Chicos y pantallas, aliados y enemigos

(Foto: Intel/Flickr)

Obesidad, problemas de sueño, bajo rendimiento escolar, acoso virtual, son algunos de los riesgos a los que se exponen los chicos de cualquier edad que pasan largas horas frente a las pantallas, que pueden ser televisores, celulares, tablets o computadoras. Durante años, la American Academy of Pediatrics (AAP), la entidad norteamericana que agrupa a los médicos especializados en menores, había dicho que con restringir el uso de las pantallas a menos de dos horas por día era suficiente. Pues ahora ha cambiado sus criterios y afirma que no solo es diferente un programa educativo que un videojuego y redes sociales, sino que las reglas hay que variarlas según la edad.

La semana última, en la revista Pediatrics, la AAP expresa que si se habla de software educativos, como la Wikipedia, no se tendría que ser no tan estricto en cuanto al horario. De acuerdo con las edades, para los menores de 18 meses se debería evitar por completo el uso de pantallas. Salvo, por supuesto, que sea para chatear con los abuelos que viven lejos.

De 18 a 24 meses, la exposición se debe restringir a programas educativos de alto nivel y con la supervisión de padres y docentes.

En el caso de menores de 2 a 5 años, el uso se deberá limitar a programas que los ayuden a relacionar el mundo en que viven, también con el control de los mayores.

A partir de los 6 años, cualquier pantalla no debe alterar las horas de sueño, actividad física y escolar. No se debe permitir que la pantalla esté presente a la hora de comer o cuando los papás estén manejando, aunque esto signifique que pueden ponerse molestos luego de un viaje largo.

La AAP también puso online un plan en la página en donde ayuda a comprender si lo que hacemos como padres está bien o estamos frente a chicos con una sobreexposición a las pantallas. Además, brinda algunos consejos como que los celulares de los hijos se carguen en el cuarto de los padres y que los móviles nunca estén sobre la mesa.

Por supuesto, si nuestros hijos pequeños quieren que veamos algo que les llama la atención en una pantalla, siempre decir que sí. Es una manera de compartir un momento que quedará para siempre y afianzará la confianza entre padres e hijos.