Implantes de senos: lo que me habría gustado saber sobre la recuperación de la cirugía

POR Victoria Marante-. Tengo vagos recuerdos del día en que me sometí a la cirugía para los implantes de senos. La noche anterior me atacó una tos impertinente. Mi cirujano, el experimentado Dr. José Perez-Gurri, me dijo que era normal antes de ese tipo de procedimiento electivo.

Joven examina sus senos frente al espejo/Getty
Joven examina sus senos frente al espejo/Getty

Escogí a Pérez-Gurri por varios motivos, entre ellos porque ha realizado miles de cirugías de senos exitosas a lo durante décadas, se tomó todo el tiempo del mundo para conversar conmigo sobre la operación y mis preocupaciones en torno a ella e incluso ilustró detalladamente cómo serían los resultados, usando un software. Su centro de cirugía estética, IMAGOS, posee un salón operatorio allí mismo -Miami Sunset Surgery Center- con todas las acreditaciones médicas correspondientes.

Casi todos los cirujanos usan anestesia general para este procedimiento, y no fue diferente en mi caso. Recuerdo que desperté en la impecable área de recuperación con el anestesista al lado; el doctor me dijo que todo había salido bien y un familiar me llevó a casa alrededor del mediodía. Salí con un sostén quirúrgico, no sentí dolor, comí algo ligero y hablé con todos en mi familia.

Cirujanos plásticos en acción/Foto de Getty
Cirujanos plásticos en acción/Foto de Getty

Sin embargo, cuando llegó la noche tuve que levantarme a orinar incontables veces. Diría que al menos 6. Eso se debió a que había ingerido bastante líquido y además mi cuerpo estaba excretando parte del suero intravenoso que recibí durante las dos horas de cirugía.

Y he aquí el primer efecto desconocido, inesperado de la operación: ¡un espantoso brote de hemorroides! No suelo padecer de ese problema, pero todo indica que el esfuerzo de esa noche para aliviar mi vejiga me lo provocó.

No me lo esperaba. Dolor, quizás, náuseas, pero ¿hemorroides? Pues resulta que sí. Es más común de lo pensado debido a la retención de líquidos y la urgencia de aliviarse, y además, un efecto de los analgésicos es el estreñimiento. No exagero si digo que los primeros 15 días posteriores a la cirugía sentí más dolor e incomodidad a causa de las hemorroides que a la incisión; es más, esta -que era bastante grande pues en mi caso se practicó alrededor del pezón- no me causó molestia alguna.

Es importante estar preparado para el período post operatorio y sobre todo para efectos inesperados como ese. Por ello necesitas “personal de apoyo” junto a ti al menos la primera semana, en la que no se recomienda ni subir mucho los brazos -no más allá de la altura del hombro- ni cargar más de una libra de peso, ni conducir, debido a la posibilidad de algún movimiento del torso que te afecte los implantes. Y además necesitarás que alguien te lave el cabello la primera semana.

Tu cirujano debe examinarte 24 horas y luego una semana después de la cirugía, momento en el cual cambiará los vendajes de la incisión. Ah, y puedes bañarte 24 horas después, en caso de duda.

La segunda semana empieza el retorno a la normalidad. Puedes conducir, puedes lavarte la cabeza sola, pero todavía hay limitaciones en cuanto el peso a cargar -no más de dos libras- y además necesitas TIEMPO para la rutina de masajes de senos que dictamina el doctor al cabo de la primera semana.

Aquí van algunas de las cosas que aprendí en mi proceso postoperatorio y pueden servirte:

-Cada médico tiene su “librito” en cuanto a los masajes que indican y la frecuencia. Es importante seguir las recomendaciones y apartar al menos 15 minutos en la mañana y 15 en la noche. Los masajes son claves para que el implante, que inicialmente luce muy alto, “baje” al saquito intramuscular en el área de seno que el cirujano ha creado durante la operación. Yo usé el cronómetro de mi celular para medir el tiempo de los masajes, y creé alarmas para no olvidarme.

Un ejemplo de serie de masajes:

-Debes comprar con antelación al menos dos sostenes deportivos ligeros, preferentemente con un zipper al frente, para facilitar el cambio de esa prenda. Puedes adquirir también sostenes quirúrgicos -que abrochan al frente con ganchillos-. Hice ambas cosas y me resultaron mucho mejor y más baratos los sostenes deportivos.

-Tus senos, incluso cubiertos, no lucirán normales durante las primeras semanas. Los implantes están altos en el pecho y también el tejido estará un poco inflamado. Tardarás unos tres meses en ver el resultado final.

-Prepárate a dormir bocarriba durante al menos un mes. No se trata del peligro de que se “exploten” los implantes ni mucho menos, simplemente puede resultar dolorosa esa posición en la primera semana, y quizás también dormir de costado. Recuerda que los tejidos están inflamados y el implante se va adaptando al cuerpo.

-Durante algunas semanas tendrás que lidiar con pequeñas cintas estilo band-aid impermeables sobre la incisión, que irán cayendo a medida que pasan los días y te bañas. Casi todos los médicos recomiendan secarlas con aire frío del secador. No te desesperes, no las arranques: se irán cayendo poco a poco. Tratar de arrancarlas puede dañar la herida.

-No te asustes la primera vez que veas tu cicatriz. Sí, LUCIRÁ FEA. El aspecto cambiará con los meses y será cada vez menos visible. Una vez que se caigan las vendas, puedes comenzar a usar durante 3 meses una crema cicatrizante. Para eso también se requiere disciplina: dos veces diarias y sin apuro, que dé tiempo a secar antes de colocarte el sostén.

-No hay motivo para estar sedentaria. Antes de la cirugía hacía yoga y kickboxing. El primer mes y medio, por recomendación del cirujano, aparqué esas dos actividades físicas, pero caminé todos los días, empezando por media hora hasta una hora al final de ese mes y medio. También hice cuclillas (sit ups) y algunos ejercicios con las piernas. Si antes tenías un régimen activo o semi activo, para recuperar tu ritmo normal no puedes estar sedentaria.

-Habrá algunas limitaciones iniciales. Debes evitar las primeras semanas movimientos de los que antes no eras consciente, como cerrar la cajuela o baúl de tu auto, o cualquier otro que requiera aplicar fuerza de arriba hacia abajo con los brazos, como apoyarte de la baranda de una escalera. Resultan incómodos y en efecto, el proceso de adaptación de tu cuerpo a los implantes requiere tiempo.

-Precaución con algunos ejercicios de entrenamiento físico. La mayoría de las mujeres con implantes de senos evitan el ejercicio conocido como push-up. Esto se debe a que el implante se encuentra debajo el músculo pectoral, el cual se activa con ese ejercicio; muchos cirujanos temen que afecte los implantes. No es una regla de oro: a los tres meses yo hacía planchas y he hecho algunos push-ups. Mi consejo: escucha a tu cuerpo.

-Sentirás calambres o “jalones” en los senos. Es una sensación incómoda, no precisamente dolorosa. Esto es normal en el primer mes, no tienes que alarmarte, e irán desapareciendo con el tiempo. Simplemente, tu cuerpo necesita adaptarse a los implantes.

-Los primeros días sentirás el peso de los implantes. Si has escogido un tamaño razonable -como en mi caso, que solo cambié de talla C a DD - la adaptación de tu cuerpo será bastante rápida.

-Tus senos sudarán más en verano. Sí, chicas. Si te descuidas, ¡apestan! Ahora son más grandes, y la distancia entre uno y otro se acortará. De modo que no olvides extremar la higiene en los meses más calientes.

Pero una vez que se adapta…¡qué bien lucen! Estoy satisfecha con los resultados de mi cirugía. Creo que fue la decisión correcta, y más de seis meses después he retomado paulatinamente mi régimen de ejercicios, que incluye darle golpes a una bolsa de arena de 200 libras de vez en cuando.

De modo que mi consejo, si has pensado en hacerte una cirugía de senos es: infórmate bien, escoge el cirujano y centro adecuado y adelante. Es uno de los procedimientos de cirugía estética más comunes, menos riesgosos y, creo yo, más gratificantes.