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El coordinador antiterrorista de la UE pide que la crisis sanitaria no merme la seguridad

Bruselas, 24 nov (EFE).- "Hay que evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis de seguridad", advierte el coordinador de la Unión Europea (UE) para la lucha contra el terrorismo, Gilles de Kerchove, quien alerta además sobre el ciberterrorismo y la amenaza de la violencia de extrema derecha, "un fenómeno que se amplifica".

De Kerchove no excluye que "a medio plazo, si la crisis se acentúa", pueda haber "un poco más de riesgos" ligados a que haya "menos presupuestos disponibles para la seguridad", por lo que en una entrevista con Efe considera vital que Hungría y Polonia desbloqueen los presupuestos y el fondo de recuperación de la UE.

ACELERAR LA LUCHA ANTITERRORISTA

Y es que, tras los recientes atentados en Francia y Austria, la Unión Europea se encuentra en "un momento importante" porque hay una "reflexión profunda" sobre la necesidad de "adaptar" las medidas que se han tomado y desarrollado hasta ahora y "acelerar" la lucha contra el terrorismo, una amenaza constante que ha evolucionado.

Así, en apenas dos décadas el terrorismo yihadista ha pasado de los atentados de "gran magnitud", como el de Madrid en 2004 o París en 2015, al terrorismo "endógeno", sin conexión con el Estado Islámico, pero "inspirado por esa ideología mortífera", señala.

A De Kerchove, nombrado coordinador de la lucha contra el terrorismo en 2007 por Javier Solana, entonces Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común, no le gusta hablar de "lobos solitarios" para referirse a los autores de los últimos atentados porque, aunque con frecuencia actúan solos, se mueven en un "ecosistema" de internet y de medios salafistas.

Son autores de atentados "low tech", que matan con cuchillos de cocina o atropellando a gente con vehículos, explica.

CIBERTERRORISMO

Pero también ha habido un cambio en la respuesta, especialmente desde 2015 -el año de los atentados en París contra la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo, un supermercado judío y la sala Bataclan- que ha hecho la lucha antiterrorista "mucho más eficaz".

No obstante, la amenaza continua "elevada" en algunos países de la UE, especialmente en los que hay "gente más radicalizada", como Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica y España, aunque "la vulnerabilidad ha disminuido muchísimo porque somos mucho más eficaces en nuestra colaboración", según el coordinador.

Ahora bien, alerta de que hay que estar "muy atentos" a lo que denomina el terrorismo "hight tech", ligado a las nuevas tecnologías disrruptivas que se han democratizado, como los drones.

"Llegará un día en que una persona podrá usar tecnología y un virus como arma, y hemos visto como la covid puede neutralizar a una sociedad", constata De Kerchove.

REFORMAR SCHENGEN Y REFORZAR EUROPOL

Ningún país puede sentirse a salvo porque "la amenaza puede llegar por cualquier lado", afirma.

Por eso, la reciente declaración de los ministro de Interior de la UE de reafirmar su voluntad de intensificar la lucha contra el terrorismo, con la reforma de Schengen y el refuerzo de Europol es "exactamente lo que hay que hacer", según De Kerchove.

"Hay que evitar que el espacio de libre circulación (Schengen) lo sea también para el terrorismo, los criminales y la inmigración no controlada", y establecer controles "sistemáticos" en las fronteras exteriores a "cada persona" que entre en la UE.

Añade su apoyo a la "modernización" de Europol, ya que el actual reglamento es un "demasiado estricto", pues impide compartir información con el sector privado - algo "esencial" en lucha contra el blanqueo de dinero o la financiación del terrorismo, precisa -; tener acuerdos de colaboración con países de la ribera sur del Mediterráneo o usar las nuevas tecnologías o el big data.

INTERNET, OTRO TERRENO DE LUCHA

"Lo que no es posible es que lo que es ilegal en el mundo real no se pueda investigar en el digital", sostiene el coordinador de la UE para la lucha antiterrorista, en alusión a la encriptación o cifrado de mensajes en algunas plataformas. "No es la tecnología la que tiene que marcar a qué puede tener acceso la policía", insiste.

Espera, además, que la normativa que permitirá que los contenidos terroristas sean retirados de la red en una hora sea aprobada a final de año y que la próxima reglamentación de Servicios Digitales sea ambiciosa: que haga responsables a las plataformas de los contenidos que alojan, que les exija transparencia en los algoritmos y que introduzca un control con sanciones por incumplimientos.

EXTREMA DERECHA VIOLENTA

En el confinamiento se ha visto una "explosión" en línea de la extrema derecha violenta, "un fenómeno que se amplifica" y de gran diversidad, pero con un nexo de unión: "la idea -dice- de que el hombre blanco va a desaparecer por la migración. Es una especie de delirio obsesivo que lleva a desarrollos muy racistas, misóginos, antisemitas y antiárabes muy preocupantes que pueden llevar a la violencia", como en Nueva Zelanda, Estados Unidos o Alemania.

En esos países se pasó del extremismo al terrorismo, por eso De Kerchove lleva año y medio tratando de ver cómo usar los instrumentos contra el yihadismo para combatir también al extremismo de la extrema derecha violenta.

ISLAMOFOBIA

Hay, por otra parte, "mucha desinformación" y cuentas en internet en el extranjero para expandir la idea de que la UE es islamófoba, algo que tacha de "falso", aunque pueda haber "discriminación".

Y valora el primer plan de integración e inclusión 2021-2027 que presenta este martes Bruselas: "Queda aún mucho por hacer para integrar a los que se quieren integrar", pues está demostrado que es "más fácil encontrar un empleo según te llames Manuel o Mohamed".

UN ISLAM EUROPEO

"Hay que hacer que el musulmán de la UE no sea influido por interpretaciones que vienen de fuera", dice De Kerchove, partidario de favorecer la existencia de "diversidad de interpretaciones" y no solo la salafista, dominante por los "petrodólares" del Golfo Pérsico. "Hay que mejorar la transparencia de la financiación exterior", concluye.

Catalina Guerrero

(c) Agencia EFE