El cambio en la dieta que podría ayudar a tratar la esclerosis múltiple

Un estudio sugiere que el ácido graso presente en algunos alimentos como el aceite de oliva, el pescado, el aguacate o las avellanas puede ayudar a combatir la esclerosis múltiple. (Foto: Getty)
Un estudio sugiere que el ácido graso presente en algunos alimentos como el aceite de oliva, el pescado, el aguacate o las avellanas puede ayudar a combatir la esclerosis múltiple. (Foto: Getty)

La falta de ácidos oleicos en el tejido adiposo provoca una respuesta anormal del sistema inmunológico que causa la esclerosis múltiple (EM) al atacar y dañar el sistema nervioso central. Es la conclusión de un nuevo estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos), publicado en la revista 'The Journal of Clinical Investigation'.

Un hallazgo importante porque sugiere que se podría combatir la esclerosis múltiple incluyendo en la dieta alimentos que aporten niveles elevados de ese ácido graso monoinsaturado como el aceite de oliva, carnes (res, pollo y cerdo), queso, nueces, semillas de girasol, huevos, leche, aceitunas y aguacates.

"Sabemos desde hace un tiempo que tanto la genética como el medio ambiente juegan un papel en el desarrollo de la EM. Este artículo sugiere que uno de los factores ambientales involucrados es la dieta", señala el autor principal del estudio David Hafler, profesor de neurología e inmunobiología.

Y es que la alimentación influye en la mejora de la sintomatología de cualquier enfermedad, incluida la esclerosis múltiple, que se caracteriza por un proceso inflamatorio crónico autoinmune del sistema nervioso central, generando situaciones como inflamación, alteraciones digestivas y mentales, discapacidad, y fatiga.

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Cuando el propio cuerpo se vuelve contra sí mismo

La comunidad científica considera que la esclerosis múltiple tiene un origen autoinmune, es decir, que está causada por el sistema inmunitario, que ataca erróneamente a las células y tejidos del propio organismo.

Las investigaciones han concluido que el tejido graso de los pacientes diagnosticados con EM carece de niveles normales de ácido oleico. Este ácido triterpénico, presente en la cutícula y las hojas del olivo, tiene una amplia gama de actividades biológicas, y parece actuar como principio activo frente a los signos y síntomas de enfermedades con un importante componente inflamatorio, como la esclerosis múltiple.

El estudio de Yale ha demostrado que la falta de ácidos oleicos conduce a una pérdida de los sensores metabólicos que activan las células T, que median la respuesta del sistema inmunológico a las enfermedades infecciosas.

Sin los efectos supresores de estas células T reguladoras, el sistema inmunológico puede atacar a las células sanas del sistema nervioso central y causar pérdida de visión, dolor, falta de coordinación y otros síntomas debilitantes de la EM.

Peso y dieta, dos factores a considerar

Cuando los investigadores introdujeron ácidos oleicos en el tejido graso de los pacientes con EM en experimentos de laboratorio, los niveles de las células T reguladoras aumentaron.

Por otro lado, Hafler asegura que la obesidad desencadena niveles poco saludables de inflamación, y este es un factor de riesgo conocido para la EM. Una observación que le llevó a estudiar el papel de la dieta en la EM.

No obstante, los autores subrayan que se necesitan más estudios para determinar si el consumo de una dieta rica en ácido oleico puede ayudar a algunos pacientes de EM.

Es importante llevar una dieta equilibrada, con bajo contenido en grasas y elevado contenido de fibra. Los alimentos naturales, no procesados, son siempre preferibles a los procesados. Pero la recomendación general para todos los pacientes con esclerosis múltiple es hablar con su médico antes de realizar cambios importantes en su alimentación.

Siguiendo la estela de los primeros indicios

Si echamos la vista atrás encontramos bibliografía útil como esta revisión sobre las intervenciones dietéticas para la esclerosis múltiple que recoge algunas de las medidas más extendidas como la suplementación con ácidos grasos poliinsaturados, dietas sin alérgenos (gluten y leche), vitaminas, micronutrientes y antioxidantes como el selenio, los extractos de Gingko biloba o la coenzima Q10. Otras investigaciones ya sugerían que pese a no bloquear el desarrollo de la enfermedad, con la ingesta de ácido oleico se produce de una forma más lenta.

Así lo adelantó el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de Valladolid, con una investigación en ratones a los que se les indujo esclerosis múltiple. Los científicos usaron un tratamiento con ácido oleanólico al mismo tiempo que se inducía la enfermedad. El trabajo fue publicado en el 'British Journal of Pharmacology' .

"Hemos utilizado el tratamiento con ácido oleanólico al mismo tiempo que se inducía la enfermedad a los animales y también hemos probado a iniciarlo de manera preventiva, antes de producirse", señalaba María Luisa Nieto, responsable del trabajo, quien añade que incluso se ha estudiado el potencial tratamiento "una vez que la enfermedad ya había aparecido, para analizar las distintas situaciones que se pueden producir en la práctica clínica".

“El desarrollo de la enfermedad es sensiblemente más lento en los animales cuando se les administra el ácido oleanólico (en forma de fármaco) y, además, conseguimos reducir significativamente e incluso eliminar en algunos casos todos los procesos inflamatorios que van asociados a la enfermedad, lo que repercute en la mejoría de los ratones desde el punto de vista patológico”, señala Nieto.

Así, el estudio pone de manifiesto el potencial del ácido oleanólico como agente capaz de atenuar de forma notable los signos clínicos (control muscular, peso, supervivencia) e inmuno-inflamatorios (alteraciones en la permeabilidad vascular, infiltración de leucocitos, presencia de citoquinas) de la encefalomielitis autoinmune experimental, una enfermedad desmielinizante inflamatoria del SNC en roedores que comparte características con la EM humana.

En qué consiste la esclerosis

La esclerosis múltiple es una patología degenerativa del sistema nervioso central (SNC). En ella, se produce un daño a la cubierta protectora que rodea a las neuronas, la mielina, a través de un proceso inflamatorio.

Esta lipoproteína recubre el tallo de las neuronas o células nerviosas. Gracias a ello, se ejerce la función de transmitir y conducir los impulsos nerviosos -o eléctricos- que envían y reciben mensajes de todo tipo, al cuerpo. Cuando la mielina se pierde o daña, los impulsos nerviosos se ralentizan o, en casos muy severos, dejan de transmitirse por la falta de esta proteína.

Esto produce una disminución e incluso la detención de los impulsos nerviosos, un “cortocircuito” en la conducción de esos impulsos nerviosos que puede causar una disfunción en el sistema nervioso.

Cuando se produce un brote, se está produciendo un ataque contra la vaina de mielina, provocando una lesión desmielinizante. Lo que puede traer como consecuencia una movilidad reducida e incluso la invalidez en los casos más severos.

No existe una cura para las enfermedades desmielinizantes y su avance, y los síntomas son diferentes para cada persona. Es importante recibir un tratamiento temprano que se centre en:

  • Minimizar los efectos de los ataques.

  • Modificar el curso de la enfermedad.

  • Manejar de los síntomas.

Se recomienda una variedad de terapias farmacológicas según tu trastorno específico. Las estrategias para tratar los síntomas incluyen la fisioterapia, los fármacos para la relajación muscular y los medicamentos para reducir el dolor y la fatiga.

Una de las formas más naturales que tenemos de mantener nuestros niveles de mielina, y permitir que los distintos procesos que se desarrollan en el sistema nervioso lo hagan como corresponden, es a través de los alimentos. Fuente de múltiples vitaminas, la ingesta de distintos alimentos puede promover la regeneración de la mielina y que esta lipoproteína no falte nunca en nuestro organismo para llevar a cabo su destacada función. No obstante, una vez recordamos que la recomendación general para todos los pacientes con esclerosis múltiple es hablar con su médico antes de realizar cambios importantes en su alimentación.

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