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Cerebro de gordo: el mayor obstáculo para perder peso y equilibrar nuestro organismo

Cuando era niña, la luna llena me recordaba a una arepa, ese delicioso redondel de harina de maíz asado que se rellena con queso o carne entre otras cosas, típico de Venezuela. Es parecida a las gorditas mexicanas y también las preparan en Colombia… el punto es que mientras los románticos piensan en poemas, los marinos en la marea, los astrónomos en el infinito firmamento, yo, al ver la luna llena, pienso en comida.

Y es que me encanta comer, no como tanto, pero lo disfruto y eso ocupa un buen espacio en mi disco duro particular. Me levanto en la mañana sin nada de hambre y en la noche, quiero comerme la luna. Siempre pensé que eran cosas de simple glotonería hasta que leí que se trataba de algo llamado “Cerebro de gordo”.

Salomón Jakubowicz, médico e investigador en endocrinología, asegura que el cerebro de gordo puede ser el primer obstáculo que tienen las personas que necesitan o quieren bajar de peso y sus síntomas son sencillos de determinar: las personas no tienen hambre en la mañana, no les provoca desayunar, pero sufren ataques de ansiedad por la tarde y siempre les provoca cenar copiosamente.

Lots of desserts. Heartbroken woman eating a lot of desserts because of depression and huge stress at work
(Getty Creative)

“Están quienes tienen lo que podemos llamar cerebro de flaco, que son quienes olvidan cenar. Todo se trata de una diferencia hormonal en el cerebro. Ambas condiciones son hereditarias y se pueden controlar logrando el equilibrio con lo que ingerimos durante el día”.

Desayunar como un rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo…

Este viejo proverbio ilustra la propuesta del doctor Salomón para encontrar el equilibrio, pues asegura que la clave es desayunar suficiente -y que esta comida esté rica de nutrientes de calidad, sobre todo buenas proteínas- y evitar el exceso de azúcares y carbohidratos.

Jakubowicz recomienda que las protagonistas de la primera comida del día sean las proteínas. El queso, el huevo, la carne, el pollo, el pescado y la whey protein isolate (sin carbohidratos ni azúcar) tienen luz verde en las mañanas, mientras que con relación a los carbohidratos, afirma que el mejor es “el que más le provoque en la tarde, pero se lo guarda para comerlo a la mañana siguiente junto con sus proteínas. Esa fórmula disminuirá la ansiedad en las tardes y las ganas de comer carbohidratos por la noche”.

(Getty Creative)
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Lo más importante es llegar a la cena sin ansiedad, porque de lo contrario es muy difícil comer saludable, mientras que un desayuno abundante en proteínas hará que te mantengas estable a lo largo del día.

Con relación a las frutas, este doctor tiene sus reservas, pero el coco, las fresas y el aguacate, son frutas nutritivas y beneficiosas para equilibrar la sensación de ansiedad que nos provoca el cerebro de gordo, así como también el vinagre se traduce en un gran aliado junto con el buen dormir. “Hay que comprender que debemos dormir profundamente, con la luz apagada y evitar revisar el celular en medio de la noche por algo tan simple como que el cerebro piensa que es de día y sus procesos no van a desarrollarse correctamente.

(Getty Creative)
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Desayuno intermitente: alerta peligrosa

“Está de moda el ayuno intermitente, y hay que decir que podría ser dañino y peligroso saltarse el desayuno. En todo caso, la mejor forma de hacer el ayuno intermitente es cenar temprano. Desayunar estimula cambios hormonales en el cerebro que incluso activan la quema de grasa, disminuye la ansiedad en la tarde”.

Finalmente, Jakubowicz recomienda desayunar temprano, apenas nos despertemos y hasta durante el lapso de una hora después de despertar, mientras que la cena es recomendable temprano. “Esta fórmula combate la diabetes, equilibra las hormonas, y nos hace sentir mucho mejor”.

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