Cómo no vamos a adorar a Anthony Hopkins y su método para levantar el ánimo a cualquiera
A lo largo de más de 60 años de carrera, Anthony Hopkins se ha ganado un lugar especial en el recuerdo de los espectadores a golpe de personajes y películas inolvidables. Sin embargo, este británico al que siempre recordaremos como el villano caníbal más emblemático del cine, se está ganando a pulso el título de abuelo simpático de las redes.
Y es que a sus 84 años ha sabido transformar sus perfiles de Twitter, Instagram y TikTok en refugios infalibles para levantarle el ánimo a cualquiera.
Digamos que entrar a cualquier perfil suyo en redes sociales es sinónimo de sonrisa garantizada. Ya sea tocando el piano en compañía de su gato, como recitando monólogos teatrales, bailando, bromeando o haciendo el tonto, lo cierto es que seguir a Anthony Hopkins supone mucho más que la mera práctica de seguir a un actor famoso.
Porque el intérprete de El silencio de los corderos y Westworld no recurre a sus redes como escaparate de una vida bajo el brillo de los focos, sino todo lo contrario. Las utiliza como herramienta para distraerse y divertirse y, en el camino, nos deleita con sus ocurrencias, talento y sentido del humor.
Hace tiempo que lo sigo en redes y no dejo de comprobar la influencia que tienen sus vídeos en mi día a día. Por lo general, cuando entramos a Instagram o Twitter, deslizamos hacia abajo siendo testigos de un escaparate constante que van desde opiniones a memes, platos de comida, maquillaje, estilismo y un largo etcétera. Sin embargo, cuando de repente te topas con la última entrada de Anthony Hopkins, la cosa cambia. El ánimo da un giro radical y la sonrisa aparece en nuestro rostro de forma instantánea.
O me van a decir que este vídeo con el actor jugando a ser conejo de Pascua, deseándonos una feliz Semana Santa, no les causa gracia:
Happy Easter pic.twitter.com/DApqPqn7Of
— Anthony Hopkins (@AnthonyHopkins) April 17, 2022
GUÍA | Los pasos que tienes que seguir para poder ver un vídeo de Twitter no disponible por tus preferencias de privacidad
O si verlo bailar alegre, suelto y divertido, como si nadie lo estuviera mirando durante una fiesta de los Óscar no te contagia las ganas de bailar sin que nada te importe:
Dance to the end of love… pic.twitter.com/U4ZOgfjrjy
— Anthony Hopkins (@AnthonyHopkins) April 16, 2022
O si no te saca una sonrisa ver al Hannibal Lecter más legendario de la pantalla preparándose para la ceremonia de los Premios de la Academia, esos mismos que ganó por interpretar a dicho personaje hace 30 años, haciendo el payaso de esta manera:
Getting ready… #Oscars pic.twitter.com/5jOQiQzbXL
— Anthony Hopkins (@AnthonyHopkins) March 27, 2022
Es cierto que no es un personaje muy activo en sus redes, sino que publica vídeos y mensajes esporádicamente pero, cuando lo hace, es imposible que pase desapercibido.
Summer 2021. My post-quarantine makeover. What do you guys think? 🕺🏻#tbt pic.twitter.com/UCH95mp8hp
— Anthony Hopkins (@AnthonyHopkins) October 14, 2021
Tinkering on the ivories…🤪#fbf pic.twitter.com/xyvj8gPCGH
— Anthony Hopkins (@AnthonyHopkins) August 20, 2021
Hasta nos llevó de vacaciones por su viaje en Italia en 2021, cantando ‘Bella Ciao’ en una piscina y bailando al son de ABBA junto a Salma Hayek.
Under the Tuscan Sun
La Bella Italia ❤️☀️🇮🇹 #TBT pic.twitter.com/Oh4b3hD5HR— Anthony Hopkins (@AnthonyHopkins) August 5, 2021
Celebrating with @salmahayek the dancing queen 💃🏻 pic.twitter.com/XzbqXRqiNe
— Anthony Hopkins (@AnthonyHopkins) April 28, 2021
No obstante, creo que existen ejemplos que podrían explicar por qué sus redes sociales son un remanso de buen humor y ligereza ante la vida a sus 84 años. Como fueron las palabras que pronunció en un vídeo del pasado 31 de diciembre, coincidiendo con el fin de año pero también con su cumpleaños. “No sé cómo he llegado hasta aquí. Mi vida ha sido verdaderamente extraordinaria. No me doy el crédito de nada, es un misterio, me siento afortunado solo de estar con vida” decía. “He aprendido algunas lecciones en el camino pero, en realidad, se muy poco. Solo que la vida está en progreso, que esto no es un ensayo sino la obra en sí misma: solo estar vivo”.
Y es que este hombre nacido en Gales en 1937 solía refugiarse en la pintura y el piano cuando era un niño, habiendo crecido “absolutamente convencido de que era estúpido”. Confesó a The New York Times en 2002 que le costaba mucho aprender, desarrollando un complejo de inferioridad. Sin embargo, fue recién en 2017 que dio a conocer que lo habían diagnosticado con el síndrome de Asperger, habiendo pasado toda su vida hasta entonces sin saber la causa de su problema. “Soy un solitario. No voy a fiestas, no tengo muchos amigos.” dijo a Daily Mail al hablar de la enfermedad. “Tener el síndrome de Asperger pero no saber que lo tenía, seguramente me llevó a vivir muchos años con profunda inseguridad. Ahora que he madurado me siento más en paz conmigo mismo” sentenció en otra entrevista a Desert Sun.
Además, esta faceta en redes alegrándonos a ratos mientras hace el payaso resulta más llamativa cuando tenemos en cuenta que se trata de un hombre que ha hablado públicamente sobre sus demonios personales. Como fue el alcoholismo así como el distanciamiento con su única hija. Hace unos años dijo a Radio Times (vía Yahoo!) que no sabe nada de ella porque “las familias se separan y, ya sabes, 'siguen con su vida'. La gente toma decisiones. No me importa de una forma u otra”.
Todo esto nos permite llegar a la conclusión de estar ante una figura que ha vivido experiencias suficientes como para usar su relación con el público simplemente para divertirse, y divertirnos en el camino. Incluso recuerdo las veces que tuve el placer de entrevistarlo. La primera vez entré a la habitación de hotel con los nervios a flor de piel al tratarse de un actor tan presente en mi cultura cinéfila, encontrando a una estrella aburrida de las mismas entrevistas promocionales que me pidió que dejara mis preguntas a un lado y simplemente habláramos. Solo tenía unos cuatro minutos con él y me quedé literalmente en blanco. La segunda ocasión estaba más preparada. No solo tenía más experiencia, sino que era consciente de que se trataba de un personaje más interesado en el intercambio humano que rodea una conversación que promocionarse como estrella de cine. Y así entré a la habitación sin preguntas elaboradas, dispuesta a hablar de la vida sin pretensiones, topándome entonces con una de las entrevistas más amables y bonitas de toda mi carrera. Era por la película de terror El rito, donde interpretaba a un sacerdote exorcista. Hablamos de religión, creencias y la vida, con el buen humor que parte de una charla amena como hilo conductor. Y cuando digo buen humor enseguida recuerdo la impresión que me dejó al terminar, imitando a Hannibal Lecter como regalo para mi corazón cinéfilo. Y la tercera ocasión fue por el drama biográfico Hitchcock, con una entrevista todavía más inolvidable.
Por todo esto me atrevería a decir que sus perfiles en redes sociales son el reflejo de un hombre que ha vivido experiencias infinitas y ahora plasma ante el mundo lo que de verdad le importa: divertirse, ser feliz y compartir el momento con una sonrisa.
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