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Tus tenis se vencen, ¿cada cuánto debes cambiarlos?

“Todo tiene su final, nada dura para siempre”. La canción que consagró a Willie Colón y al fallecido Héctor Lavoe entre las grandes estrellas de la salsa por allá en los años 70 se puede aplicar a prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas, incluso a los zapatos que utilizamos para practicar deportes. Aunque por fuera se puedan ver bien, este tipo de calzado tiene una vida útil claramente definida y seguirlos utilizando indefinidamente puede conllevar a problemas físicos.

Los zapatos de correr deberían ser reemplazados entre cada 500 o 900 kilómetros, aseguran expertos y fabricantes de estos productos (Photo: Getty Images)
Los zapatos de correr deberían ser reemplazados entre cada 500 o 900 kilómetros, aseguran expertos y fabricantes de estos productos (Photo: Getty Images)

¿Cada cuánto tiempo debemos cambiar las zapatillas que utilizamos para correr y para practicar otros deportes? ¿Cómo podemos reconocer que es tiempo de ir a la tienda por un nuevo par? ¿Cuáles son las señales a las que debemos prestar atención para reconocer que nuestros zapatos ya lo dieron todo de sí? En Yahoo Vida y Estilo hemos consultado las recomendaciones de tres de los más grandes fabricantes de estos productos para responder las dudas anteriores.

No más de 900 km

"Al igual que con cualquier producto que se utiliza con regularidad, los zapatos para correr se desgastan con el uso. La rapidez con que esto ocurre dependerá de tu tipo de pie y tu estilo de correr. Correr continuamente sobre asfalto estropea los zapatos más rápido que correr por la naturaleza. También pasa lo mismo con un pronador corpulento que corre todos los días en comparación con un corredor neutral más delgado que sale a correr cada dos días", afirmó el podólogo Clifton Bradeley, quien es parte del equipo de diseñadores de la firma japonesa Asics y quien en un artículo publicado en la página web de la compañía sostuvo que los calzados que hayan sido utilizados por 900 kilómetros deberían ser renovados.

El uso, un factor clave

Desde el fabricante estadounidense Nike recomiendan reemplazar los zapatos que hayan sido utilizados entre 500 y 800 kilómetros. Sin embargo, en un artículo publicado en su sitio web admiten que este rango es muy amplio y, por ello, piden tomar en consideración la frecuencia con la que se usan. Así, un corredor ocasional; es decir aquel que puede correr o caminar 15 kilómetros a la semana, debería cambiar sus zapatillas cada año; mientras quien se entrena para participar en una media maratón debería hacerlo entre 4 y 6 meses; y quien aspira a participar en una maratón debería hacerlo hasta cada dos meses.

Los deportistas profesionales deben reemplazar sus zapatos con más frecuencia que aquellas personas que entrenan esporádicamente (Photo: Getty Images)
Los deportistas profesionales deben reemplazar sus zapatos con más frecuencia que aquellas personas que entrenan esporádicamente (Photo: Getty Images)

Por su parte, desde Reebok afirman que además del kilometraje hay otros factores que reducen la vida útil de estos calzados. “Si sueles correr en superficie suaves, como hierba o caminos, más que en asfalto, los zapatos te durarán seguramente más. Por otro lado, si solo las utilizas para correr, también aumentarás la vida útil de estas prendas. Asimismo, si también te pones tus zapatos de correr para salir a la calle o realizar otro tipo de actividades, durarán menos”, afirman desde la página web de la empresa británica.

Según Greg Weich, director y experto en zapatillas, hasta la temperatura del sitio donde se corre es un elemento para tomar en cuenta a la hora de hablar del desgaste de los zapatos deportivos.

Señales de alerta

El calzado para correr nuevo provoca un rebote después de cada paso. Esa sensación suele provenir de la amortiguación de espuma. El retorno de energía, que a menudo se siente a través de la entresuela, ayuda a impulsar el pie hacia delante con menos esfuerzo. No obstante, este beneficio se desvanece a medida que el calzado se desgasta, por ello al momento en que el zapato se sienta duro o plano y cada paso se sienta más pesado es la primera señal de que hay que deshacerse de él. Así lo aseguran los tres fabricantes.

El desagaste en la suela es una señal de que debemos reemplazar los zapatos que utilizamos para ejercitarnos (Photo: Getty Images)
El desagaste en la suela es una señal de que debemos reemplazar los zapatos que utilizamos para ejercitarnos (Photo: Getty Images)

Otro síntoma inequívoco de que hay que sustituir los zapatos se halla al revisar la suela. Si el patrón de la suela se ve desgastado, si hay orificios o si los tacos, en aquellos zapatos de correr por campo traviesa, han perdido relieve o algunos de ellos se han desprendido entonces es momento de comprar unas nuevas zapatillas.

Desde Nike recomiendan colocar el calzado sobre una superficie plana (como un mostrador o una mesa) y si al colocarlo en posición vertical se desploma hacia un lado debido al desgaste desigual de las suelas, ese es otro indicador de que debes reemplazarlo.

Sentir dolor en los pies, piernas o en las caderas es otra señal de alerta. Muchos deportistas, sobre todo los ocasionales, pueden llegar a creer que el dolor es producto del ejercicio, cuando en realidad puede ser causado por el desgaste del calzado.

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