Ben Affleck intenta apaciguar las aguas después de desatar la tormenta con sus declaraciones
A sus 49 años y con varias décadas viviendo los altibajos que conlleva formar parte de un mundo tan competitivo y mediático como Hollywood, cualquiera creería que Ben Affleck habría aprendido la lección sobre la repercusión que tienen las palabras. Después de todo ha sido tan aplaudido y galardonado por algunos de sus trabajos como perseguido por paparazis y convertido en personaje de turno de los tabloides a raíz de sus problemas personales y vida amorosa. Sin embargo, en una reciente entrevista él solito se ha metido en la boca del lobo con unas declaraciones donde echa balones fuera a sus problemas.
En todo caso, en su vida, parece que los problemas como el alcoholismo, un matrimonio fallido y hasta su ruptura inicial con Jennifer Lopez, serían culpa de otros.
Ben Affleck se encuentra promocionando su nueva película como actor, The tender bar dirigida por George Clooney, dando varias entrevistas hablando del filme y su pasado en la industria, compartiendo anécdotas de Robin Williams y lo mucho que el ser director le ayudó a ser mejor intérprete. Sin embargo, en su paso por el programa de Howard Stern, Ben entró en un terreno más personal.
En su entrevista, el actor y director aseguró haberse sentido “atrapado” en el matrimonio con Jennifer Garner, con quien estuvo casado entre 2005 y 2018, a raíz de la responsabilidad que sentía hacia sus tres niños. Y que, básicamente, esa cárcel emocional lo llevó a buscar consuelo en la bebida. “La verdad es que nos tomamos nuestro tiempo, tomamos una decisión, nos distanciamos. Teníamos un matrimonio que no funcionaba. Esas cosas pasan” dijo al recordar cómo la prensa publicó “mentiras” sobre la ruptura. “Es alguien que quiero y respeto, pero con quien no debería estar casado”.
Añadió que lo intentaron por los hijos pero que ambos sentían que no querían que la relación, tal y como estaba, “fuera el modelo que los hijos” vieran del matrimonio. No obstante, Ben no dejó el asunto en ese resumen, sino que fue más lejos al sentenciar que, de haber seguido juntos, habrían acabado muy mal e incluso comienza a abrir una grieta de indignación entre los que hemos leído sus palabras al asegurar que, si aun estuviera con Jennifer Garner, “probablemente todavía seguiría bebiendo”.
Y entonces comienza a hacer esa grieta cada vez más grande. “Eso fue parte de por qué comencé a beber alcohol, estaba atrapado” sentencia. “Pensaba ‘no puedo irme por los niños pero no soy feliz. ¿Qué hago? Lo que hice fue beber una botella de whisky en el sofá, lo que terminó no siendo la solución”. En otras palabras, y lo que muchos estamos interpretando, es que abiertamente culpa el sentirse “atrapado” en el matrimonio como causa parcial del alcoholismo, mientras deja a Jennifer Garner como culpable colateral de su problema al dejar caer que seguiría bebiendo si siguiera con ella.
A su vez, en otro momento de la entrevista habla de la separación con Jennifer Lopez en 2004, con quien ha acaparado titulares este año a raíz de pasear juntos su reconciliación. Ambos estaban prometidos y con planes de boda, sorprendiendo al mundo cuando anunciaron la separación. Y ahora, tiempo después, Affleck culpa en un 50% a la atención negativa de los medios sobre ellos. “Diría que fue el 50% de culpa. La idea de que la gente te odia y te odian juntos, y que estar en pareja es veneno, feo y toxico, pues ninguno quería formar parte de eso” dijo, mientras añadió que tuvo dudas a la hora de volver con Lopez por el impacto mediático sobre sus hijos, poniendo como ejemplo la reacción de los compañeros de colegio de su hijo de 9 años cuando lo deja en la puerta.
Es cierto que lo que él explica sobre la sensación de estancamiento y responsabilidad que sienten muchos padres a la hora de la separación forma parte del proceso. Sin embargo, la forma en que Affleck culpa al matrimonio, a la pareja y la responsabilidad parental como ramificaciones culpables del alcoholismo suena a un personaje que echa balones fuera, sin reflexionar sobre sus propias necesidades y carencias que lo llevaron a tomar aquel camino. Sus propias responsabilidades en el asunto. Porque ¿de quién es la culpa que bebiera entonces? ¿Del matrimonio o de cómo él gestionó la situación y sus emociones al respecto? ¿Por qué dice que seguiría bebiendo si aún estuviera con Jennifer Garner? ¿Qué culpa tendría ella en el camino que él optara seguir en ese caso?
Y si bien también es verdad que la Bennifermanía acaparó titulares en 2003, llevando a que ambos cancelaran la boda planificada por el acecho mediático que tenían encima, resulta curioso que ahora culpe a esos medios de su ruptura cuando actualmente desfilan la reconciliación en alfombras rojas mientras regalan arrumacos a los paparazis. Evidentemente han crecido y madurado, ambos vivieron otras relaciones y presiones mediáticas en los últimos años, y quizás esa atención no les afecte tanto como antes. Pero no deja de resultar curioso que lo señale como 50% culpable de aquella separación, cuando ahora son tan generosos con esa exposición pública.
En resumen, Ben expone sus vivencias pero no aporta reflexiones sobre su responsabilidad. Como si, en cierto modo, vertiera un halo gris sobre el recuerdo de aquella relación con Garner, al colocar la sombra del alcoholismo como consecuencia de la relación, en lugar de ser la consecuencia de su propia forma de lidiar con ello. O, al menos, esa es la sensación que transmite con sus palabras.
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Affleck añadió que, al final, él y Jennifer Garner terminaron en buenos términos, con la tensión habitual de los divorcios, desacuerdos y peleas, pero “con respeto”. Aseguró que Garner es una buena madre y que supo también que necesitaba encontrar la sobriedad en aquel entonces. Y, según sus palabras, su camino hacia la sobriedad fue de “sufrimiento”, sobre todo el día que se dio cuenta del impacto que su problema tenía en sus hijos. “Desde ese día, lo juro, no he querido beber ni una vez”.
Pero claro, las declaraciones de Ben no pasaron desapercibidas, recibiendo un aluvión de críticas que lo llevaron a justificarse enseguida. Así, el actor visitó el programa de Jimmy Kimmel en la noche del miércoles sin disculparse, asegurando que no culpó a su ex esposa de su alcoholismo, sino insistiendo que el problema es de los medios por sacar las cosas de contexto.
Dijo sentirse "dolido" porque las críticas lo vieron como "el peor hombre, más insensible, estúpido y horrible". Repitió que respeta a Jennifer Garner y que siempre pone a sus hijos primero. Y para hacer frente a la imagen mediática ahí estaba también Jennifer Lopez, acompañándolo ante los fotógrafos y cogidos de la mano.
Sin embargo, se echó en falta que Ben al menos se disculpara o reconociera que la forma en cómo expresó su historia vertía culpabilidad por los cuatro costados, señalando a factores externos de sus problemas en lugar de reflexionar hacia dentro. Y eso parece haber hecho de nuevo al intentar defenderse.
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