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La dolorosa similitud de Chicas Perdidas, la película de Netflix, con los feminicidios en México

(Alertamos que este artículo contiene spoilers)

Chicas Perdidas, la película de Netflix, se estrenó en un fin de semana complicado por las restricciones de movimiento debido al coronavirus. Pero a pesar de que el servicio de streaming ha incorporado a su catálogo cintas como Epidemia, Virus y alguna otra que tienen paralelismos con la situación actual que está viviendo el mundo ante la pandemia, fue esta producción sobre el caso sin resolver de un asesino en serie de mujeres la que más se ha visto.

Por el tráiler es difícil medir las similitudes de la historia con los feminicidios en México. Incluso hay quien juzgar este tipo de películas producidas en EEUU con la distancia de que nunca podrían compararse con las circunstancias tan terribles que se viven en México en cuanto a la violencia contra la mujer, partiendo del criterio de que otros sistemas de justicia son más eficientes.

Peor lo que nos encontramos es profundamente cercano. La película nos lleva a conocer la vida nada glamurosa de una madre de tres hijas jóvenes. Es un retrato fugaz, pero efectivo, de esa clase trabajadora de EEUU que también vive al día, que espera su cheque para pagar cuentas, que tiene un pésimo sistema de salud casi inaccesible y siempre está al borde del precipicio de perder todo. Se trata de un caso real en Long Island.

Chicas Perdidas, Netflix.
Chicas Perdidas, Netflix.

En ese contexto, esta madre recurre a su hija mayor para salir de cuentas en la semana, ella promete que irá a cenar y nunca aparece. Ahí comienza el tormento de la familia.

Nos damos cuenta cómo las razones de que haya feminicidios se repiten en cualquier lugar: una familia pobre, una chica juzgada de antemano por la policía a la que no le importa si aparece o no, la sociedad acomodada que da más importancia a sus privilegios que a la vida de mujeres, un sistema completo en contra de quien quiere justicia.

Mujeres se manifiestan por el Día Internacional de la Mujer en Lima, Perú, el sábado 7 de marzo de 2020. (AP Foto/Martin Mejia)
Mujeres se manifiestan por el Día Internacional de la Mujer,marzo de 2020. (AP Foto/Martin Mejia)

En México, la realidad es que las madres, igual que en la película son las que terminan buscando a sus hijas, las que no se conforman con las respuestas esquivas de los órganos de justicia.

Pensábamos que teníamos el monopolio de la desigualdad, pero no es así. En la cinta cuando la madre comienza a reportar la desaparición de su hija se topa con la insensibilidad de los agentes de la policía que no dan seriedad ni al papeleo, pues como uno de ellos dice “a quién le importa que desaparezca una chica más de estas”. Bajo sus narices se descubren, por accidente, varios cuerpos de ellas en una comunidad privada.

Chicas Perdidas, Netflix.
Chicas Perdidas, Netflix.

¿Nos suena familiar? En México casi todos los días escuchamos hablar de que encontraron alguna fosa, el país está lleno de estas y mientras las autoridades no buscan a las desaparecidas. Se estima que existen hasta el momento más de tres mil fosas clandestinas, en las que se han encontrado poco más de cinco mil cuerpos, tanto de hombres como de mujeres.

De acuerdo a la fiscalía especializada, durante el último año en México han desaparecido 1227 mujeres, mientras que en Estados Unidos, 1875 casos desde 2015, según cifras del FBI.

También, tristemente, durante la última década se ha dado el fenómeno de las madres que se organizan y van en busca de sus hijas desaparecidas. Las rastreadoras, por ejemplo, es una de estas que han logrado la localización de 84 cuerpos, sin ningún apoyo gubernamental.

En la película, las madres y parientes de la chicas que han desaparecido forman una pequeña comunidad, donde ellas recaudan fondos para la búsqueda, presionan a las autoridades y se apoyan entre ellas.

De antemano con el sistema de justicia en contra, pues los recursos no son destinados para casos de gente pobre, negligencia de las autoridades, impunidad de los poderosos y, por supuesto, la falta de recursos. Nos hace pensar que una cinta de Netflix no está tan lejana de la realidad mexicana.