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Bienal 2019: los artistas del teatro emergente salen a ocupar su lugar en el mundo

Mañana arranca una nueva edición de la Bienal de Arte Joven. Promete ser una verdadera maratón de 180 actividades en cinco días con 400 artistas de distintas disciplinas. Hace 30 años, este encuentro de las nuevas generaciones de la música, el teatro, la danza, la performance, el cine, la literatura y las artes visuales tuvo su primer mojón. Su epicentro fue, como volverá a ser este año, el Centro Cultural Recoleta.

Aquella vez, Andrés Calamaro, bajo seudónimo, presentó fotografías en blanco y negro. Entre los bienalistas estaban Gabriel "el Puma" Goity, Guillermo Angelelli, Carmen Baliero, Pablo Fischerman, Luis Ziembrowski, Ana Frenkel, Carlos Casella y la banda de Gambas al Ajillo. Los diseñadores Martín Churba y Gabriel Grippo mostraron sus creaciones. En los escenarios convivían de Charly García a Batato Barea, pasando por Alejandro Urdapilleta y Fernando Noy. Con el paso del tiempo, aquella Bienal adquirió el valor de referencia, de marca cultural.

El formato de la Bienal lo recuperó el Ministerio de Cultura porteño en 2013. Desde el inicio de esta nueva etapa se convirtió en una de las más inquietantes plataformas para la franja de creadores emergentes. En esta edición se estrenarán 18 nuevas creaciones de diferentes disciplinas que recibieron acompañamiento, financiamiento y tutorías de la Bienal. Habrá cuatro muestras individuales de artistas visuales, tres lanzamientos musicales, tres películas, tres novelas y cinco obras escénicas.

A lo largo de estos años de la franja de artes escénicas salieron trabajos que tuvieron excelentes comentarios críticos, premios diversos y hasta recorrido por festivales tanto locales como internacionales. Fue el caso de propuestas como Paraje Das Unheimlich, de Josefina Gorostiza y Jimena Pérez Salerno; Los monstruos, de Emiliano Dionisi y Martín Rodríguez; Los cuerpos, de Ramiro Cortez y Federico Fontan; Cinthia interminable, de Juan Coulasso y Jazmín Titiunik, o Moralamoralinmoral, a cargo de una banda de creadoras formadas como bailarinas y coreógrafas.

De la misma manera que sucedió otras veces este año fueron cinco los trabajos seleccionados que se estrenarán en estos cinco días. Ciro Zorzoli, Valeria Kovadloff y Gonzalo Demaría fueron los tutores que, desde mayo, vienen siguiendo estos procesos creativos. Como ya es una sana costumbre, las obras se presentarán durante los días de la Bienal y, luego, tendrán dos meses de funciones en distintas salas alternativas porteñas.

Los creadores de esas cincos obras elegidas entre 150 proyectos ahora están en el histórico salón de tangos del Teatro 25 de Mayo, de Villa Urquiza. En medio de un desayuno de trabajo, cada uno a su turno va contando su proceso frente a un auditorio de peso propio (funcionarios de Cultura, directores de festivales y curadores). "Después de las tres primeras ediciones y de haber tenido diferentes charlas, nos dimos cuenta de que una demanda constante de los jóvenes creadores era cómo entrar en el sistema, cosa que nos pasa a todos los vinculados con el mundo del arte. Al no haber fórmulas pensamos distintas estrategias, como realizar este encuentro", apunta Cristian Scotton, del equipo de la Bienal, antes de que Tiziano Cruz sea el primero en tomar la palabra. Por eso hacen esta reunión para que los gestores conozcan estas nuevas caras y para que las nuevas caras ejerciten la experiencia de exponer sus mundos creativos ante representantes del llamado "mercado del arte".

Los creadores

Tiziano es jujeño, de la zona de las yungas. Tiene 30 años. Muestra una foto de su familia. Ahí, abajo, aparece una de sus hermanas. Murió por mala praxis el día que dio a luz a su primer hijo. El pedido de justicia en una comunidad que no sabía del movimiento #NiUnaMenos lo encabezó su padre. El padre también murió. Su hijo cree que fue por tristeza. Y, también, por mala praxis. Con todo ese dolor acumulado quiso hacer algo. Ese "algo" se llama Adiós (un ensayo sobre el recuerdo o la despedida). Se pregunta: ¿cuántas realidades puede soportar una obra? Frente a una pregunta sobre su padre, Tiziano se emociona. Y todo ese relato de ese tránsito doloroso poetizado se expande en la sala circular del viejo teatro. "Yo ya había presentado este trabajo en proceso en diferentes plataformas, pero todo muy fragmentado. La Bienal es la que me permitió completarlo o cerrar la idea de obra, que ya lleva cuatro años de recorrido", reconoce, en diálogo con este cronista.

Las Leguizamo. Epopeya selvática/literaria es la propuesta de Micaela Racciatti, Darío Pianelli, Joel González Roch y Melina Cruz. El proceso, cuentan ahora, comenzó el año pasado en el Sportivo Teatral. Se inspiraron en la producción de Horacio Quiroga y para ellos es el primer acercamiento al teatro musical. Por lo que demuestran, el acercamiento está dando sus buenos frutos. En Las Leguizamo, tres hijas habitan un lugar de la selva misionera en donde se guardan manuscritos de incalculable valor. Hasta allí llegarán dos vendedores de libros. Darío Pianelli, de 31 años, da cuenta de este nuevo desafío: "La mayoría de nosotros venimos del teatro independiente y, de repente, la Bienal nos posibilita saltar a otro marco con otras obligaciones y otras posibilidades respetando nuestras propias búsquedas. Es aprendizaje puro. Y es vértigo y es, en nuestro caso, la posibilidad de probar nuestra obra en un teatro grande como El Picadero".

Ahora le toca el turno a Cristian Cabrera, de 33 años, en su primera obra como director y dramaturgo. Como en el caso de Tiziano, él también recupera fotos de su infancia cuando en el piso del living de su casa armaba grandes puestas en escena que, por cuestiones de la lógica de lo cotidiano, había que desarmar al rato. Mucho más acá en el tiempo se topó con dos puestas de Ciro Zorzoli: Las criadas, de Genet, y Tarascones, con texto de Gonzalo Demaría. Por diferentes motivos, ambas lo marcaron. En lo personal, la muerte de su madre fue la verdadera marca. Con su hermano decidió irse a la costa. Entonces fue cuando decidió aferrarse al teatro. Presenta Kerosén, la historia de una mujer rica con sus criadas en una comedia que nació en el dolor y que, por lo menos en su cabeza, dialoga con las mujeres de esa dos puestas de Zorzoli. Zorzoli y Demaría fueron, justamente, sus tutores. "Tuve que hacer un crecimiento violento para poder dialogar con ellos. La forma en que Ciro valoriza el espacio y al actor en el espacio me genera mucha admiración. Trabajar con ellos fue puro aprendizaje", admite con cierta timidez.

Acomodando sillas y en medio de un caos organizado copan el centro de la reunión las creadoras de Corina Wilson. Éxtasis y Demonios. Son Victoria Castelvetri, Brenda Lucía Carlini, Ana Inés García, Virginia Leanza, Milva Leonardi y Quillén Mut. Todas ellas son Corina, "esa niña buena, adolescente rebelde, adulta sacra y vieja loca". La obra es sobre unas mujeres que tienen apariciones, viajes místicos, momentos oscuros en un ámbito oscuro y nocturno mientras se escucha el sonido de los grillos. Ellas (bailarinas por formación) lo hacen, lo dirigen, lo escribieron siguiendo un protocolo de trabajo que ella mismo escribieron. Milva Leonardi es una de las integrantes de este grupo. Es, de todos los seleccionados este año, la que tiene más experiencia en la Bienal. A los 21 años, formó parte de Moralamoralinmoralella y luego participó en otras dos ediciones. "El acompañamiento a los creadores fue progresando. Ya no solo se hablaba de los procesos, sino de lenguaje. Por otro lado, la Bienal te permite probar muchas cosas. Es como si fuera una segunda casa", apunta esta joven creadora con mucho millaje bienalístico.

Federico Pereyra, de 23 años, y Leticia Coronel, de 32, tiran frente a programadores y curadores un viejo sillón un tanto desvencijado. Los dos hacen Hijas, que dirigen junto a Hugo Martínez (quien actualmente está presentando Fuego fauno en Galpón Fase). En la presentación de la propuesta otra vez aparecen datos biográficos. Esta vez ligados a maestros de actuación que pusieron todo el empeño en frustrar a sus alumnos. Pero con ellos no pudieron. El trabajo nació en Roseti, la sala de Juan Coulasso (de hecho, los dos actores formaron parte de Carne y Hueso, espectacular montaje que se estrenó en el FIBA). En el Ejército de Salvación compraron dos sillones que ahora están, en el centro de la escena. Hijas es sobre dos actrices que, desesperadamente, aguardan ser descubiertas. "Todo el proceso fue muy caótico. Ensayamos cinco días a la semana cuatro horas. Pasamos por instancias de no ver la obra, de multiproducir todo el tiempo y el vacío fue muy grande. Llegamos a tener tres horas, un delirio. Todo el tiempo tuvimos que volver a la raíz de esas dos actrices desesperadas por actuar para no irnos por las ramas", cuentan cerrando el encuentro.

Todos estos creadores escénicos desesperados por actuar coparán distintas salas del circuito alternativo mientras otras 15 obras terminadas (seleccionadas entre 180) también se presentarán en estos días. Entre tantos artistas que de la franja de 25 a 32 años, Nicolás Licera Vidal y Sofía Kauer presentarán una obra con Graciela Martínez. O sea, una de las performers más vanguardistas de la época del Instituto Di Tella en el marco de esta plataforma del arte joven que se gestó hace 30 años.

Lo mejor del primer día para agendar

La jornada de apertura será a las 19, en el Centro Cultural Recoleta y sus alrededores. En Escenario Plaza se presentará la banda 1915; el recital de Telescopios estará en el Patio del Aljibe, y Virginia Da Cunha - DJ Singer Set, en la Terraza. A las 19.30 será el recital de Lo' Pibitos en el Escenario Plaza, y a partir de las 20, Susy Shock y Las Pibas realizarán lecturas en la Araucaria, uno de los nuevos escenarios al aire libre que propone la Bienal. A las 21, la apertura se concentrará en Plaza Francia, en donde La Delio Valdez hará un show y cerrará DJ Alonso Morning.

Como en estos días la actividad es mucha y variada, se sugiere visitar la página de la Bienal (bienal.buenosaires.gob.ar) en donde figuran todas las propuestas.