¿Cómo enfrentar un rechazo y salir fortalecidos?

Muchos de los "efectos secundarios" del rechazo son autoprovocados. [Foto: Getty]
Muchos de los "efectos secundarios" del rechazo son autoprovocados. [Foto: Getty]

El rechazo duele. Literalmente. El dolor que sientes cuando te rechazan no está solo en tu imaginación. Neurocientíficos de la Universidad de Michigan pidieron a un grupo de personas que recordaran un rechazo reciente y descubrieron que en sus cerebros se activaban las mismas áreas del dolor físico. Eso significa que el rechazo puede llegar a provocar un dolor muy profundo, equiparable con el daño físico.

Ser rechazados también suele generar enojo, frustración y tristeza, además de dañar la autoestima. Sin embargo, muchos de esos “efectos secundarios” son autoprovocados. Lo que más te daña no suele ser el rechazo en sí, sino lo que viene después: la hipercrítica, las autoinculpaciones y la introyección de ese desencanto. La buena noticia es que no tienes que caer en esa espiral tóxica, existen estrategias mucho más saludables para lidiar con el rechazo que te permitirán salir fortalecido de esa experiencia.

Siete estrategias para que el rechazo no te dañe

Un rechazo puede ser el empujón que necesitas para seguir adelante. [Foto: Getty]
Un rechazo puede ser el empujón que necesitas para seguir adelante. [Foto: Getty]

1. Usa el dolor como un trampolín

A males extremos, remedios extremos”, reza un popular refrán italiano. El dolor y el miedo, aunque pueden ser estados desagradables, tienen un enorme poder movilizador sobre el comportamiento. De hecho, su fuerza radica en el estado de displacer y aversión que generan, los cuales impulsan a la acción. Un rechazo puede convertirse en el empujón que necesitabas para tomar una decisión, cambiar radicalmente de rumbo o poner más empeño en alcanzar una meta.

Fue lo que hizo Madonna ante el rechazo de Millennium Records. La discográfica alegó que, aunque “había disfrutado escucharla”, pensaba que “todavía no estaba preparada”. Poco tiempo después la cantante firmó con Sire Records y lanzó su primer álbum, del que se vendieron más de 10 millones de copias. Su historia no es única. A lo largo de la historia muchas personas talentosas han usado el rechazo como un acicate para esforzarse más por conseguir su meta. Tú decides si usar el dolor como una base donde acampar indefinidamente o como un trampolín para saltar al siguiente nivel.

2. Trátate con paciencia y compasión

Ante un rechazo, es habitual que se ponga en marcha un diálogo interior tóxico. Esa voz interior no suele darte ánimos, sino que resalta todo lo negativo, para desmoralizarte y hundirte aún más en la desesperanza. Sin embargo, es probable que si un amigo acude a ti en esa misma situación adoptes una actitud diferente - más positiva - le des ánimos y le ayudes a recuperarse del golpe. Así debes tratarte, con paciencia y compasión.

De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Arizona reveló que las personas que se habían divorciado pero eran autocompasivas tenían menos pensamientos negativos intrusivos, menos pesadillas sobre el divorcio y menos rumiaciones negativas. Eso significa que, si en vez de convertirte en tu peor crítico, desarrollas una actitud más amable hacia ti mismo, podrás “digerir” mejor el rechazo.

3. No sucumbas a la mentalidad victimista

Procesar un rechazo no es fácil, sobre todo para un ego frágil. Es mucho más fácil asumir el rol de víctima y culpar a los demás. La mentalidad victimista se alimenta de patrones de pensamiento y atribuciones excesivas de las causas de los fracasos personales a las acciones de los otros. Ese comodín de emergencia te servirá para proteger al ego pero que no te llevará por buen camino.

La mentalidad victimista hará que te quedes atrapado en tu sufrimiento, regurgitando una y otra vez lo ocurrido, porque el papel de la víctima se basa - necesariamente - en el pasado, un pasado que te maniatará de pies y manos impidiendo que te proyectes al futuro. Al centrarte en todo lo malo que hacen los demás, no podrás enfocarte en lo que puedes hacer para cambiar, lo cual te conducirá a una peligrosa indefensión aprendida. Por tanto, huye de la trampa que representa la victimización.

4. No mires atrás con gafas de color rosa

Idealizar el pasado te impedirá superarlo. [Foto: Getty]
Idealizar el pasado te impedirá superarlo. [Foto: Getty]

Si te rechazan, serás más propenso a idealizar aquello que te ha sido negado. De repente, un puesto de trabajo por el que no sentías un interés especial puede parecer mucho mejor, si han rechazado tu currículo. Una relación de pareja difícil que te hizo sufrir puede parecer de color rosa si esa persona decide romper.

La tendencia a idealizar el pasado es un intento de reemplazar la inseguridad del presente con una falsa seguridad pasada, es refugiarse en una supuesta felicidad pasada para esconder la infelicidad presente. Esa tendencia termina siendo dañina ya que te mantiene apegado a un pasado idílico, que nunca fue, impidiéndote pasar página. En su lugar, debes colocarte unas gafas más transparentes, que te permitan ver la realidad tal cual es – o tal como fue.

5. Asume una distancia psicológica del rechazo

El rechazo despierta un torbellino de emociones, por lo que no es extraño que en algunos casos se produzca un secuestro emocional en toda regla. Es decir, tu cerebro emocional tomará el mando y te impedirá pensar con claridad. De hecho, un estudio realizado en la Case Western Reserve University comprobó que el rechazo produce una disminución temporal del cociente intelectual. Y son precisamente las funciones cognitivas más complejas – la lógica y el razonamiento - las que se ven más afectadas.

Ese estado no te ayudará a lidiar de la mejor manera posible con el fracaso, al contrario, te impedirá pensar con claridad sobre lo ocurrido, haciendo que caigas en toda suerte de sesgos. Para desactivar ese secuestro emocional, te ayudará asumir una distancia psicológica del rechazo. Imagina que eres otra persona. ¿Cómo reaccionaría en tu lugar? Este sencillo ejercicio te ayudará a dejar de identificarte con el rechazo y desarrollar una perspectiva más objetiva.

6. No permitas que el rechazo te defina

Uno de los peores errores que puedes cometer al lidiar con un rechazo es dejar que te defina como persona. Es probable que te veas tentado a realizar generalizaciones catastrofistas y autoinculpatorias pensando que eres un incompetente o que no vales nada. Sin embargo, dejar que tu valía dependa exclusivamente del rechazo o la aceptación externa es como entregar el control de tu vida y tu bienestar emocional.

Debes ser consciente de que un incidente o la opinión de una persona no pueden definirte. Lo que le sucedió a J. K. Rowling, la escritora de la famosa saga de Harry Potter, es un ejemplo de ello. Diferentes editoriales rechazaron uno de sus libros más recientes, “El canto del cuco”, cuando lo envío usando un pseudónimo, aconsejándole que se apuntara a algún taller de escritura. Eso significa que, en muchas ocasiones, un rechazo no es muestra de valía – y a veces ni siquiera es el resultado de una decisión madura, meditada y sabia.

7. Aprende la lección y sigue adelante

¿Qué puedo aprender de todo esto? Esa es la pregunta que las personas resilientes se plantean después de un rechazo. En vez de sentarte a llorar sobre la leche derramada, convierte esa experiencia en una oportunidad de aprendizaje.

Aprovecha ese rechazo para detectar tus errores y puntos débiles. Reflexiona sobre la retroalimentación que te han dado y, si es valiosa, úsala para mejorar. Así podrás seguir creciendo y evitarás cometer los mismos errores una y otra vez. Recuerda que “solo hay una manera de evitar las críticas: no hacer nada, no decir nada y no ser nada”, según Aristóteles.