Sean Baker disecciona con humor la América de carne y hueso en "Red Rocket"

Madrid, 6 may (EFE).- Sean Baker, uno de los directores "indies" más cotizados del momento, ofrece en "Red Rocket" una certera disección de la América profunda y de sus ciudadanos más reales, pero no los que "salen en el cine o en la tele", sino "los otros", los marginados, los marginales: los de carne y hueso.

"Muchas de mis películas son reacciones al hecho de que a estos personajes marginales no se les presta la atención necesaria, no los veo lo suficiente en el cine o televisión de los Estados Unidos y los querría ver más", afirma el director neoyorquino en una entrevista con Efe.

Aunque reconoce que también es "una forma egoísta" de explorar su propio país, "de aprender más y conocer gente con la que quizás en situaciones sociales normales no podría estar conectado, y esto me da esa oportunidad", remata el creador de "Tangerine" (2015).

La cinta es el sexto largometraje de Baker; con la anterior, "The Florida Projet", el estadounidense (a pesar de no ser un habitual del 'mainstream') llegó a meterse en los Óscar gracias a la increíble actuación de uno de sus "secundarios", el veterano Willem Dafoe.

Si aquella abordaba de manera descarnada, sincera y descriptiva lo menos correcto de la América que palpitaba a las puertas de Disneyworld en Orlando, este "cohete rojo" se presenta como una partitura de melodías distorsionadas que confluyen en un maravilloso personaje, Mickey, actor porno al que da vida Simon Rex, que también lo es en la realidad.

LA HISTORIA Y SUS ACTORES

El argumento cuenta la historia de un atractivo actor de películas para adultos, tan deleznable como magnético. Es manipulador, cínico, oportunista, un "jeta" que durante toda su vida no ha hecho más que meter la pata; uno de tantos 'loosers' que no sabe hacer nada más que una cosa para buscarse la vida. Eso y trapichear con droga.

Separado de su mujer, que lo echó de casa, tampoco se sabe exactamente qué le lleva de vuelta a Texas a pedirle a ella (y a su madre, que es la dueña de la casa) que le den cobijo mientras consigue trabajo.

Rex, extraordinario en la cuerda floja de ser un completo canalla obsesionado por una jovencita -no tan inocente-, y hombretón desvalido víctima de las circunstancias, explica que Mickey "no sabe lo que está haciendo".

"No creo que tenga malas intenciones, es que no se da cuenta de las consecuencias de sus actos para los demás. (...) Es cierto que hace cosas horribles, pero es como un niño, un niño grande", le defiende.

Baker, que suele mezclar en sus películas actores profesionales con amateurs, explica que Brie Elrod, que interpreta a Lexi (la mujer de Mickey) tiene dos décadas de experiencia teatral, pero Suzy Sun ('Strawberry', la menor a la que Mickey aspira a convertir en estrella porno), tomó unas clases de actuación en la universidad y ya.

"Realmente, me encanta esa mezcla donde los profesionales alimentan a los novatos. Hay esa espontaneidad y esa frescura que dice que puede pasar cualquier cosa", se sonríe.

Es un drama social con mucho humor, bañado en las notas de "Bye Bye Bye", la archifamosa melodía de la boy-band NSYNC, que Baker ambienta en la campaña presidencial de Donald Trump; la vida de la calle trasluce desdén y lo poco que les importa a todos cuál vaya a ser el destino político de su país.

Alicia G. Arribas

(c) Agencia EFE