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Bassino sitúa a Italia al frente y Shiffrin captura su primera medalla

Madrid, 8 feb (EFE).- La italiana Marta Bassino se proclamó campeona del mundo de supergigante al ganar este miércoles la prueba de los Mundiales de esquí alpino de Courchevel y Méribel (Francia), en la que la estadounidense Mikaela Shiffrin, gran dominadora del deporte rey invernal, que se había salido de pista en la combinada del lunes, capturó la medalla de plata.

Bassino, de 26 años, logró su segundo título mundial -después del de paralelo de los campeonatos disputados ante su afición hace dos años en Cortina d'Ampezzo- y colocó a Italia al frente del medallero, al cubrir los 2.204 metros de la pista 'Roc de Fer' de Méribel, con salida a 2.065 metros de altitud y un desnivel de 600, en un minuto, 28 segundos y seis centésimas, once menos que Shiffrin; que ganó su primera medalla en estos campeonatos, la duodécima en unos Mundiales.

La austriaca Cornelia Hütter y la noruega Kajsa Vickhoff Lie invirtieron idéntico crono y compartieron la tercera plaza en una prueba en la que Bassino consiguió el segundo oro en los tres primeros días de competición para su país, después del que consiguió en la combinada Federica Brignone, octava este miércoles.

La victoria de Bassino, cuyos seis triunfos en Copa del Mundo llegaron todos en el gigante, puede resultar sorprendente a primera vista. De los siete podios que lleva esta temporada, cinco los logró en esa disciplina, en la que, ya sin presión, apuntará a lo más alto el jueves de la semana que viene. Sin embargo, de los 28 'cajones' que suma en la competición de la regularidad, los dos últimos los logró la campeona de Cuneo en sendos 'súper' en los que acabó tercera el mes pasado: en Sankt Anton (Austria) y en Cortina.

A parte del éxito de la campeona de Cuneo (Piamonte), la gran noticia de la prueba la volvió a protagonizar Shiffrin, de 27 años, que hace ya varios que ha ganado todo lo que se puede ganar en el esquí alpino; y que el mes pasado, después de batir el récord de victorias en Copa del Mundo de su compatriota Lindsey Vonn (82) -retirada hace cuatro años- lo elevó a 85, para quedarse a sólo una de la plusmarca histórica absoluta (entre hombres y mujeres) en ese torneo que posee el sueco Ingemar Stenmark, el gran campeón de los años 70 y 80.

Shiffrin, que avanza con paso firme hacia la consecución de su quinta gran Bola de Cristal, llegó a la Saboya francesa con otro récord en su punto de mira: el de medallas mundialistas, en poder de la alemana Christl Cranz, una de las musas deportivas del Tercer Reich -oro olímpico de combinada en los Juegos de Garmisch-Partenkirchen'36-, que ganó quince entre 1934 y 1939, cuando los campeonatos se disputaban de forma anual.

Pero el pasado lunes, después de marcar el sexto parcial en el supergigante, la 'súper-depredadora' de Vail (Colorado) arriesgó en exceso en la decisiva manga del eslalon y perdió el oro en la combinada, al salirse de pista en la antepenúltima puerta del apartado técnico y acabar descalificada. Reavivó por instantes, de esa manera, el fantasma de hace tan sólo un año, en los Juegos de Pekín, en los que copó los titulares por motivo opuesto al habitual y de los que salió sin trofeo tras participar en seis pruebas.

Nunca descartable, en su condición de ser una las siete únicas esquiadoras de la historia que han festejado triunfos en todas y cada una de las disciplinas, a Shiffrin se la incluía, por tanto, entre las favoritas. Entre las que destacaban, no obstante, la suiza Lara Gut, gran triunfadora de los Mundiales de hace dos años en los Dolomitas, y la noruega Ragnhild Mowinckel, que habían aprovechado la combinada del lunes, en la que no tomaron la salida en el eslalon, para entrenar el ´súper´, conscientes de que en esta prueba gozarían de su primera bala de oro.

Gut, de 31 años -mutada de 'Wunderkind' o niña prodigio a gran dama del esquí-, a la que desde hace cuatro entrena el español José Luis Alejo, no sólo defendía el título logrado hace dos años en Cortina d'Ampezzo (Italia), de donde salió como gran triunfadora, sino que tomó la salida en su condición de vigente campeona olímpica de la disciplina. Mowinckel, de 30, doble medallista de plata en los Juegos Olímpicos de PyeongChang (Corea del Sur), persigue su primera Copa del Mundo en esa modalidad, cuya clasificación lidera, justo por delante de la helvética.

Mowinckel se quedó a sólo tres centésimas del podio, que en esta ocasión ocuparon cuatro esquiadoras. Y Gut, a cuatro. Por lo que se tuvieron que conformar con la quinta y la sexta plaza, respectivamente.

Abrió pista la austriaca Ramona Siebenhofer, cuarta en la combinada del lunes; y su crono (1:29.12) sólo fue canjeable por un discreto decimoséptimo puesto final. El oro y la plata lo marcaron el dorsal 8, el de Bassino, y el 9: el que portó Shiffrin, que se quedó a once centésimas de la italiana, propinándole de esta forma un puñetazo a los fantasmas del pasado. En espera de ampliar su ya de por sí sobresaliente palmarés durante las próximas jornadas.

Noruega aspiraba a todo con Mowinckel, pero la medalla se la llevó Vickhoff-Lie, de 24, que había marcado la referencia buena con el dorsal 4 y que, con sólo dos podios en Copa del Mundo, se mezcló este miércoles entre las mejores. Cornelia Hütter (tres victorias en el torneo de la regularidad), con el 6, igualó su tiempo y obtuvo el tercer bronce seguido, tras los dos de los hermanos Haaser, Ricarda y Raphael, para Austria; que cuenta una plata -la de Marco Schwarz, asimismo en la combinada- pero aún espera un oro que festejó, por segunda vez en tres días, Italia.

Ni Gut ni Mowinckel mejoraron a las anteriores y sólo se aproximó a los mejores cronos del día la joven neozelandesa Alice Robinson (21), que salió trigésima y acabó séptima, a 54 centésimas de Marta Bassino, triunfal en una disciplina en la que este jueves competirán, en Courchevel, los hombres.

Adrian R. Huber

(c) Agencia EFE