¿Cómo andas de 'capital erótico'?

Esta cualidad puede ayudarnos a conseguir una nueva pareja (o un trabajo mejor) pero también nos empuja a un mundo de falsas apariencias en el que la dictadura de la imagen nos controla, ¿es lo que queremos?

El encanto, el carisma y el sutil don de saber flirtear discretamente en cualquier situación nos convierten en personas deseables. (Foto: Getty)
El encanto, el carisma y el sutil don de saber flirtear discretamente en cualquier situación nos convierten en personas deseables. (Foto: Getty)

Se trata de una cualidad innata, que se tiene o no se tiene. Aunque se puede ‘fabricar’, aquellos que gozan de esta condición natural lo tienen mucho más fácil en la vida. ¿Y en qué consiste?

En el ‘capital erótico’, un polémico término acuñado por la socióloga británica Catherine Hakim, se aúnan la belleza, el atractivo sexual, la vitalidad, el saber vestirse bien, el encanto, el don de gentes y la competencia sexual. Pero, ¿estamos pagando un alto precio por usar esas ‘armas de mujer’?’ ¿Corremos el riesgo de que se nos mida por este rasero para casi todo?

Según cuenta a MujerHoy Valérie Tasso, sexóloga e investigadora francesa afincada actualmente en Barcelona, plegarse a los patrones estéticos nos podría estar arrastrando a un “mercado de cuerpos” que desencadena frustraciones y desequilibrios.

El sexo está sobrevalorado, y esto ha ido aumentado el valor del capital erótico femenino (a los ojos de los hombres) y nos ha puesto entre la espada y la pared. Según la investigadora, esto se traduce en una mayor ventaja competitiva y de negociación de las mujeres frente a los hombres.

La forma de moverse, hablar y actuar nos hacen tener o no tener ‘capital erótico’. A las personas que lo tienen (a poco que hagan) les <span>puede ir muy bien en todos los aspectos de la vida, y en todas las ocupaciones.</span> (Foto: Getty)
La forma de moverse, hablar y actuar nos hacen tener o no tener ‘capital erótico’. A las personas que lo tienen (a poco que hagan) les puede ir muy bien en todos los aspectos de la vida, y en todas las ocupaciones. (Foto: Getty)

Por desgracia, estamos envueltos (ellos también) en un círculo vicioso del que es difícil salir, y la mayoría entramos en el juego y trabajamos duro para conseguir llegar a ese ideal perfecto. Nos esforzamos por ponernos en forma, mejorar la postura, llevar colores y formas favorecedoras, elegir un corte de pelo y una ropa adecuados. Todo esto puede ayudarnos a cambiar la imagen que proyectamos y hacernos ‘deseables’.

También hay que tener en cuenta que el sex-appeal nace de la personalidad y el estilo, la feminidad o masculinidad; puede ser una manera de estar en el mundo, y de relacionarse socialmente. Y es que las personas muy vitales, que están siempre de buen humor, pueden tener un atractivo enorme para los demás.

Según los estudios más recientes, el convencionalismo, la simetría y la homogeneidad del color de la piel contribuyen a aumentar ese atractivo. También suma puntos saber escribir sin faltas de ortografía como prueba de una buena formación y educación, así como las habilidades sociales.

Se trata de un capital que podemos ejercer en cualquier contexto y que incluye habilidades que pueden aprenderse y cultivarse (porte, estilo), pero también otras que vienen dadas de nacimiento como los rasgos y la constitución física. (Foto: Getty)
Se trata de un capital que podemos ejercer en cualquier contexto y que incluye habilidades que pueden aprenderse y cultivarse (porte, estilo), pero también otras que vienen dadas de nacimiento como los rasgos y la constitución física. (Foto: Getty)

Ya sabrás de lo que te estoy hablando, seguro que a tu alrededor hay alguna persona así, con un encanto y una gracia natural que no se puede aguantar. Y no se trata simplemente de tener una cara bonita o un cuerpo de infarto (eso no vale nada sino va acompañado de otras cosas) sino que se valora más tener don de gentes, caer bien y hacer que los demás se sientan a gusto, contentos, con ganas de conocerte y (si procede) desearte.

Y ¡ojo! Que los hombres también tienen este ‘poder’. Pero claro todo tiene un límite y quien juega con fuego se quema. ¿Hasta que punto es bueno usar el sex-appeal para lograr lo que desea? Después de todo lo que hemos vivido este último año habría que replantearse muchas cosas, ¿no crees?

¿Te parece lícito aprovechar el atractivo sexual para conseguir lo que se quiere?

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