Los atentados de 2015 en París: Fin a un proceso histórico aún con interrogantes

París, 28 jun (EFE).- El juicio por los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París y Saint-Denis termina mañana miércoles, cuando se conocerá el veredicto, tras 149 días de audiencias que no han permitido sin embargo aclarar todas las cuestiones abiertas sobre los peores atentados vividos en Francia.

La sentencia se conocerá durante la tarde del miércoles, en principio entre las 17.00 y las 20.00 hora local. La fiscalía ha solicitado penas que van de los cinco años de prisión hasta la cadena perpetua contra los 19 acusados, seis de los cuales son juzgados pese a estar en paradero desconocido y presumiblemente muertos en Siria.

En casi diez meses de audiencias, nunca se había dado tanto tiempo de palabra a las víctimas, que han podido intervenir tanto al principio como al final del juicio.

De las 2.500 víctimas constituidas como parte civil, principalmente supervivientes o familiares de los 130 fallecidos en París, han sido unas 400 las que han hablado en el juicio.

Sus testimonios han permitido ver el impacto de los ataques en sus vidas: más allá de las pérdidas personales, la culpabilidad del superviviente, las heridas y una perdida brutal con la forma de vida anterior a los atentados se ha visto como una constante en estas personas.

La magnitud del juicio obligó a construir una sala separada en el Palacio de Justicia para acoger unas 500 personas, y se habilitaron además de salas anexas para acoger a víctimas, acusados, magistrados y periodistas.

Pero también ha habido quejas por parte de la acusación y las víctimas de que otros numerosos testigos e investigadores han quedado fuera de las audiencias por la obsesión del tribunal de ceñirse al máximo a la planificación, para evitar mayores retrasos que prolongaran el proceso más allá del verano.

De entrada, los aislamientos a los acusados contagiados de covid ya han supuesto que el juicio se haya alargado más de un más respecto a lo previsto.

LOS SILENCIOS DE ABDESLAM

Sin duda la sentencia más esperada es la del francobelga Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que causaron la muerte de 130 personas Saint Denis, en una explosión a las puertas del Estadio de Francia, y después en varias terrazas del centro de París, hasta acabar con la sala de conciertos Bataclan, donde se produjo la mayor matanza (90 muertos).

La actitud del terrorista, que pasó seis años en prisión en estricto silencio y evolucionó de mostrar una actitud chulesca en los juicios a llorar y pedir perdón a las víctimas, ha despertado también numerosas incógnitas.

"Les pido perdón. Sé que el odio permanece pero les pido hoy que me odien con moderación", dijo en una sesión con voz temblorosa.

Por primera vez, Abdeslam contó en el juicio que su misión era inmolarse en un bar del distrito 18 de París pero que tras entrar en el lugar y ver a los clientes renunció a hacerlo "por humanidad".

Pero la fiscalía no se fía de su versión y ante las contradicciones del acusado no han podido despejar la hipótesis de si no llevó a cabo el ataque por que el cinturón de explosivos era defectuoso.

Tampoco se ha podido aclarar el origen de las armas ni establecer si el Estado Islámico, detrás de los atentados, tenía también por objetivo golpear los aeropuertos de Amsterdam Schiphol y París Roissy.

La investigación ha demostrado que mientras los diez miembros del comando viajaron a París el 12 de noviembre, otros integrantes de la misma célula yihadista se quedaron en Bruselas . Algunos de ellos hicieron un viaje de ida y vuelta a Amsterdam el mismo 13 de noviembre.

En un ordenador recuperado en un papelera de Bruselas en marzo de 2016, la policía encontró una carpeta "13 de noviembre" que incluía otra llamada "Grupo Schiphol".

También hay registros que indican que Abdeslam, sobre quien hay dudas acerca de por qué actuó solo cuando el resto de los terroristas atacaron en tríos, hizo una parada en el aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle el mismo día de los atentados.

La acusación ha pedido contra el Abdeslam la pena más dura prevista en el derecho francés, una perpetua sin posibilidad de liberación, considerada desproporcionada por la defensa del terrorista, que consideran que permanece "fiel a la ideología" del Estado Islámico e "incapaz de mostrar remordimientos".

En su última alocución, el lunes pasado, Abdeslam trató de defenderse: "En este tribunal he reconocido que no soy perfecto, que he cometido errores. Pero no soy un asesino. Si me condenan por asesinato, cometen una injusticia", aseguró.

Para el resto de acusados, implicados en mayor o menor medida en la ejecución de los ataques y en ocultar a los terroristas, las peticiones de cárcel van de cinco años hasta la perpetua con al menos 22 años de cumplimiento, como es el caso de Mohamed Abrini, considerado coautor de los crímenes a nivel logístico.

(c) Agencia EFE