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¿Es posible vencer al cáncer de mama sin utilizar quimioterapia?

No todas las mujeres que tienen cáncer de mama se benefician de la quimioterapia. El algunos casos puede no ser de ayuda. Ahora, gracias a un avance médico, la quimioterapia y sus efectos secundarios podrían desaparecer y dar esperanza a las pacientes con alto riesgo de metástasis

Se acabó lo de dar ‘quimio’ para curarse en salud. La quimioterapia podría dejar de ser la opción más eficaz para combatir ciertos tipos de cáncer de mama. (Foto: Getty)
Se acabó lo de dar ‘quimio’ para curarse en salud. La quimioterapia podría dejar de ser la opción más eficaz para combatir ciertos tipos de cáncer de mama. (Foto: Getty)

En 2019 se diagnosticarán 32.536 casos de cáncer de mama en España, y aunque mueren más de 6.000 mujeres al año por cáncer de mama metastásico, el pronóstico ha ido mejorando paulatinamente en los últimos años.

¿Cómo se ha conseguido?

Esto ha sido posible gracias a tratamientos más personalizados, a una mejor estratificación de los pacientes y al desarrollo de paneles genómicos que permiten diferenciar qué pacientes se benefician de quimioterapia y cuáles no, tal y como ha asegurado la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

En los años 70 se obtuvieron los primeros resultados de los estudios que demostraban el beneficio de la quimioterapia administrada tras la cirugía. También por aquella época se demostró el éxito del tamoxifeno como tratamiento hormonal para el cáncer avanzado de mama, que poco después se comenzó a emplear en estadios precoces de la enfermedad.

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Las pacientes que se podrían beneficiar de este avance (un 30 por ciento de las enfermas con cáncer de mama) son aquellas que padecen un tumor hormonosensible con un alto riesgo de acabar en metástasis. (Foto: Getty)

Pero fue el descubrimiento de tipos de cáncer, con diferentes perfiles biológicos, lo que permitió incorporar anticuerpos monoclonales, como el trastuzumab, al tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo, hasta entonces de mal pronóstico por su mayor agresividad.

También se descubrió que T-DM1 (un fármaco que combina de forma conjugada quimioterapia y trastuzumab) es altamente efectivo en pacientes que fracasan a tratamientos previos.

Pero, ¿y si nada funciona?

A pesar de estos avances todavía existía un alto número de mujeres en las que la quimioterapia no añadía ningún beneficio al tratamiento. Por qué seguir sufriendo entonces los efectos secundarios: fatiga, náuseas, pérdida de cabello, problemas psicológicos, bajas laborales… Se empezaron entonces a explorar otras vías para evitar este calvario.

Y ¡voilà! Descubrieron, gracias al estudio TAYLORx, publicado en el New England Journal of Medicine, que un test ‘eliminatorio’ llamado ‘Oncotype DX’ servía de filtro. Las pacientes que sacaban menos de 10 en el test podían prescindir de la quimioterapia, porque no aportaba ningún beneficio adicional a la terapia hormonal. Aquellas que superaban los 26 puntos (apenas el 14 por ciento de la muestra) se beneficiaban claramente de la ‘quimio’.

Llega la terapia hormonal sin ‘quimio‘

Estos hallazgos allanaron el camino Y ahora un estudio clínico, liderado por investigadores de Barcelona y Valencia, confirma que se podría evitar la quimioterapia en pacientes con cáncer de mama agresivo y abrir una puerta a nuevos tratamientos para este tipo de tumor.

En el estudio, publicado en 'The Lancet Oncology' y presentado en el congreso mundial de cáncer de mama en San Antonio de Texas (Estados Unidos), han participado 106 pacientes de 21 hospitales españoles durante un año y medio.

Los resultados han demostrado que la combinación de un fármaco y un tratamiento hormonal tiene una eficacia similar -como coayduvante- a la quimioterapia, que en la actualidad es el tratamiento de elección.

Las pacientes que podrían beneficiarse son aquellas con cáncer de mama hormonosensible precoz con un alto riesgo de desarrollar metástasis a distancia en los siguientes 10 años.

El fármaco, en el contexto precoz de la enfermedad, ofrece además una mayor calidad de vida que la quimio ya que son fármacos orales con menores efectos secundarios y evitaría que los pacientes se tuviesen que desplazar al centro hospitalario.

En concreto, los fármacos que inhiben CDK4/6 como el ribociclib, en combinación con hormonoterapia, han demostrado una eficacia extraordinaria en el cáncer de mama metastático. En este contexto, el uso de quimioterapia ha dejado de ser la opción principal y su uso queda relegado en casos que no funcione el tratamiento. En cambio, en pacientes con cáncer de mama precoz y alto riesgo de recaída, no está aún definido el rol de estos fármacos biológicos.

La era del ‘desescalamiento’

El Dr. Aleix Prat, Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona, presidente de SOLTI y coinvestigador principal de este ensayo, ha destacado que numerosos estudios en enfermedad precoz prueban estos fármacos como un complemento añadido a la quimioterapia, pero "ninguno se planteó usarlos para sustituir la quimioterapia", como han hecho en este ensayo, llamado CORALLEEN.

“Desconocíamos realmente el potencial de estos fármacos para de-escalar la quimioterapia neoadyuvante”, apunta el Dr. Joaquín Gavilá, jefe clínico de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología y también co-investigador principal del estudio. Este ensayo demuestra por primera vez que “es un camino que tiene que ser explorado y apunta a cómo deberá hacerse”,

También es el primer estudio en el mundo en utilizar datos genómicos en tiempo real para seleccionar de forma más precisa las pacientes con tumores de alto riesgo.

Concretamente, se utilizó el test genómico del PAM50/Prosigna para seleccionar tumores con el perfil Luminal B, que representa el 30 por ciento del cáncer de mama que expresa los receptores hormonales.

Además, el estudio ha sido el primero en integrar datos clínicos, patológicos y genómicos para medir la respuesta al tratamiento y demostrar que en cerca de la mitad de las pacientes el tratamiento con ribociclib y letrozol administrado durante 6 meses transforma los tumores de alto riesgo de recidiva en neoplasias de bajo riesgo.

El Dr. Prat, que dirige el laboratorio de genómica traslacional y terapias dirigidas en tumores sólidos del IDIBAPS, comenta que: “utilizamos este test genómico para seleccionar prospectivamente a las pacientes y asignarles su tratamiento. Además, decidimos implementar todo el conocimiento molecular actual para medir la eficacia terapéutica de una forma mucho más precisa que la convencional. En unos años, esta estrategia se irá trasladando a la práctica clínica diaria”.

Tras estos resultados prometedores, Solti y Novartis (promotores del estudio con el apoyo de la Breast Cancer Research Foundation de Estados Unidos) ya plantean un próximo estudio.

“Estos datos nos sugieren que es necesario explorar la combinación de ribociclib con letrozol como alternativa a la quimioterapia para estas pacientes y, para ello, tendremos que diseñar nuevos ensayos clínicos confirmatorios”, añade Gavilá, quien se muestra convencido de que esta estrategia terapéutica biológica puede llegar a sustituir la quimioterapia en este subgrupo de pacientes con alto riesgo de recaída.

Sin embargo,necesitamos un poco más de evidencia”. Para ello han diseñado un segundo estudio con un número de pacientes mucho mayor, “que esperamos poder empezar durante el próximo año, una vez logremos la financiación necesaria”, concluye.

¿Crees que la quimioterapia y sus efectos secundarios podrían realmente desaparecer?

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