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Cataplexia, la explicación científica a una macabra creencia popular

Seguramente en algún momento de tu vida has tenido la desagradable sensación de despertar en medio de la noche y no poder moverte; por más que intentes poner en movimiento tus brazos y tus piernas no puedes conseguirlo. En ese momento (más allá de pensar en tener a un difunto sobre ti) puedes estar sufriendo un episodio de cataplexia o parálisis del sueño.

La cataplexia es la pérdida del tono muscular (contracciones musculares esenciales para el movimiento) de ambos lados del cuerpo durante breves lapsos. El padecimiento se puede asociar con la narcolepsia (trastorno en el que existe una somnolencia excesiva durante el día y que lleva a tener ataques de sueño intenso y repentino), en especial si se experimentan emociones intensas durante el día ya sea ira, alegría, estrés angustia o cualquier otra, así puede aparecer la cataplexia en horas de actividad, de repente la persona pierde por completo la fuerza de los músculos cayendo al suelo siendo realmente incapaz de poder sostenerse por sí misma.

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La debilidad de músculos, y por lo tanto la inmovilidad, pueden durar desde segundos hasta angustiantes minutos, impidiendo el movimiento y la capacidad de pronunciar palabras.

Al haber esta relajación repentina de los músculos del cuerpo la persona experimenta una especie de desmayo, durante el cual se continúa con la consciencia de lo que sucede alrededor nuestro. Existen casos en los que personas han llegado a tener hasta 50 colapsos de cataplexia.

La sensación que se puede experimentar en un ataque de cataplexia es un miedo intenso debido a la inmovilidad que se vive, pero además de la sensación de espanto puede aparecer enojo, dificultad para poder respirar lo cual también se puede deber a la ansiedad que se vive en el momento, es decir que con lo anterior no cabe la menor duda de que la cataplexia está relacionada en gran parte con experimentar emociones intensas.

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Sin embargo existen casos en los que no es necesario tener sensaciones intensas para que ocurra un ataque de cataplexia, pues se ha visto que en ocasiones basta con una risa o una carcajada para caer al suelo por la relajación muscular.

Al parecer la responsable de tan desagradable padecimiento es la disminución de hipocretina en el cerebro, ésta regula las funciones del sueño y la vigilia en nuestro cuerpo.

Por supuesto las personas que padecen cataplexia no deben conducir automóviles por el peligro que puede representar un ataque mientras ponen en movimiento un vehículo.

No se trata de un padecimiento común, sin embargo nunca esta por demás conocerlo para detectarlo si le ocurre a una persona cercana.
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Omar Luja es médico cirujano y homeópata por la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, Instituto Politécnico Nacional, México. Cédula: 7719134

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