Brendan Fraser y el sufrimiento ‘barato’ del que escapó con ‘George de la jungla’

Nunca una ovación predijo tanto el futuro como los seis minutos que Brendan Fraser estuvo de pie, incómodo y emocionado mientras los aplausos retumbaban en el auditorio del Festival de Venecia. Aquello era solo el principio de una carrera hacia los Óscar donde se ha posicionado en la delantera como el claro favorito al premio a mejor actor. Y con perdón de Colin Farrell que a pesar de su gran trabajo en Almas en pena de Inisherin, no hay por dónde superar el torbellino emocional que Brendan consigue en La ballena (The whale).

Desde aquel momento en Italia se respira un aire renovado en el ambiente. Un aroma a nostalgia y cariño del público que tiene a Brendan Fraser en un pedestal intocable de cara a los premios de la Academia. Y no es para menos, después de todo hablamos de un actor que supo ganarse el corazón de la audiencia con películas variopintas en los años 90s como La Momia, Dioses y monstruos o George de la jungla. Y precisamente de esta última nos toca hablar ahora. Porque el propio actor reveló que tuvo la oportunidad de hacer las delicias de los fans como aquel hombre primitivo a través de una secuela, pero no lo hizo por el bajo salario que Disney quiso pagarle.

George de la jungla (o George de la selvaen Hispanoamérica) surgió como una parodia de Tarzán y fue el primer éxito de taquilla de Brendan Fraser como protagonista gracias a una recaudación mundial de $174 millones. Todo un éxito para las arcas de Disney cuando tenemos en cuenta que había contado con un presupuesto de $55 millones. Sin embargo, a más de un espectador le habrá llamado la atención encontrar una secuela en las estanterías de los videoclubs en 2003 con Christopher Showerman reemplazando a Fraser, y no con una segunda parte estrenada en cines con su actor original aprovechando el buen recibimiento del público. Ahora, casi dos décadas más tarde, descubrimos que la opción estuvo sobre la mesa pero no fue lo suficientemente buena para Brendan.

“Creo que George tuvo un remake” dijo a Entertainment Weekly cuando le preguntaron al respecto. “Y construyeron una broma dentro de que el estudio era demasiado barato como para contratarme, lo que no era incorrecto” añadió.

“Me contactaron. No puedo recordar lo que estaba haciendo en aquel momento, pero creo que quería hacer El americano impasible con Michael Caine y rodar la primera película western en Vietnam, dirigida por Phillip Noyce, y contar una historia infinitamente americana” continuó diciendo. “Siempre tomo decisiones diversas y, con suerte, eso me mantiene a mí y al público interesado. Con un poco de distancia, creo que todos [sus personajes] han llevado acumulativamente al lugar en el que estoy ahora”.

De esta manera, Brendan Fraser deja caer que Disney le habría ofrecido un salario bajo que no estaba a la altura de su caché cuando apenas dos años más tarde, en 1999, triunfaba de nuevo con La Momia y una taquilla de $416 millones. En cambio, la secuela se hizo con otros actores y se estrenó directamente en Home Video pasando completamente desapercibida mientras él acaparaba las miradas de la crítica con Dioses y monstruos (1998) y El americano impasible (2002). Pero, además, se salvaba del sufrimiento de volver a interpretar a George.

Porque interpretar al inocente y curioso primitivo no fue nada fácil. Tuvo que ponerse en forma para enseñar pectorales y abdominales con un vestuario diminuto, sometiéndose a una dieta que le hizo pasar tanta hambre que llegó a perder la memoria. “Me depilaron. Estaba hambriento de carbohidratos” contó a Adam Sandler en una entrevista conjunta para Variety. “Conducía a casa después del trabajo y me detenía para comer algo. Un día necesitaba algo de efectivo, fui al cajero automático y no podía recordar mi número PIN porque mi cerebro estaba fallando. No comí aquella noche” sentenció.

De esta manera, pasar del presunto bajo salario de Disney y la secuela de George de la jungla le sirvió para seguir expandiendo su carrera con otro tipo de proyectos, dando lugar a películas aclamadas que demostraron que no era solamente un joven gracioso con el que hacer taquilla. Pero también le sirvió para escapar del sufrimiento de volver a pasar hambre y ponerse en forma para una secuela que, a nivel financiero, no le habría valido la pena.

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Ahora, a sus 54 años y más de dos décadas después, sigue demostrando que queda mucho Brendan Fraser por descubrir en la gran pantalla. Y lo hace con La ballena (The whale), una película donde apela a la empatía del ser humano para comprender y acompañar la historia de un personaje trágico e imperfecto a través de un ejercicio de perdón inconmensurable.

La ballena (The whale) se estrena en España el 27 de enero.

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