Cómo escoger el vino para las comidas y cenas navideñas

Deja de devanarte los sesos, tenemos las claves para lograr el maridaje perfecto esta Navidad. Sigue los consejos de nuestro experto para acertar con las botellas que descorcharás en tan señaladas fechas

El vino debe poseer unas características acordes al plato al que acompaña, para evitar que el conjunto de sabores de dicho plato enmascare la esencia del vino. (Foto: Marqués de Riscal)
El vino debe poseer unas características acordes al plato al que acompaña, para evitar que el conjunto de sabores de dicho plato enmascare la esencia del vino. (Foto: Marqués de Riscal)

Se acercan las Navidades y, como cada año, llega el momento de preparar esas famosas comidas y cenas familiares en las que solemos ponernos nuestras mejores galas y agasajar a nuestros invitados con los mejores platos. Si ya nos cuesta elegir el menú (es difícil no repetir), no digamos a la hora de elegir el vino para cada celebración.

Sin duda, la elección del vino es crucial para disfrutar al máximo las distintas sensaciones alrededor de una mesa. Conseguir la alianza perfecta entre los alimentos y el vino no es tan complicado como pensamos. Para facilitarte la tarea te recomendamos que sigas las indicaciones del director técnico de las bodegas Marqués de Riscal, el enólogo Francisco Hurtado de Amézaga.

(Foto: Milos Stankovic / Getty)
Para disfrutar de las fiestas no hay que ir a destajo. Disfrutarás igual con un poco de mesura; compensa los platos contundentes con verduras (asadas, guisadas o en puré) y alterna el agua con las bebidas alcohólicas. (Foto:Milos Stankovic / Getty)

Si sigues estos 10 consejos básicos, tus celebraciones en estas fiestas serán todo un éxito y podrás brindar tranquilo sabiendo que has acertado.

La decisión. A la hora de seleccionar un vino es muy importante tener en cuenta la intensidad aromática respecto al plato que acompaña. Los vinos deben coincidir en esta intensidad tanto a nivel aromático como por contraste.

Rompe moldes. La idea tradicional de maridar el pescado con vino blanco y la carne con tinto ha pasado a la historia. La potencia aromática y de sabores que tenga un plato, requerirá un vino equivalente. Hay pescados que piden un tinto ligero, o carnes blancas que maridan con blancos en crianza. Destierra los mitos sobre el vino y atrévente a innovar. Es cuestión de echarle valor y cabeza.

Sin prejuicios. No debemos olvidar que a día de hoy tenemos un abanico de rosados gastronómicos y que maridan a la perfección con casi todo, pese a su acostumbrada mala prensa. Lo recomendable es servirlos siempre rondando los 12ºC de temperatura.

El orden sí importa. Es buena idea comenzar con Jerez o espumosos el aperitivo, pudiendo estos últimos servirse durante toda la cena. Continúa con los rosados, los blancos y, posteriormente, los tintos. Siempre de más joven a más viejo. El orden de los factores sí que puede influir en el resultado final.

Sin prisas. En cuestiones culinarias, la paciencia es un grado. Si dispones de tiempo y es adecuado para el vino, debes abrir la botella con algo de antelación.

En 1.858 Marqués de Riscal se convirtió en la primera bodega de Rioja elaboradora de vinos según los métodos bordeleses. (Foto: Marques de Riscal)
En 1.858 Marqués de Riscal se convirtió en la primera bodega de Rioja elaboradora de vinos según los métodos bordeleses. (Foto: Marques de Riscal)

Temperatura. El hielo solo no enfría, para mantener las temperaturas es necesario añadir agua en la cubitera y que esta abrace toda la botella. Para que el vino alcance su máximo esplendor, debe estar a la temperatura adecuada. Siempre hay que seguir la recomendación que el elaborador deja indicado en la etiqueta. En general, la franja térmica comienza en los 8 o 9 grados de un blanco con poco cuerpo, que va aumentando con este último, hasta alcanzar los 13-14ºC. El tinto, con temperaturas de consumo algo más elevadas, ha de servirse fresco para que vaya entonándose en la copa.

El misterio de la copa. Utilizaremos una copa adecuada para cada vino, siendo más pequeña la de blanco. En el caso de los tintos, lo ideal es tener dos tipos: borgoña y burdeos. Es más importante la calidad del vidrio que el tamaño de la copa: ha de ser bueno y fino para que el vino no encuentre obstáculos hasta nuestro paladar. Importante: secar siempre con paños de algodón, nunca con papel. Evitaremos encontrar rastros desagradables.

Conservación. Si nos queda una botella a medias, lo mejor es poner un tapón que haga el vacío y guardarlo en la nevera tumbado. Aunque la mejor opción siempre es terminar el vino.

Montaje: Una botella en formato mágnum ayudará a la buena conservación del vino ya que la cantidad de oxígeno por botella es menor, además de poseer mayor inercia térmica o por contraste. Por otra parte, la puesta en escena de la mesa con un mágnum siempre es señal de éxito.

Y ante la duda… Asesorarse por un experto es lo más acertado para no equivocarse. Para elegir el vino apropiado para cada plato, siempre cuatro ojos ven mejor que dos.

¿Estás familiarizado con la enología? ¿Eliges el vino a conciencia o no le das tanta importancia?

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