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España tiene un problema urgente con el cáncer de colon

Los tumores digestivos son la familia de tumores malignos más frecuente en los países occidentales, incluida España, donde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha estimado que en 2020 serían diagnosticadas más de 72.000 personas de este tipo de tumores. (Foto Getty)
Los tumores digestivos son la familia de tumores malignos más frecuente en los países occidentales, incluida España, donde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha estimado que en 2020 serían diagnosticadas más de 72.000 personas de este tipo de tumores. (Foto Getty)

La pandemia de Covid-19 ha tenido efectos en todos los ámbitos de la medicina y, en los tumores digestivos, los cánceres más frecuentes, también se ha dejado notar. El más común es el cáncer colorrectal, con más de 44.200 nuevos casos al año, según las cifras publicadas por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Sin embargo, tal y como nos cuentan desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), "modificar o evitar los factores de riesgo, la detección y el tratamiento temprano reducen su mortalidad".

El problema es que todo esto no se ha podido hacer debido al coronavirus. Se estima que la caída en los nuevos diagnósticos, por la paralización de las pruebas en la primera ola, ha podido llegar al 30 por ciento. También se han paralizado los cribados, que evitan hasta un tercio de las muertes por cáncer de colon, y se han suspendido cirugías y modificado algunos tratamientos.

A pesar de los avances médicos no hay buenas perspectivas a dos años vista

A cambio, 2020 ha sido un año en el que se han dado a conocer avances que serán decisivos en la supervivencia de muchos de estos tumores, cuentan desde el Grupo de Tratamiento de los Tumores Digestivos (TTD). Pero dado que el diagnóstico tardío es la diferencia entre tener o no una opción de tratamiento en algunos de estos tumores, “podríamos ver un exceso de mortalidad del 10 por ciento en uno o dos años”, añaden.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de fallecidos en nuestro país por cáncer digestivo se distribuyó de la siguiente manera: cáncer colorrectal 11.265, páncreas 7.120, estómago 5.053, hígado 5.141 y esófago 1.824 fallecidos.

Los expertos creen que algunas de las causas de que el número absoluto de cánceres diagnosticados en España haya ido en aumento desde hace décadas están relacionadas con:

  • El aumento poblacional. La población de España creció en 163.336 personas durante la primera mitad de 2019 y se situó en 47.100.396 habitantes.

  • El envejecimiento de la población. La edad es un factor de riesgo fundamental en el desarrollo del cáncer.

  • La exposición a factores de riesgo como el tabaco, el alcohol, la contaminación. la obesidad, el sedentarismo entre otros muchos.

  • En algunos tipos de cáncer como el colorrectal, y los de mama, cérvix o próstata, el aumento de la detección precoz. De hecho, si los programas de detección precoz son adecuados, deberían conducir a un aumento del número de casos, pero también una reducción de la mortalidad. Debido a la combinación de estos factores, se puede dar el caso de que a pesar de que la exposición a factores de riesgo no varíe a lo largo del tiempo, el número absoluto de casos aumente debido a los otros dos factores (aumento poblacional y/o envejecimiento).

La prevalencia a 5 años en España del cáncer de colon es de 105.714. Lo que significa que el 13,7 por ciento de la población en nuestro país está sujeta o ha estado sujeta a esta enfermedad en un periodo o en un momento determinado, incluyendo a todas las personas que, habiendo sido diagnosticadas de esta enfermedad en el pasado (reciente o lejano), están vivas (estén curadas o no).

El cáncer colorrectal, con más de 44.200 nuevos casos en 2020, que suponen casi un 16 por ciento del total de nuevos diagnósticos de cáncer en España, es el tumor digestivo más frecuente y uno de los tres tipos de cáncer más comunes, junto con el de pulmón y el de mama. Entre los afectados, alrededor del 60 por ciento son varones y el 40 por ciento mujeres. (Foto: Getty)

No obstante, a pesar de la crisis sanitaria, 2020 ha sido un año en el que se han dado a conocer avances importantes avances en campos como la inmunoterapia, y en otros que serán decisivos en la supervivencia de muchos de estos tumores.

Así lo señala el doctor Fernando Rivera, jefe de Oncología Médica del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander: “Curiosamente, éste ha sido un año de enormes avances en todos los tumores digestivos. La inmunoterapia ha llegado de una manera clave, en tumores avanzados y, en definitiva, han sido meses con muchas novedades”.

Entre ellas, el Dr. Rivera destaca la inmunoterapia en el cáncer esófago-gástrico y también en algunos tipos de cáncer colorrectal. “Un tumor que tenía un pronóstico muy desfavorable puede ahora tener una supervivencia muy importante”, señala.

En concreto, el estudio KEYNOTE 177, que se va a publicar este año, aporta resultados de la inmunoterapia sobre un tipo de cáncer colorrectal metastásico que tiene inestabilidad de microsatélite. Suponen alrededor de 1 de cada 20 cánceres colorrectales metastásicos, y este hallazgo ha supuesto “un salto enorme”, en palabras del Dr. Rivera.

Asimismo, “se ha avanzado mucho en la personalización de los tratamientos de pacientes con cáncer colorrectal, y se han identificado subgrupos de pacientes por perfiles moleculares”, añade.

Víctimas colaterales de la COVID-19

El futuro, por tanto, es esperanzador. Pero los pacientes con tumores digestivos han sido también víctimas colaterales de la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2. Empezando por el diagnóstico, que en muchos de estos tumores es la diferencia entre la supervivencia y un peor pronóstico. “En el primer pico, se paralizaron las pruebas diagnósticas, como endoscopias y escáneres. Hay estudios que apuntan a que esto provocó una caída de entre el 20 y el 30 por ciento en los diagnósticos de cáncer, también en el caso de los tumores digestivos", cuenta el Dr. Rivera.

Esto se debe a que “en general, en los cánceres digestivos, un diagnóstico no retardado afecta mucho al pronóstico. Posiblemente sean los tumores a los que más afecte este factor, pues avanzan rápido y dejar pasar meses supone perder oportunidades de tratamiento”, asegura el oncólogo. En algunos casos, como el cáncer gástrico y el de páncreas, “es aún peor, porque donde había posibilidad de tratamiento, en dos o tres meses se pierde toda oportunidad. Esto, sin duda, ha sucedido”, lamenta.

A esta falta de pruebas se ha unido la paralización en los cribados. “En el cáncer colorrectal hay un cribado que, cuando funciona bien, puede evitar una de cada tres muertes por este tipo de tumor. Esto se ha parado dos o tres meses y ha supuesto una pérdida de diagnósticos precoces”, explica el Dr. Rivera. La pandemia también ha afectado a las cirugías, aunque, en general, los tratamientos se han mantenido, salvo alguna modificación.

En cuanto a los diagnósticos, el Dr. Rivera asegura que, de cara a los próximos meses “vamos a reivindicar que no se considere una actividad prescindible y que sea tan prioritario como la atención a la COVID-19”.

La prevención activa del cáncer de colon se realiza a través de los programas de cribado

Seguir los programas de cribado y acudir al médico ante la menor sospecha es fundamental para conseguir una detección precoz del cáncer de colon. Sin duda, el cribado es el método más eficaz para la detección precoz del cáncer de colon y la reducción de su mortalidad e incidencia, que se puede llegar a curar en el 90 por ciento de los casos, si se detecta precozmente.

Dichos programas de screening o cribado poblacional son cruciales porque pueden contribuir a detectar casos de cáncer colorrectal en fases muy incipientes. Y para ello se realizan pruebas de sangre oculta en heces y/o colonoscopias.

“Por una parte, la prevención primaria consiste en reducir la incidencia de la enfermedad evitando la exposición a determinados factores causales cuya presencia es necesaria o favorece la aparición de la enfermedad oncológica. Por otra parte, la prevención secundaria trata de detectar lo antes posible los tumores en personas sanas para que, a través de una intervención apropiada en esta fase precoz, se pueda modificar la historia natural de la enfermedad”, explica la Dra. Mileidis San Juan Acosta, responsable del comité de Actividades Fundacionales de la FEAD.

En este sentido, desde EuropaColon España recuerdan que “es preciso que las personas con antecedentes familiares y mayores de 50 años se sometan a estos programas de cribado. A este respecto, los test de sangre oculta en heces y la colonoscopia son los más conocidos para poder realizar un diagnóstico y tratamiento temprano que ayude a hacerle frente a la enfermedad”.

Información y prevención saludable

Para poder realizar un diagnóstico temprano es necesario tener información sobre los posibles síntomas de la enfermedad como pueden ser el estreñimiento progresivo, la diarrea o la sangre en las heces. Asimismo es importante contar con información sobre tratamientos y hábitos de vida saludable en todas las etapas de la enfermedad.

Una buena alimentación es otra de las vías para reducir la incidencia de este tumor. En esta línea, es aconsejable disminuir el consumo grasas y de carnes rojas y procesadas y tener en cuenta el impacto negativo del tabaco y el alcohol a largo plazo. Además, se aconseja aumentar el consumo de fibra para facilitar las funciones digestivas y de pescado por su poder antioxidante y antiinflamatorio. Por último, los expertos recomiendan realizar ejercicio de forma regular para mejorar el sistema gastrointestinal al favorecer la circulación y el flujo de la sangre.

5 medidas clave para la prevención de los cánceres del Aparato Digestivo que promueve Código Europeo contra el Cáncer

  1. Evitar el consumo de tabaco: al dejar de fumar, el aumento en el riesgo del cáncer inducido por fumar desaparece. La ventaja es evidente en el plazo de 5 años y es más marcado con el paso del tiempo.

  2. Dieta saludable y evitar la obesidad: es conveniente consumir diariamente verduras y frutas, limitar el consumo de alimentos que contienen grasa de origen animal (a excepción del pescado), de productos lácteos y otros derivados de las grasas (particularmente ácidos grasos saturados), limitar los alimentos hipercalóricos (ricos en azúcar o grasa) y las bebidas azucaradas, evitar la carne procesada y limitar el consumo de carne roja y de alimentos con mucha sal.

  3. Realizar ejercicio físico diariamente: muchos estudios constatan que la actividad física regular está asociada con una reducción en el riesgo del cáncer de colon.

  4. Moderar el consumo de alcohol: existen evidencias de que el consumo de alcohol aumenta el riesgo del carcinoma de células escamosas del esófago y de que el riesgo del cáncer de esófago se reduce un 60% a los 10 años o más después de dejar de beber. Beber alcohol también se asocia fuertemente al riesgo de cáncer de hígado a través del desarrollo de cirrosis hepática. Y también se ha apreciado una correlación lineal con la cantidad de alcohol consumida y un riesgo elevado cáncer colorrectal.

  5. Cribado y vacunación: existe evidencia de que el cribado del cáncer colorrectal en población de riesgo medio, con prueba de sangre oculta en heces anual o bienal o colonoscopia cada 10 años, disminuye la incidencia y la mortalidad por esta neoplasia.

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