Señores publicistas, la menstruación NO es sucia

En pleno siglo XXI, la mercadotecnia y la publicadad insisten en decir que la menstruación y otros fluidos femeninos son sucios y desagradables. No conformes, hacen anuncios ridiculizando a las mujeres que durante el síndrome premenstrual “se ponen insoportables”. No es que los publicistas sean los autores de esas ideas, sin embargo, ponen su creatividad al servicio de pensamientos retrógradas. Con honrosas excepciones, las campañas para vender toallas femeninas y tampones no hacen más que repetir una y otra vez que hay que limpiar, perfumar e higienizar la menstruación.

La mercadotecnia y publicidad se aferran a la idea de la menstruación como algo negativo / Foto: Thinkstock
La mercadotecnia y publicidad se aferran a la idea de la menstruación como algo negativo / Foto: Thinkstock

Supongamos que fuera cierto lo que dicen. ¿Eso significa que la sangre que se desprende de las paredes mi útero está sucia? En términos médicos, la sangre sucia acumulada en el cuerpo me causaría una infección y moriría de un shock séptico, cosa que, hasta ahora, no ha sucedido.

Señores publicistas: con o sin campaña, el producto se va a vender mientras las mujeres sigan menstruando. Si van a vender tampones, sean realmente creativos, rompan sus paradigmas, revisen la historia y conozcan el fenómeno del que están hablando.

La cantaleta de la “suciedad” de la menstruación es un paradigma antiguo y cada día resulta más obsoleto. Hace más de dos mil años, las sociedades patriarcales necesitaron afirmar el valor del hombre por encima de la mujer, y la forma más efectiva de hacerlo fue a través del cuerpo. La religión y la política fueron muy útiles en el proceso de patologización de lo femenino; dictaron leyes para justificar la supuesta deficiencia de la mujer –por carecer de falo– y establecer que la menstruación (entre otras cosas) nos ponía en un estado “impuro”.

En el Renacimiento, cuando la ley de dios fue desplazada por la ley del hombre, el esquema de base no cambió. Incluso a fines del siglo XIX, desde los discursos de la psicología y la medicina, se reafirmó la intención de “higienizar” a la mujer. Y yo me pregunto: ¿cómo es posible que si el hombre llegó a la luna, inventó internet y encontró la “partícula de dios”, siga pensando que la menstruación es sucia?

Tal vez lo que necesitamos es ir un poco más atrás. Antes del patriarcado, la menstruación era considerada un elemento poderoso, sagrado y necesario para la supervivencia de la comunidad. Antes de la guerra y los sacrificios humanos, la sangre de la menstruación servía para realizar rituales de fertilidad y agradecimiento a las divinidades; y los primeros agricultores sabían que uno de los abonos más eficaces era, precisamente, la sangre menstrual. Todo esto quedó sepultado en el olvido para beneficio del patriarcado. Encima se impuso la idea patológica de la menstruación; buscar y compartir conocimientos sobre el asunto fue sancionado de muchas formas, principalmente desde los discursos religiosos y morales. Así, se convirtió en un tabú y ni siquiera las madres hablaron abiertamente de ello con sus hijas.

¿Cómo es posible que hoy sigamos ignorando lo básico acerca de la menstruación? ¿Por qué asumir, desde la preadolescencia, que la menstruación invalida a las mujeres, las pone “locas” o “sucias”?

Se asume que la menstruación invalida a las mujeres / Foto: Thinkstock
Se asume que la menstruación invalida a las mujeres / Foto: Thinkstock

Hombres y mujeres necesitamos informarnos de otra manera. Quizás haya que empezar por dejar de acudir a las fuentes que, desde su base, patologizan todo o que tiene que ver con los fluidos femeninos. Si no podemos cambiar la historia pasada, al menos podemos conocerla y romper nuestros paradigmas. Dejemos de pensar que la menstruación es algo vergonzoso; hay que reconocer todo lo que nos puede hacer sentir y comprender, hay que amarlo y protegerlo. Hay que hablar de ello porque el silencio hace tanto daño como la violencia explícita.

La naturaleza y el poder

Hace unos días, Anea Bogue, colaboradora del Huffington Post Canadá, publicó un artículo titulado 9 cosas que toda mujer debería saber sobre la menstruación (Yo diría: “que todo ser humano debería saber”). La nota me parece rescatable porque aporta un punto de vista positivo y más conectado con la naturaleza. La intención: cambiar la idea patológica (“guácala, qué asco”) y el odio inconsciente que muchas mujeres manifiestan (“la menstruación es una joda”).

Thinkstock
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Acá les comparto mi traducción con mis comentarios:

1. Días más, días menos, el ciclo menstrual equivale a un ciclo lunar. Durante 28 días el cuerpo pasa por distintas fases hormonales, físicas y anímicas. Al igual que la luna se ilumina y se oscurece, las mujeres nos expandimos y nos replegamos durante el ciclo. –Independientemente de la cifra, lo que hay que hacer consciente es que se trata de un ciclo, por más sutiles o imperceptibles que sean las fases, éstas ocurren.

2. La menstruación debe considerarse no como el final sino como el principio del ciclo. A pocas horas de comenzar el sangrado, los niveles de estrógeno comienzan a elevarse y la sensación de pesadez de los días previos comienza a desaparecer. Emocionalmente hablando, es un buen momento para dejar ir eso que no necesitas en tu vida: relaciones tóxicas, cosas, enojo, ansiedad... –La menstruación es como reiniciar el sistema. Si bien somos seres biológicos, la dimensión emotiva y simbólica están entretejidas en cada átomo de nuestro organismo.

3. La vagina es una de las partes más porosas y absorbentes del cuerpo. Por eso es importante que si usas tampones, verifiques que no hayan sido lavados con cloro o dioxina. –Debido a que aún no hay suficientes regulaciones al respecto, yo recomiendo utilizar la copa menstrual.

4. Estrógenos = energía, entusiasmo y expresión. Durante la segunda semana del ciclo menstrual se elevan los niveles de estrógenos, lo que estimula la producción de serotonina. Esta sustancia aumenta la energía, la vitalidad y el entusiasmo, así como las capacidades verbales. Por lo tanto, si puedes planear una presentación de trabajo o una conversación importante, es recomendable que la hagas durante esa semana.

5. La ovulación es la reina del ciclo. Durante la ovulación, uno de los ovarios libera un pequeño huevo (alternan derecho e izquierdo en cada ciclo), esto sucede regularmente entre el día 12 y el 16 del ciclo, y son los días fértiles. En esos días hay muchos juegos de atracción. –En mi caso, los juegos de atracción se dan hacia el final del ciclo, en los días previos a la menstruación, cuando la temperatura de mi cuerpo aumenta.

6. La progesterona eleva la introspección y la intuición. Pasando el día de la ovulación, los estrógenos y la testosterona disminuyen y aumenta la progesterona. Ésta aumenta el deseo de replegarse, como la luna en cuarto menguante. Hay estudios que muestran gran actividad en el hemisferio derecho del cerebro durante esa parte del ciclo, el hemisferio derecho ha sido asociado con el conocimiento intuitivo. Confía en tu intuición, sobre todo en la segunda mitad de tu ciclo.

7. La alimentación afecta profundamente el ciclo. Todas tenemos el poder de potenciar cada fase del ciclo y de reducir los malestares emocionales y físicos de la menstruación. ¿Cómo? A través de una alimentación sana y balanceada, tomando las vitaminas que necesitamos, haciendo ejercicio con regularidad, durmiendo bien. Aumenta tu consumo de magnesio en la cuarta semana del ciclo, eso reduce significativamente los espasmos; para evitar la inflamación y la retención de líquidos, evita los lácteos y las harinas refinadas, y consume alimentos altos en vitamina B6.

8. NO estás loca. Los días previos a la menstruación (fase premenstrual) son, de hecho, el anuncio de un nuevo ciclo. La progesterona, junto con la introspección, la intuición y la sensibilidad, el estrógeno y la testosterona están en su nivel más bajo. Dado que son días en los que la percepción se agudiza, el cuerpo pide calma y espacio para elaborar todo lo que está ocurriendo. Pero si nos lo negamos, si insistimos en que “no pasa nada”, ese conocimiento intuitivo y emocional se transforma en sentimientos de enojo, ansiedad y frustración. –Coincido: no estás loca, dale un lugar a lo que percibes, dale validez a lo que sientes porque es un periodo de mucha lucidez. Hay quien dice que muchas mujeres usan ese momento para manipular a los demás. A ellas les digo: por favor dejen de hacerlo, por su bien y por el de las demás mujeres. Si se sienten mal y tienen que trabjar, tomen un par de analgésicos. Si eso no basta, pidan el espacio que necesitan, pero no recurran al chantaje.

9. Cambia SPM (síndrome premenstrual) por AMP (actitud menstrual positiva). Existen numerosos estudios que demuestran cómo el malestar físico y emocional del síndrome premenstrual está directamente relacionado a la idea que tenemos de la menstruación. Informarse, dialgoar y despatologizar la menstruación puede disminuir los malestares.

Twitter: @luzaenlinea

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