Cómo elegir el melón más rico y sabroso en el supermercado

El melón y la sandía son los reyes del verano. Ambas frutas aparecen en fruterías cuando los rigores del calor comienzan a dejarse notar en los termómetros. Las dos resultan refrescantes, sanas y bajas en calorías. El melón, si acaso, puede considerarse una fruta un poco más nutritiva, ya que tiene un mayor contenido en calcio, potasio, sodio y fósforo. Además, forma parte, junto con el jamón, de una de esas recetas estivales tan entrañables como viejunas: el melón con jamón (eso sí, nunca usemos ibérico en este plato, por favor). Sin embargo, elegir el melón no es tarea fácil: solemos pasear nuestros ojos por los ejemplares a la vista en fruterías y supermercados preguntándonos cómo elegir el que no esté "apepinado" y tenga un mejor sabor, dulce y sabroso. Desde Peris, una empresa valenciana especialista en la venta de esta curcubitácea, nos dan los consejos definitivos para elegir la mejor versión.

Elegir el mejor melón exige estar atento a muchas señales. Foto: Getty Creative
Elegir el mejor melón exige estar atento a muchas señales. Foto: Getty Creative

¿Grande o pequeño? Una de las primeras dudas a la hora de elegir melón es, ¿debemos comprar el de mayor tamaño o el más pequeño? Pues hay que decir que la virtud, en este caso, se encuentra en el término medio. "Un buen melón no puede ser ni muy grande ni muy pequeño, así que lo mejor es que ande entre los 3 y los 4 kilos y medio de peso", sostienen desde Peris.

La mancha amarilla... ¡es buena! Seguimos con el examen visual. "Un melón de calidad debe tener una piel sana sin golpes, heridas o protuberancias", señalan en Peris. De las posibles marcas de color que pueda tener, hay que buscar una de color amarillo en la 'barriga' del melón, señal muy buena de maduración que nos asegura que la fruta está dulce y sabrosa.

Toc, toc, ¿estás maduro? Uno de los consejos más habituales en la selección del melón que se suele dar desde tiempos inmemoriales es que para elegir el mejor, hay que saber tocarlo. En Peris explican cómo hacerlo: "Debe ser firme al golpe, denso, pesado, con el 'pezón' y el 'rabo' un poco blandos, de forma que cedan levemente a la presión".

Un melón partido por la mitad nos ofrece más información. Foto: Getty Creative
Un melón partido por la mitad nos ofrece más información. Foto: Getty Creative

Si tiene rayitas, ¿es mejor? Uno de los mitos sobre el melón es que "si tiene un buen 'escriturado', es decir, muchas rayitas, es un buen melón. Esto depende mucho de la variedad, pero hay melones sin escriturado que son de estupenda calidad", explican desde Peris.

Si el melón está cortado a la mitad... tendrás más información. Nada tiene que ver inspeccionar un melón cerrado con hacer la misma operación con uno abierto. El melón partido a la mitad nos ofrece muchísima información visual que debemos tener en cuenta. Según Peris, "en este caso, tienes el interior a la vista, así que nos tenemos que fijar en otros aspectos. Sobre todo, busca un interior bien lleno de pulpa, con poca corteza. Intenta que en el centro, en la zona de las semillas, no haya huecos. También es buena señal que veas la peculiar pulpilla alrededor de las semillas porque eso te indica que está jugoso y en su punto de madurez".

El modo de consumo también ayuda a disfrutarlo más. No basta con seleccionar la mejor pieza posible, para que la fruta tenga el mejor sabor posible hay que aprender a consumirlo. "La forma cómo lo comemos también es importante. Lo ideal es sacarlo de la nevera 15 minutos antes para que se temple ya que si está muy frío te perderás matices de sabor". Es decir, aunque haga un calor de mil demonios es mejor no tomarlo tan tan frío si no queremos perder matices. El melón tiene sabor, aunque a veces se nos olvide y lo tomemos únicamente para refrescarnos...

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