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Cáncer de ovarios recurrente: ¿se puede reducir el riesgo de recaída?

La <a href="https://stm.sciencemag.org/content/10/436/eaao5931" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:vacuna;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">vacuna</a> contra el cáncer de ovario todavía está en investigación. (Foto: Getty)
La vacuna contra el cáncer de ovario todavía está en investigación. (Foto: Getty)

El cáncer de ovario es el quinto tumor ginecológico más letal entre las españolas, con más de 2.000 fallecidas por su causa en 2017, último año con estadísticas disponibles. En España se diagnostican anualmente unos 3.550 casos nuevos, lo que hace una media de 10 nuevos diagnósticos al día.

Se trata de una enfermedad que, en sus estadios iniciales, suele ser asintomática y, cuando presenta síntomas, estos pueden confundirse con los de otras patologías más leves, especialmente molestias gastrointestinales.

Esto sucede así porque los síntomas que puede presentar resultan inespecíficos: distensión abdominal, dolor pélvico o abdominal, urgencia o mayor frecuencia al orinar, falta de apetito, sensación de saciedad que aparece rápidamente o sensación de cansancio constante, entre otros.

La enfermedad puede repetirse poco después de terminada la convalecencia

Otra de las características del cáncer de ovario avanzado es la capacidad de recidiva tras el tratamiento completo (cirugía y quimioterapia), ya que, aunque inicialmente el 50 por ciento de las pacientes responden favorablemente al tratamiento, el 70 por ciento recurre, con una supervivencia a los 5 años del 30 por ciento.

La salud femenina está muy relacionada con las características del ciclo menstrual. Debes estar atenta ante cualquier cambios brusco y no restar importancia a otro tipo de dolencias, como las digestivas. (Foto: Getty)
La salud femenina está muy relacionada con las características del ciclo menstrual. Debes estar atenta ante cualquier cambios brusco y no restar importancia a otro tipo de dolencias, como las digestivas. (Foto: Getty)

“En nuestro hospital se tratan unas 50 pacientes nuevas al año con diagnóstico de cáncer de ovario avanzado y de ellas entre un 70 y un 80 por ciento recaerán en los dos primeros años. A partir de ahí, estas mujeres presentarán múltiples recaídas hasta la muerte por progresión de la enfermedad”, afirma la doctora María Jesús Rubio, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

El diagnóstico tardío (entre el 70 y el 80 por ciento de los diagnósticos se producen en fases avanzadas) influye en el desarrollo de la enfermedad, con lo que el pronóstico es más desfavorable. Por eso, aunque parezcan insignificantes de manera aislada, no debes pasar por alto estos signos de alarma; sobre todo, si sufres varios de manera constante.

No obstante, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), la supervivencia en España es superior a la media europea, que se sitúa en torno al 37 por ciento.

Tratamiento habitual: Cirugía y quimio

Este es el tratamiento habitual del cáncer de ovario. Consiste en cirugía especializada más un tratamiento con quimioterapia basada en platino. Pero como decíamos, este tratamiento resulta más eficaz cuando se diagnostica en una fase inicial de la enfermedad.

Los casos de pacientes sensibles a la terapia con platino (la habitual en cáncer de ovarios) suponen un desafío a la hora de encontrar opciones terapéuticas. (Foto: Getty)
Los casos de pacientes sensibles a la terapia con platino (la habitual en cáncer de ovarios) suponen un desafío a la hora de encontrar opciones terapéuticas. (Foto: Getty)

A pesar de un adecuado tratamiento inicial del cáncer de ovario y de la quimiosensibilidad de la enfermedad, un gran número de pacientes presentan recaídas. Ya lo hemos dicho antes, cerca del 80 por ciento de las pacientes sufran una recaída.

Inhibidores de PARP, los nuevos fármacos

En la mayoría de estas pacientes el tratamiento de la recaída se basa en quimioterapia asociada o no a bevacizumab y más recientemente a un grupo de fármacos conocidos como inhibidores de PARP. El objetivo del tratamiento es prolongar la supervivencia de las pacientes, mejorar los síntomas que puedan presentar. Todo ello con la pretensión de optimizar la calidad de vida.

Cómo actúan

Zejula’ (niraparib, de GSK) aporta un beneficio clínico significativo reduciendo el riesgo de recaída en un 73 por ciento y en un 55 por ciento en aquellas pacientes con y sin mutación en el gen BRCA respectivamente.

La enzima PARP actúa reparando las roturas de las cadenas de ADN de las células, con lo que contribuye a mantenerlas vivas. En células tumorales, la inhibición de esta enzima contribuye a que no se reparen esas roturas, impidiendo, en consecuencia, que dichas células tumorales se reproduzcan o que sigan vivas.

“A pesar de un óptimo tratamiento inicial del cáncer de ovario y de la quimiosensibilidad de la enfermedad, un gran porcentaje de las pacientes presentan recaídas, apunta Arturo López, director médico de GSK España. Por eso tan satisfactorio poder aportar una innovadora solución terapéutica como ‘Zejula’, que ha demostrado un espectro más amplio de acción que otros tratamientos inhibidores de PARP, retrasando la progresión de la enfermedad”.

A quién puede beneficiar

Está indicado, en concreto, como monoterapia para el tratamiento de mantenimiento de las pacientes con carcinoma seroso de alto grado de ovario, de las trompas de Falopio o peritoneal primario, en recaída, sensible al platino y que presentan respuesta (completa o parcial) a la quimioterapia con platino.

“En pacientes con recidiva de la enfermedad y que vuelven a responder al tratamiento con platino y que son portadoras de mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 (20 por ciento) o presentan alguna mutación en esta vía, se ha observado un gran beneficio cuando son tratadas con inhibidores de PARP”, explica el doctor Josep Mª. del Campo, de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Su principal ventaja

Se administra una vez al día por vía oral con o sin alimentos. Esto favorece la adherencia y permite un tratamiento de mantenimiento a largo plazo.

Buenas expectativas

“Niraparib es un fármaco que sin duda va a cambiar la historia natural del cáncer de ovario, contribuyendo de manera muy significativa a mantener durante más tiempo la respuesta que conseguimos con la quimioterapia. Tal y como hemos observado en los ensayos clínicos, en algunas pacientes el beneficio puede ser muy prolongado (más de 4 años), algo que no conseguíamos con los fármacos actualmente disponibles”, explica el doctor Andrés Redondo, oncólogo del Hospital Universitario La Paz y secretario del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO).

Si la enfermedad regresa

En la mayoría de pacientes el tratamiento de la recaída se basa nuevamente en quimioterapia asociada, si es posible, a bevacizumab o a inhibidores de PARP. El objetivo del tratamiento es prolongar la supervivencia de las pacientes, mejorar los síntomas que puedan presentar y mantener la calidad de vida.

En algunas pacientes seleccionadas (aquellas con recaída en escasas localizaciones y/o tardía, y con buena situación clínica general) se puede plantear además una cirugía de rescate.

“La recidiva y un diagnóstico que permitan administrar el mejor tratamiento para las pacientes son los grandes retos en cáncer de ovario”, explica el doctor Luis Manso, oncólogo de la Unidad de Cáncer de Mama y Ginecológico del Hospital 12 de Octubre. También en hacer el mejor tratamiento posible desde un primer momento con cirugía, quimioterapia basado en platino y los inhibidores de PARP. Cuando la mujer responde al tratamiento con quimioterapia, se pueden mantener estos fármacos de mantenimiento que consiguen prolongar los intervalos libre de enfermedad y de progresión”.

Existen varios fármacos y combinaciones de fármacos que han demostrado ser útiles en el tratamiento de la recaída de pacientes con cáncer de ovario. Se ha demostrado que añadir un segundo fármaco al tratamiento que se administra actualmente tras la cirugía de cáncer de ovarios ayuda a prevenir recaídas, según datos de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO). En concreto, se concluyó que añadir el tratamiento 'olaparib', un inhibidor de las proteínas PARP, juntamente con el fármaco que suele administrarse, el 'bevacizumab', puede aumentar la supervivencia sin progresión del cáncer en pacientes --tanto las que tienen la mutación genética BRCA como las que no-.

La vida después del diagnóstico de cáncer de ovario

Aparte del tratamiento, hay otras medidas que pueden ayudar a controlar y ralentizar el avance de la enfermedad. Entre ellas:

  • Seguir las pautas para la alimentación y la actividad física que aconsejen los especialistas. Importa más de lo que pensamos. Adoptar comportamientos saludables, tales como una buena alimentación, no fumar, ejercitarse de forma habitual y mantener un peso saludable puede tener efectos positivos en la salud que pueden ser mayores que su riesgo de padecer cáncer de ovario o de otros tipos de cáncer.

  • Cumplir a rajatabla el calendario para pruebas y estudios de seguimiento, y no saltarse ninguna cita por mucho miedo que nos de. Durante estas visitas, los médicos formularán preguntas sobre cualquier problema que se presente y harán exámenes, análisis de laboratorio, radiografías y estudios por imágenes para determinar si hay signos de cáncer o para tratar efectos secundarios.

  • Conocer los posibles efectos secundarios tardíos o a largo plazo del tratamiento, primero para no asustarse y segundo para saber a qué hay que prestar atención y cuándo debes comunicárselo al médico. Algunos efectos secundarios ocasionados por el tratamiento del cáncer podrían durar mucho tiempo o puede que incluso no se presenten hasta años después de haber terminado el tratamiento. Las visitas al médico son una buena oportunidad para que hacer preguntas e informarse sobre cualquier cambio o problema que notes o cualquier inquietud que tengas.

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