Cómo organizar tu nevera para que la comida dure más

La llegada del estado de alarma ha llevado a muchas familias a hacer acopio de alimentos, lo cual puede suponer un reto a la hora de almacenarlos en el frigorífico. Sigue estos consejos para conservar los alimentos el máximo posible

Poner la leche en la puerta o guardar en el frigorífico alimentos de despensa como tomates y aguacates son algunos de lo errores más comunes. (Foto: Getty)
Poner la leche en la puerta o guardar en el frigorífico alimentos de despensa como tomates y aguacates son algunos de lo errores más comunes. (Foto: Getty)

Muchas personas ya han comprado grandes cantidades de alimentos, por eso ahora toca gestionar de forma adecuada toda esa comida para impedir que se estropee, y tomar conciencia de la importancia que tiene el despilfarro de alimentos. Pero estos consejos van (sobre todo) para aquellos que han optado por ir comprando alimentos con cabeza a medida que lo van necesitando.

No compres más de lo necesario

Ahora es más importante que nunca planificar qué compraremos y en qué sección del frigorífico se almacenarán. Además de el qué comprar, también necesitamos saber cuándo se va a consumir, para saber qué alimentos irán a la nevera, para consumir a corto plazo, y al congelador, para consumir a largo plazo. Así que tómate tu tiempo para elaborar una lista basada en los menús que has previsto y el número de personas que los consumirán.

Lo primero que debes tener en cuenta “el tamaño del frigorífico”, apuntan desde Beko, compañía de electrodomésticos referente en soluciones inteligentes para el hogar, “para ser consecuente y no comprar más de lo que puedas guardar”.

Llenar demasiado la nevera es un error y un despilfarro. La comida puede estropearse antes de lo esperado ya que si el aire no circula bien, la distribución de la temperatura puede verse afectada. Así que a medida que vas colocando, debes comprobar que queda espacio entre los alimentos.

Por otro lado, la base de una nevera organizada es que los alimentos se coloquen según el frío que necesiten. El frío retrasa la degradación de los alimentos (la mayoría de bacterias no se multiplica a menos de 8ºC).

Aplica la regla FEFO

Otra norma básica es situar los alimentos más efímeros delante y los duraderos detrás. Es lo que conoce como el FEFO (acrónimo de las palabras inglesas First Expired, First Out), es decir, aquello que entró antes es lo que debe salir primero.

Por tanto, cuando llegues a casa con la compra, haz como los supermercados: coloca en primera fila lo que caduca primero y lo que acabas de traer, al fondo. Por ejemplo: si compras yogures, colócalos detrás de los que ya tenías; de ese modo, tendrás a mano los que caducan antes.

El propósito de los cajones en mantener en condiciones húmedas las frutas y las verduras. Se comete el error de meter cualquier tipo de verdura y fruta en el cajón de la nevera; las manzanas, melocotones, peras y melones producen una sustancia química que hace que maduren rápidamente. (Foto: Getty)
El propósito de los cajones en mantener en condiciones húmedas las frutas y las verduras. Se comete el error de meter cualquier tipo de verdura y fruta en el cajón de la nevera; las manzanas, melocotones, peras y melones producen una sustancia química que hace que maduren rápidamente. (Foto: Getty)

Cada cosa en su sitio

  • En la zona alta debes guardar los alimentos que vas a tomar antes: pasta, carne, purés, verduras cocinadas o fruta cortada.

  • En el medio los lácteos. Trata de reunirlos en un mismo estante colocando juntos yogures, quesos e incluso la leche. Aunque es habitual ponerla en la puerta, estará mejor colocada en accesorios como botelleros o un dispensador para los bricks de nata o las latas.

  • En la parte central del frigorífico debes poner los embutidos y los alimentos ya cocinados, pues no necesitan tanto frío.

Los lácteos se deben ubicar en la parte media del refrigerador, y los huevos en la parte superior. La mantequilla, bebidas y salsas deben ir en la puerta, ya que es la más expuesta a los cambios de temperatura. (Foto: Getty)
Los lácteos se deben ubicar en la parte media del refrigerador, y los huevos en la parte superior. La mantequilla, bebidas y salsas deben ir en la puerta, ya que es la más expuesta a los cambios de temperatura. (Foto: Getty)
  • En los cajones inferiores debes almacenar la fruta y las verduras. Eso sí, por separado, puesto que la verdura produce ciertos gases. Y sobre todo, intenta que la fruta más delicada no se mezcle entre sí. Separar ambos grupos de alimentos permite alargar la conservación de estos. Es mejor que uses bolsas de papel, no de plástico. Las del pan son estupendas, ya que dejan que los alimentos 'respiren'.

Y por cierto, entre las frutas que sí puedes meter en la nevera están las fresas, cerezas, uvas y ciruelas, pero nunca los plátanos o los aguacates. Las hortalizas de raíz sí se conservan en nevera: rábanos, zanahorias, nabos, remolachas… y todas las verduras verdes como la lechuga (envuelta en un paño húmedo aguanta más), el brócoli, las judías verdes o las espinacas. Los tomates, las patatas y la cebolla están mejor fuera.

  • En la parte baja del frigorífico también puedes colocar las bandejas de carne, el fiambre, el pescado... Para evitar posibles contaminaciones entre ellos, ponlos en envases separados y cerrados. Aun así debemos recordar que este tipo de alimentos no pueden permanecer demasiado tiempo en la nevera.

¿Qué pongo en la puerta?

En ella van los alimentos que soportan cambios constantes de temperatura. Es frecuente poner la leche abierta aquí, pero es un error, puesto que se trata de un alimento sensible a estos cambios.

Tampoco deberían ir los huevos, ya que estos necesitan un lugar fresco, seco y a temperatura constante. Por eso es aconsejable colocarlos en las baldas superiores.

Y es que la puerta es la zona menos fría, así que será lugar ideal para productos como salsas, mantequillas, o mermeladas. Eso sí, asegúrate que tu frigorífico está entre 5º y 7º.

Ten en cuenta que cada vez que se se abre la puerta del refrigerador, se dejan entrar miles de gérmenes que podrían acelerar el proceso de descomposición de los alimentos. Por eso es importante colocar aquellos alimentos que más consumes en la puerta o al frente de cada estante. Al abrir y cerrar el refrigerador, se pierde temperatura, por lo tanto, cuanto más fácil sea seleccionar ese producto, menos frío se perderá.

Por el contrario, el cajón 0º es la zona más fría de la nevera. Aprovéchala para conservar los alimentos más ‘delicados’ y que consumirás en pocos días, como carnes, embutidos, quesos o pescados. Además, colocar estos alimentos en la parte baja del frigorífico tiene una ventaja añadida ya que si se producen goteos no contaminarán otros alimentos.

Y tú, ¿qué haces para sacarle el máximo partido a tu frigorífico? ¿conoces otros trucos para alargar la vida de los alimentos?

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