivo. Pasados los cuatro días es hora de que tú se la des en la boca.
Pones la pasta en el dedo y, cuando él se acerque a lamerte, le introduces la puntita del dedo en la encía y haces como si frotaras sobre sus dientes, sólo sobre los que están más a la vista, no tienes que meterle el dedo hasta el fondo de la boca o no le va a gustar.
Repites el proceso cuatro días y, por fin, coges un cepillo de dientes (¡también para perros claro!) y lo mojas y le pones la pasta de dientes. El primer día, deja que él olisquee y acércale el cepillo a la boca junto a tu dedo, frotando con el dedo todavía.
El segundo intenta frotarle los colmillos en vertical, desde la encía a la base del diente, ya con el cepillo. En los días posteriores ya podrás, sujetando el hocico de tu can, limpiarle ambos lados de la boca y los dientes incisivos, que son algo más sensibles.
Si ves que tu perro necesita más tiempo en alguna de las etapas, ¡no dudes en dárselo!
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¿Cada cuanto llevo a mi perro al veterinario a limpiarle la boca?
Si tu perro es un animal sano y tú le cepillas los dientes a diario, no tendrá más complicaciones bucales, sin embargo es recomendable que, a partir de los ocho años del can, se le lleve una vez cada año (o máximo cada dos años) a una revisión al dentista canino para ver que todo sigue en orden.
Piensa que, aunque le cepilles, como nos sucede a nosotros, pueden salir pequeñas infecciones bucales que si no se tratan a tiempo derivan en problemas graves que alteran la digestión e incluso el correcto funcionamiento de los órganos internos así que no lo dejes pasar.
Además, ¿puede divertirse con juguetes dentales para perro?
¡Por supuesto! Hay juguetes dentales especiales para cada etapa de la vida del perro y también para dientes y encías sensibles. Kong tiene un juguete mordedor de lo más eficaz. Estos juguetes mantienen las encías y los dientes sanos junto con el cepillado diario y es que, además, son juegos de ingenio que mantienen despierto mentalmente a tu perro y también hacen que se mueva y ejercite.