Cómo tenemos que usar un pañuelo. Cómo no

Aunque no lo creas, la mejor razón para cargar un pañuelo no tiene nada que ver contigo. Al tener un pañuelo en tu bolsillo, tienes la oportunidad de prestárselo a quién lo necesite. Existe una relación inversa entre la popularidad del pañuelo la aparición de la cultura con fobia a los gérmenes. Aunque en una sociedad donde se rocía el ambiente con desinfectante para eliminar esas rebeldes bacterias, donde se venden llaveros con gel antibacterial; es probable que esta misma sociedad evite los pañuelos reutilizables.

Hace muchos años durante la secundaria usé pañuelos que me regalaba mi abuelita. Al principio no les daba la importancia, hasta que viví una agonía en un bus con unas ganas garrafales de sonarme para respirar bien. Desde ese momento nunca salgo sin mi pañuelo. He secado mi sudor, los he ofrecido en signo de solidaridad ante la tristeza de alguna amiga. Definitivamente me han sido útiles cuando he estado enfermo para cubrir mi boca y limpiar mi nariz. Incluso los he utilizado para cubrir mi computadora cuando la he tenido que usar al aire libre.

Por supuesto que también el pañuelo cumple funciones estéticas. He aquí algunas opciones de la herramienta imprescindible para definir a un hombre con estilo:

1. El pañuelo de bolsillo es un accesorio en el que hay que invertir, pues da el toque elegante y personal de tu estilo.

2. Intenta usar un pañuelo de bolsillo que combine con uno de los colores de tu camisa o tu corbata. Si tu corbata a cuadros tiene una sutil línea roja, te sugerimos un pañuelo de bolsillo con orillas en ese color.

3. Si el pañuelo hace que tu bolsillo se abulte demasiado, necesitas doblarlo bien… o conseguir otro más pequeño.

El origen del pañuelo de bolsillo se remonta a la Grecia antigua. Los griegos adinerados solían llevar pañuelos perfumados en el año 500 a.C. Los británicos y los nobles franceses llevaban pañuelos perfumados y bordados, cuyo fin era cubrir la nariz por el hedor de las calles y de las demás personas.

En el 1900, un caballero nunca salía de casa sin un pañuelo de bolsillo colocado cuidadosamente en el bolsillo de su traje. Sin embargo, en la segunda mitad de este siglo, el pañuelo de bolsillo empezó a seguir el camino del sombrero y fue víctima del desuso.

Los expertos en etiqueta nos enseñan que siempre se deben llevar dos pañuelos: uno en el bolsillo trasero del pantalón y otro en el bolsillo superior de la chaqueta. El primero es blanco, de algodón o lino y se usa para enjugarse el sudor y sonarse la nariz si es necesario. Como beneficio adicional, son más ecológicos y ahorrativos. Piensa cuantos pañuelos desechables vas a ahorrar utilizando un pañuelo de tela. De todos modos, si estás resfriado se recomienda llevar consigo pañuelos desechables.

El segundo pañuelo va sobresaliendo recatadamente del bolsillo de la chaqueta. Precisamente este es el que deberás tener cuando vayas con tu novia a ver una película que les pueda sacar lágrimas, o cuando vayas a un funeral con tu pareja. Cuando las mujeres se sienten vulnerables, apreciarán que les ofrezcas un pañuelo. Es un acto galante y tiene un aire consolador.

Mi padre fue, desde que yo era muy niño, quien se encargó de guiarme en lo que “todo hombre debe traer consigo”. El pañuelo estaba entre las primeras cosas. Quizás los tiempos hayan cambiado, pero me gusta pensar que ciertas costumbres permanecen vigentes.